https://youtu.be/dush283jXm8
- Hch 16, 11-15
- Sal 149
- Jn 15, 26-16,4
“El Señor es amigo de su pueblo”, es la frase que inspira nuestra reflexión de hoy. Y es que la liturgia ya nos está introduciendo en la Fiesta de Pentecostés y por eso nos hace ver la importancia de contar con el Espíritu Santo en nuestra vida, El es nuestro defensor y nos ayuda y nos guía para dar testimonio de la Obra de nuestro Señor.
Afirma el Papa Francisco: “Meditando estas palabras de Jesús, nosotros hoy percibimos ser el Pueblo de Dios en comunión con el Padre y con Jesús mediante el Espíritu Santo. En este misterio de comunión, la Iglesia encuentra la fuente inagotable de la propia misión, que se realiza mediante el amor. Es el amor que nos introduce en el conocimiento de Jesús, gracias a la acción de este “Abogado” que Jesús nos ha enviado, es decir el Espíritu Santo. El amor a Dios y al prójimo es el mandamiento más grande del Evangelio. El Señor hoy nos llama a corresponder generosamente a la llamada evangélica, al amor, poniendo a Dios en el centro de nuestra vida y dedicándonos al servicio de los hermanos, especialmente a los más necesitados de apoyo y consuelo.”
En el pasaje que acabamos de leer de los Hechos, podemos apreciar como “El Señor le abrió el corazón” a Lidia.
Es el premio que el Señor concede a quien le busca con fe y confianza. Te abre la mente para que entiendas y te abre el corazón para que creas y vivas.
Lidia ha encontrado a Dios por la predicación de Pablo y porque el Señor había tocado su corazón y abierto su entendimiento para que comprendiera y aceptara la Buena Noticia que ha llegado a su pueblo.
Es la forma en que Dios actúa en nosotros: pone a nuestro alcance su mensaje y abre nuestra mente para que podamos aceptarlo, sin forzar a nadie, pero dejando encendidas suficientes luces para que todos podamos ver y aceptar que quiere de nosotros, y, si dejamos que la luz penetre en nosotros podremos ver el verdadero camino por el que nos invita a caminar. Lidia y su familia han llegado a encontrar a Jesús, camino, verdad y vida y se entregan sin condiciones. Pablo y Silas aceptan ir a su casa y hospedarse en ella. Dios acepta también nuestro hospedaje, solo espera que le invitemos a tomar posesión de nuestra casa y sepamos vivir sabiendo que “el Señor ama a su pueblo”.
Jesús, vemos en el texto del evangelio, como parte de la preparación final a sus apóstoles antes de la pasión los instruyó sobre dos cosas: la primera y más importante, es que serían revestidos de una fuerza interior que los convertiría en auténticos testigos de su amor y de su Reino.
Por otro lado, que el convertirse en auténticos testigos los llevará a afrontar una serie de dificultades, incluso a perder la vida como prueba de fidelidad. Estos dos elementos han estado presentes siempre en la Iglesia: el testimonio de Cristo, Mesías, llevado hasta las últimas consecuencias y la presencia activa del Espíritu que conforta, anima e impulsa a testificar que Jesús es el Señor y que solo en él hay Vida en Abundancia.
Además Jesús dice a los Apóstoles: «También vosotros daréis testimonio» (Jn 15,27). Para dar testimonio es necesario:
1º Tener comunión e intimidad con Jesús. Ésta nace del trato cotidiano con Él: leer el Evangelio, escuchar sus palabras, conocer sus enseñanzas, frecuentar sus sacramentos, estar en comunión con su Iglesia, imitar su ejemplo, cumplir los mandamientos, verlo en los santos, reconocerlo en nuestros hermanos, tener su espíritu y amarlo. Se trata de tener una experiencia personal y viva de Jesús.
2º Nuestro testimonio es creíble si aparece en nuestras obras. Un testigo no es sólo una persona que sabe que algo es verdad, sino que también está dispuesta a decirlo y vivirlo. Lo que experimentamos y vivimos en nuestra alma debemos transmitirlo al exterior. Somos testigos de Jesús no sólo si conocemos sus enseñanzas, sino —y principalmente— cuando queremos y hacemos que otros lo conozcan y lo amen. Como dice el dicho: «Las palabras mueven, los ejemplos arrastran».
Quizás sería bueno esta semana reflexionar sobre la eficacia de nuestro testimonio ante los demás. Nuestro testimonio con nuestros compañeros de trabajo y en nuestra misma familia. Y por otro lado, hacernos conscientes de la presencia activa del Espíritu que obra en nosotros y nos asegura que sólo en Jesús hay vida.
Bibliografía:
- https://www.evangelizacion.org.mx/liturgia/
- https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/hoy/
- https://www.vaticannews.va/es/evangelio-de-hoy.html
- http://webcatolicodejavier.org/evangeliodeldia.html
Palabra de Vida Mes de Mayo 2022
“Os doy un mandamiento nuevo: que os améis los unos a los otros» (Jn 13, 34) https://www.focolare.org/espana/es/news/2022/05/01/mayo-2022/
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Mayo 2022.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.