https://www.youtube.com/watch?v=uPTQ7mGhEow
- Ecle 11, 9-12,8
- Sal 89
- Lc 9, 43-45
Creo que uno de los grandes problemas de la humanidad de todos los tiempos es la incomprensión al mensaje del Señor, y entonces los cimientos de nuestra fe son débiles.
Hoy Jesús en el evangelio, podría parecer que se empeña en aguarle la fiesta a sus discípulos: «…entre la admiración general por lo que hacía, Jesús dijo a sus discípulos: … al Hijo del hombre lo van a entregar». ¿Qué necesidad había, en medio del éxito, ponerse a hablar de la Cruz?
Y es que, ¿qué fácil seguir a Jesús cuando las cosas vienen bien dadas, pero qué poco apetecible cuando en el horizonte aparece la Cruz?
Afirma el Papa Francisco: “Jesús anuncia su Pasión. Los discípulos, sin embargo, estaban tan absortos en el ambiente festivo que no entendieron esta palabra, y se les ocultó para que no la percibieran. No pidieron explicaciones. El Evangelio dice: “Tenían miedo de preguntarle sobre este dicho”… Esto es lo que ocurre también cuando nos comprometemos a ser testigos del Evangelio y a seguir a Jesús. “Estamos contentos”, pero no hacemos más preguntas, no hablamos de la Cruz… No hay trabajo apostólico fecundo sin la Cruz. Cada uno de nosotros, podría pensar: ¿Cómo será mi cruz? No lo sabemos, pero habrá una cruz y tenemos que pedir la gracia de no huir cuando llegue. Claro que nos da miedo, pero es precisamente ahí donde nos lleva el seguimiento de Jesús.”
“Les daba miedo preguntar sobre el asunto”. La Cruz no solo es una persecución, una enfermedad o un revés en la vida. La Cruz también es que en tu parroquia el cura no prediqué tan bonito como en otras, o que la oración no te lleva al séptimo cielo todos los días, o que si no haces tú la lectura, o no das catequesis o no coges la escoba, no lo va a hacer nadie.
Jesús no es un aguafiestas. Lo que pasa es que no quiere que sus discípulos lo seamos solo por lo que podemos obtener de nuestro segumiento. Lo que quiere es que tengamos claro hasta dónde estamos dispuestos a dar(nos). Ël lo ha dado todo.
Ciertamente estas palabras de Jesús resultaban incomprensibles para todos aquellos que esperaban que él fuera el Mesías triunfante, el Rey que habría de erradicar de su nación a los usurpadores y regresarles la gloria y la riqueza que en otro tiempo habían tenido. Era, pues, difícil entender a un Mesías que “debía ser entregado a los hombres para que lo mataran e hicieran de él lo que quisieran”.
Hoy, quizás esta sea una de las razones poderosas por las que mucha gente no lo sigue y de que muchos de los que lo siguen decidan abandonarlo. Muchos entran al cristianismo pensando que Jesús tiene que resolverles la vida; que ha venido para que no haya enfermedades ni dolor en el mundo; para arreglar su vida de manera que todo sea “color de rosa”. Jesús ha venido para traernos la salvación, la vida en abundancia, un estado de vida interior que hace que todo lo demás pueda ser maravilloso y vivirse la vida con paz y alegría.
No entendían el lenguaje y tenían miedo en preguntarle. El porqué de ese miedo, ciertamente llama la atención- ¿Será porque ven una contradicción ente la admiración y su muerte? ¿Será porqué pensarían que a ellos, por ser sus seguidores, terminarán igual? Estás preguntas nos sitúan en nuestra realidad existencial y vemos que ocurre lo mismo. Jesús y su proyecto y realización en su vida, es admirado y valorado por muchas personas, pero las personas tienen miedo de seguirle para hacer realidad ese proyecto. ¿Por qué será? Reflexionemos y pidamos ayuda para vencer el miedo y correr el velo de la incomprensión, a no desanimarnos en continuar con ese proyecto de amor a la humanidad realizado por Jesús y anunciarlo con nuestra palabra y con nuestro testimonio.
El texto de la primera lectura, nos está invitando a liberarnos de todo aquello que puede impedir el vivir con libertad y dignidad cada etapa de nuestra vida.
Para cada momento de nuestra existencia da unos consejos que es necesario que tengamos en cuenta, aceptar todo lo bueno que tiene y disfrutarlo. También aceptar las dificultades, las debilidades y afrontarlas. Para afrontarlas contamos con nuestro esfuerzo, con la ayuda de los demás y con la ayuda del Creador de la vida. De ahí que no hemos de ser vanidosos, pues siempre en cualquier etapa, es Dios el que nos acompaña y nos ayudapara evitar la vanidad.
Hoy, veneramos a María, como Virgen de la Merced. Esta advocación nos recuerda y nos invita a liberarnos y a liberar a las personas de toda clase de esclavitad que tienen y tenemos, devolverles su dignidad. Pidamos a María que nos ayude a comprender, acoger, y ayudar a las personas a salir de ellas pues les hacen vivir sin dignidad.
Bibliografía:
- Folleto La Misa de Cada Día
- PíldorasdeFe.com
- https://www.evangelizacion.org.mx/liturgia/
- https://oracionyliturgia.archimadrid.org/category/comentario-a-las-lecturas/
- https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/hoy/
- Palabra de Vida Mes de Setiembre 2022
“Siendo libre, me hice esclavo de todos, para ganar al mayor número posible” (1 Corintios 9, 19) https://ciudadnueva.com.ar/setiembre-2022/
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Setiembre 2022.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.