Liturgia del 25 de junio 2020. Cuáles son los cimientos de nuestra vida?
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?⛅️ Buenos días. “Señor enséñame a amar como tú nos has amado“. Papa Francisco.
2 Re 24, 8-17
Sal 78
Mt 7, 21-29
La primera lectura del texto de los Reyes, nos habla sobre la deportación del pueblo de Jerusalén a Babilonia.
Experiencia dolorosa de despojo. Sin tierra, sin patria, sin su templo; sometidos a otros. El pueblo viaja hacia su exilio. Y Dios ¿dónde está? ¿Es que se ha olvidado de su pueblo? ¿Hay lugar para la esperanza?
Pero la experiencia del exilio se va convertir para Israel en una oportunidad para reflexionar, para releer lo sucedido y reconocer humildemente cómo se ha ido apartando de Dios; de volver la mirada hacia Él e implorar su perdón y su misericordia.
El momento más duro se va a convertir en posibilidad de nacer de nuevo. Quizás de experimentar que aquello a lo que poco a poco habían entregado su corazón, en lo que se habían apoyado y les había hecho sentirse importantes, seguros, dueños de la vida, en realidad les había cegado, apartándolos de Aquel que les había dado todo y que era el único Señor de la Vida.
Meditemos también nosotros en esos momentos difíciles que vivimos y que Dios acompaña. Que su presencia amorosa nos permita hacer de ellos camino Pascual de la oscuridad a la Luz, de la muerte a la Vida.
En la lectura del Evangelio de hoy, nos dice el Papa Francisco, “observamos que la propuesta de Jesús es concreta, siempre concreta. Cuando alguien se acercaba y pedía consejo, Él siempre sugería cosas concretas. Las obras de misericordia son concretas…
Sería útil hacernos ciertas preguntas cruciales: “¿Soy un cristiano de palabras o de hechos?” “¿Estoy construyendo mi vida sobre la roca de Dios, o sobre la arena de la mundanidad, de la vanidad?” “¿Soy humilde, siempre tratando de ir por el camino humilde, sin orgullo, para servir al Señor?..”
El hacer milagros, sanar personas, expulsar demonios, no es un signo de pertenencia a Jesús; estos signos pueden ser hechos también por obra del maligno. Por ello, no basta decir: “¡Señor, Señor!”, sino vivir de acuerdo al Evangelio. Quien se dedica sólo a “escuchar” la palabra de Dios, y no hace un verdadero esfuerzo por vivirla, termina con una vida destrozada. En cambio, quien toma el camino angosto y entra por la puerta estrecha que conducen a la vida, encontrará que su vida se construye en la paz y la armonía interior.
Es por eso importante reflexionar sobre el tipo de material sobre el cual edificamos nuestra vida, como nos propone el padre Yepes en el audio, pues en esta decisión se basa la vida que llevamos, se basa nuestra existencia.
El Evangelio no es una filosofía, sino la proposición concreta de Jesús a adoptar un estilo de vida cimentado en el amor, una vida que es capaz de resistir todos los embates de la vida y permanecer en pie, una vida que no se deja vencer por las crisis sino que las supera y en ello manifiesta la solidez de su fe y su amor al Resucitado.
Palabra de Vida Mes de junio
«Quien a vosotros recibe, a mí me recibe, y quien me recibe a mí, recibe a Aquel que me ha enviado» (Mt 10, 40)
Acoger al otro, al distinto a nosotros, es la base del amor cristiano. Es el punto de partida, el primer peldaño para construir esa civilización del amor, esa cultura de comunión a la que Jesús nos llama sobre todo hoy. https://www.focolare.org/espana/es/news/2020/05/30/junio-2020/
Bendigamos al Señor con nuestro testimonio este día y digámosle:
"Me siento fuerte, sano y feliz porque tengo fe, amor y esperanza".
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Recopilado por Rosa Otárola D, / Junio 2020 “Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.