https://youtu.be/Md8CwZ3FCmg
- Stgo 5, 13-20
- Sal 140
- Mc 10, 13-16
Hemos pedido en la Oración Colecta, constante meditación en los misterios; “Que sea Señor, mi oración como el incienso”, nos dice el estribillo del Salmo y en la carta de Santiago se nos hace una invitación a la oración, al encuentro con Dios de modo personal o comunitario. Esto porque la vida del cristiano tiene que estar en todos los momentos de su vida impregnada por la oración: en los momentos de alegría, los de dolor y los de enfermedad. Nos iría mucho mejor si “oráramos nuestra vida”. O sea, si convirtiéramos todas las cosas de nuestra vida, tanto las alegres como las tristes, en oración y comunicación con Dios.
Hoy se nos invita a revisar nuestra postura ante el sacramento de la Unción de los enfermos que, equivocadamente, se ha unido a la idea de la muerte.
Sacramento que describe de modo sublime el apóstol Santiago. Se trata del modo en que Cristo sigue visitando a los enfermos, les impone las manos, les unge con óleo, les da la gracia para llevar su dolor, pone esperanza en trances desesperados, ilumina con la fe en la vida eterna el posible trance de la muerte, ayuda a vivir con paz en medio de la adversidad.
Jesús nos da la mano, aprieta fuerte, fuerte, para darnos seguridad en momentos de penuria, de duda, de incertidumbre, de dolor. A lo largo del evangelio, son muchos los relatos sobre visitas a enfermos. Algunas acaban en curación milagrosa; otras muchas no. Pero en unos y otros casos, la paz de Dios llega a los enfermos. Y no sólo a ellos: también a sus familiares y a los que les cuidan.
Vemos también en el evangelio como el Señor acude ahora a dar acogida a los niños porque es preciso hacerse como ellos para entrar en el Reino, para ser capaces de acoger el Reino.
El reino de Dios se acepta, se recibe gratis. No se consigue a fuerza de méritos o de inteligencia, porque nos supera infinitamente. Por eso sólo nos queda recibirlo como se recibe un regalo, como reciben los niños todo lo que se les da. Ésta es la gran cualidad de los niños: están abiertos a todo lo bueno que se les ofrece. Sobre todo se dejan querer. Ése es su encanto
A nosotros los adultos nos cuesta mucho ponernos en esa actitud de acogida de lo que los demás, y Dios, sobre todo, pueden y quieren ofrecernos.
Entonces, en el fragmento del Evangelio de Marcos encontramos varias consideraciones importantes: «Algunos presentaban a Jesús unos niños para que los tocara; pero los discípulos les reñían» (Mc 10,13). Pero el Señor, a quien en el Evangelio leído en los últimos días le hemos visto hacerse todo para todos, con mayor motivo se hace con los niños.
Así, «al ver esto, se enfadó y les dijo: ‘No se lo impidáis, porque de los que son como éstos es el Reino de Dios’» (Mc 10,14). Jesús, se molesta porque no dejan que los niños se acerquen a él y nos advierte: “Quien no se hace pequeño como un niño no verá el Reino de los cielos”. Ayudemos a nuestros pequeños viviendo también nosotros la infancia espiritual, anhelando los brazos amorosos de nuestro Dios. Siendo para ellos un ejemplo vivo de sencillez y alegría.
Afirma el Papa Francisco: “… me ha venido a la mente lo que Jesús decía sobre la espontaneidad y la libertad de los niños, cuando este niño ha tenido la libertad de acercarse y moverse como si estuviera en su casa… Y Jesús nos dice: “También vosotros, si no hacéis como los niños no entraréis en el Reino de los Cielos”. La valentía de acercarse al Señor, de estar abiertos al Señor, de no tener miedo del Señor: yo doy las gracias a este niño por la lección que nos ha dado a todos nosotros. Y que el Señor lo ayude en su limitación, en su crecimiento porque ha dado este testimonio que le ha venido del corazón. Los niños no tienen un traductor automático del corazón a la vida: el corazón va adelante.”
Vemos hoy como es propio ver a niños con actitudes que no van con su edad. Y muchas veces motivados por los adultos, por favor dejemos a los niños ser niños, no los expongamos anticipadamente a situaciones que los confundirán y no les permitirán vivir en plenitud su niñez; dejemos que sean “œverdaderamente niños” y que disfruten de los brazos amorosos de su Padre del cielo.
Protejamos la inocencia de nuestros niños y nosotros mismos hagamos un serio esfuerzo de regresar a la transparencia que le es propia a esta edad de la vida.
Biblografia
- Folleto La Misa de Cada Día
- https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/hoy/
- https://www.evangelizacion.org.mx/liturgia/
- https://oracionyliturgia.archimadrid.org/2022/02/26/sabado-de-la-vii-semana-del-tiempo-ordinario/
- https://www.vaticannews.va/es/evangelio-de-hoy.html
- http://webcatolicodejavier.org/evangeliodeldia.html
Palabra de Vida Mes de Febrero 2022
«Al que venga a mí no lo echaré fuera» (Jn 6, 37) https://ciudadnueva.com.ar/categoria/palabra-de-vida/
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Febrero 2022.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.