- Jer 15, 10. 16-21
- Sal 58
- Mt 13, 44-46
Hoy la liturgia nos invita a reflexionar acerca de la verdadera alegría, encontrar el tesoro escondido, la perla más preciosa: El Reino de los cielos.
Y es que aunque la historia nos dice que la vida de los profetas, como la de Jeremías, nunca fue fácil y que sus palabras y ellos mismos no fueron bien acogidos por su pueblo, como hemos visto en la primera lectura, es verdad que la palabra del Señor les cogió de arriba a abajo y que ahí encontraban su alegría y sus fuerzas. “Me has seducido, Yahvé, y me dejé seducir; me has agarrado y me has podido. Por eso, “cuando encontraba palabras tuyas, las devoraba; tus palabras eran mi gozo y la alegría de mi corazón”, a la hora de proclamarlas, en muchas ocasiones, se topaban con el rechazo de su pueblo. ¡Pero, lo grandioso es que el Señor nunca dejó solo a Jeremías, “Frente a este pueblo te pondré como muralla de bronce inexpugnable: lucharán contra ti y no te podrán, porque yo estoy contigo para labrarte y salvarte”. Hay que entender bien estas palabras. No significan que todo le irá bien y que sus oyentes le van a escuchar y aceptar. Se refieren a que ninguno de sus enemigos, ninguno de los que acechan su vida le podrá arrebatar de su corazón sus convicciones, el mantenerse en la palabra de Dios, el mantenerse en la amistad con Dios.Podríamos decir que el Señor le ofrece “la perla más valiosa”, ha experimentado que Dios lo ama y está con El.
“En ti Señor, tendré fijos los ojos porque tu eres mi fuerza y mi refugio”, nos dice el Salmo. Ésa es la gran victoria de todo profeta, la victoria de Jeremías. Dios ha permanecido con él siempre, también en las persecuciones, también en los momentos de decaimiento, también en los momentos de la Cruz, “porque has sido siempre mi defensa y mi refugio en el día de las tribulaciones”
Entonces: ¿Quién nos separará del amor de Dios?… Nada, ni nadie”. ¿Quién soy yo para ponerle límites al que todo lo puede?
Las dos parábolas que nos presenta hoy el evangelio, nos muestran que merece mucho la pena hacer un gran esfuerzo por conseguir algo muy valioso, como el Evangelio, como el Amor de Cristo, como el Reino de Dios y veremos que la valoración de la posesión de Dios, que es el tesoro del que nos habla Jesús, no puede tener ninguna comparación.
Pero para poseer a Dios, debemos despojarnos de todo lo que aprisiona nuestro corazón. Es decir de nuestros afectos, o inclinaciones, pasiones e instintos, de todo cuanto nos impida la posesión de Dios. Si vaciamos el corazón de nosotros mismos, éste podrá ser ocupado por Dios.
Entonces, debemos decidir, la próxima vez que sientas que no eres especial o digno para ser un instrumento de Dios, vaciarnos de esas inclinaciones y solamente recordar la gente a la que llamó para darles una misión: ¡Noé era borracho, Abraham era muy viejo, Isaac era un soñador, Jacob era ambicioso y mentiroso. ¡Cuando ponemos todo junto suena fuerte ¿no?!
Moisés tartamudeaba y era violento. Gedeón era miedoso, Sansón tenía pelo largo y era mujeriego, Rahab era una prostituta, Jeremías y Timoteo eran muy jóvenes, David fue un asesino.
Elías se deprimía y trató de suicidarse, Isaías predicó desnudo, Jonás huyó de Dios, Noemí era una viuda. Job quedó en bancarrota, Juan el Bautista comió insectos, Pedro negó a Cristo tres veces. Los discípulos se durmieron mientras oraban.
Marta se preocupaba de todo, la mujer samaritana había tenido cinco esposos y vivía con otro hombre. Zaqueo era muy pequeño y Lázaro ¡estaba muerto! (hasta que Jesús lo resucitó)
La primera parábola compara el reino de Dios con algo de gran valor que está oculto. Aquí vemos a un hombre que trabaja duro en un campo si saber que hay un tesoro escondido. Podríamos identificarnos con muchas personas que quizá hoy en día viven afanadas trabajando por sus sueños y proyectos personales, viviendo en la ignorancia de sus pecados sin saber la riqueza que el evangelio les ofrece a través de Cristo, es el mayor tesoro que pueden encontrar en la vida. Esto es así porque solo Él nos ofrece, al igual que a Jeremías;: “Yo te convertiré”, “te libraré”, “te rescataré”.
¡Puede hacer lo mismo con nosotros si se lo permitimos! «En vez de dar excusas como Moisés, tened fe en lo que Dios puede hacer a través de ti para hacer una diferencia en la vida de otros» —Phil Sanders.
También, muchas personas son como el mercader, van por todo el mundo en busca de lo mejor para su vida, riquezas, placeres, éxito, etc., pero no saben que la vida que el evangelio les ofrece a través de Jesús es superior a todas las cosas “buenas” que el mundo le ofrece: Hoy El nos ofrece un muy buen negocio, el mejor de los trueques, un intercambio o entrega de cosas de poco precio, por otras valiosísimas, es así, como nos pone el ejemplo de un negociante, para indicarnos que es un hombre que conoce el valor de las cosas, y se desprende de todo por una perla fina; La verdadera riqueza es Dios.
Nos explica el Papa Francisco; «El tesoro y la perla valen más que los otros bienes, y por tanto, el campesino y el comerciante, cuando lo encuentran, renuncian a todo lo demás para poder conseguirlo. No necesitan hacer razonamientos, pensar, reflexionar: se dan cuenta en seguida del valor incomparable de lo que han encontrado, y están dispuestos a perder todo para tenerlo.
Así es el Reino de Dios: quien lo encuentra no tiene dudas, siente que es lo que buscaba, que esperaba y que responde a sus aspiraciones más auténticas. Y es realmente así: quien conoce a Jesús, quien lo encuentra personalmente, se queda fascinado, atraído por tanta bondad, tanta verdad, tanta belleza, y todo en una gran humildad y sencillez. Buscar a Jesús, encontrar a Jesús. Este es el gran tesoro.»
Pidamos al Señor como en la Oración Colecta, poner nuestra dirección en los bienes eternos, y así, recordando la Palabra de Vida de este mes: “Una sola cosa es necesaria”, con estremecimiento de nuestro corazón podremos afirmar que es la mejor compra que hemos hecho en nuestra vida.
Bibliografía:
- Folleto La Misa de Cada Día
- https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/27-7-2022/
- https://www.focolare.org/espana/es/news/2022/06/30/julio-2022/
- https://catholic-link.com/feliz-amado-dios/
- https://www.mundobiblicoelestudiodesupalabra.com/2016/12/hay-que-entregar-todo-para-ganar-todo.html
- https://es.catholic.net/op/articulos/49046/encontrar-el-reino-de-los-cielos-gran-alegra.html#modal
Palabra de Vida Mes de Julio 2022
«Solo una cosa es necesaria» (Lc 10, 42) https://www.focolare.org/espana/es/news/2022/06/30/julio-2022/
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Julio 2022.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.