?⛅️ Buenos días. “Señor enséñame a amar como tú nos has amado“. Papa Francisco.
- 1Tes 1, 1-5. 8-10
- Sal 149
- Mt 23, 13-22
Una de las constantes que saltan a la vista en las cartas de Pablo, es recordar las maravillas que Dios ha realizado en los miembros de la comunidad a la que dirige el apóstol su carta.
Hoy el texto nos brinda esa bella oración en que nos invita a dar gracias por la comunidad y recordar las obras que manifiestan la fe en los miembros de la misma y el amor y perseverancia que da esperanza en Cristo. Da gracias por ello, mencionando algunos aspectos clave de ese progreso, concretamente las tres virtudes teologales que caracterizan el genuino obrar cristiano:
Una fe activa; es decir, que actúa de hecho en la vida de la comunidad,
Un amor esforzado; es decir, que no es un mero sentimiento, sino que se vive en la práctica de una vida fraterna y
Una esperanza firme; o sea, que soporta las limitaciones del presente en la perspectiva de un futuro de plenitud, cuando vuelva el Señor.
Dos factores dan consistencia a esa fe ejemplar: la convicción y la fuerza del Espíritu. La fe ha llegado a asimilarse a fondo, no es simplemente el asentimiento a la palabra recibida, sino que ha penetrado en el tejido humano de aquella comunidad, en su conciencia y en su comportamiento comunitario.
Y todo ello pone de relieve que no ha sido fruto de un empeño voluntarista, sino sobre todo un don del Espíritu que ha ido plasmando en aquellos hermanos la figura evangélica de Jesús.
El evangelio de hoy parece mostrar la otra cara de la evangelización: el enfrentamiento con quienes no aceptan esa novedad insólita.
Nos dice el Papa Francisco: “Ay de ustedes, maestros de la ley, que han suprimido la llave del conocimiento! Cuando vamos por la calle y nos encontramos delante de una iglesia cerrada, sentimos algo extraño, porque una iglesia cerrada no se entiende.
A veces, se nos dan explicaciones que no son tales: son pretextos, son justificaciones, pero la realidad es que la iglesia está cerrada y la gente que pasa por delante no puede entrar. Y, peor aún, el Señor que está dentro no puede salir.
Esta imagen de la clausura es la imagen de aquellos cristianos que tienen la llave, pero se la llevan, no abren la puerta. Peor aún, se paran frente a la puerta y no dejan entrar, y al hacerlo ni siquiera ellos entran.
La falta de testimonio cristiano es lo que hace esto y cuando ese cristiano es un sacerdote, un obispo o un Papa es aún peor.
Pero, ¿cómo es que un cristiano cae en esta actitud de puerta cerrada con la llave en el bolsillo? La fe pasa, por así decirlo, a través de un alambique y se convierte en ideología.
Y la ideología no convoca. En las ideologías no está Jesús: ni su ternura, su amor y mansedumbre. Y las ideologías son rígidas, siempre. De cada signo: rigidez.
Cuando un cristiano se convierte en un discípulo de la ideología, ha perdido la fe: ya no es un discípulo de Jesús, es discípulo de este tipo de pensamiento… Y por eso Jesús les dice: “Ustedes se han llevado la llave del conocimiento”.
El conocimiento de Jesús se transforma en un conocimiento ideológico e incluso moralista, porque estos cerraron la puerta con una gran cantidad de reglas….
La pregunta podría ser esta, ¿no?: ¿Por qué un cristiano puede llegar a ser así? ¿Qué sucede en el corazón de aquel cristiano, de ese presbítero, de ese papa, que se vuelve así? Solo hay una explicación: aquel cristiano no ora. Y si no hay oración, siempre cerrarás la puerta.
La llave que abre la puerta a la fe es la oración. Cuando un cristiano no ora, sucede aquello. Y su testimonio es un testimonio altivo. El que no ora es un soberbio, es un orgulloso, es un seguro de sí mismo. No es humilde. Busca su propia promoción.
En cambio cuando un cristiano ora, no se aparta de la fe, habla con Jesús. Además, cuando digo orar, no digo decir oraciones, porque estos maestros de la ley decían muchas oraciones para dejarse ver.
En cambio, Jesús dice: “Cuando ores, entra en tu habitación y ora al Padre en secreto, de corazón a corazón. Una cosa es orar y otra es decir oraciones”…
Pidamos a Dios la gracia de orar y orar para no caer en las tres actitudes que nos habla el padre Yepes en el audio y nos llevan a los ayes que conlleva vivir una religiosidad exterior, con la puerta cerrada y la llave el bolsillo.
Mes de agosto
Organizate
Realiza obras de caridad Ayuda a personas necesitadas, practicando obras de caridad, sobre todo a las personas necesitadas de afectos, recuerda que también son tus hermanos. Organiza, con amigos o hermanos de fe, visitas periódicas a ancianatos y hospitales, llevándoles la lectura del Evangelio del día y ¿por qué no, la Celebración de la Palabra?
Bendigamos al Señor con nuestro testimonio este día y digámosle:
"Me siento fuerte, sano y feliz porque tengo fe, amor y esperanza".
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Recopilado por Rosa Otárola D, /
Abril 2019
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.