?⛅️ Buenos días. “Señor enséñame a amar como tú nos has amado“. Papa Francisco.
- Hech 15, 1-6
- Sal 123
- Jn 15, 1-8
“Vayamos con alegría al encuentro del Señor”, nos invita el Salmo de hoy en este día de Pascua.
Y la primera lectura nos lleva a reflexionar sobre las tensiones que surgen entre las comunidades que van surgiendo en la iglesia. Esto se traduce en dos actitudes diferentes: la de aquellos que viven su fe a partir exclusivamente de la novedad de Jesús para sus vidas (Pablo y Bernabé son sus representantes), y la de aquellos otros que -creyendo en Jesús- suponen que para llegar a Él es precisa la mediación del judaísmo (algunos apóstoles están más cerca de esta concepción). Los segundos pretenden imponer su punto de vista y ello da lugar a una disputa importante que es preciso solucionar para que la Iglesia no se “rompa”.
Pablo y Bernabé serán enviados a dialogar con la Iglesia de Jerusalén. Y la lectura nos deja hoy con el interrogante de lo que sucederá tras la deliberación de los que se reúnen para examinar el asunto. Pero también con la primera gran lección que podríamos haber aprendido: el primer paso es el diálogo.
Y personalmente, no hace reflexionar: ¿qué prevalece en mí de estas diversas formas de vivir la fe? ¿me inclino hacia el cumplimiento de normas? ¿descubro la fe como un don que tiene por único y exclusivo centro al Señor Jesús resucitado, vida y salvación para mí y para todos? ¿cómo podría contarme y contar lo que Dios ha hecho conmigo?
Y el evangelio nos,presenta este mensaje que nos centra en esta disyuntiva, pues el Señor nos dice, ” Permanezcan en mí y yo en ustedes” …”Yo soy la vid y ustedes los sarmientos…” La definición de sarmiento es, un vástago de la vid, largo, delgado, flexible y nudoso de donde nacen las hojas, las tijeretas y los racimos. Por eso el Señor nos indica que debemos permanecer unidos a El, al tronco para poder dar frutos.
Esto nos confronta con la visión que nos presenta el mundo de la inmediatez, la eficacia y la autosuficiencia, sin la gracia de Dios no somos capaces de dar fruto.
La regla de oro, por tanto es: “Si permanecen en mí y mis palabras permanecen es ustedes, pidan lo que quieran y se les dará”
“Jesús es la vid, nos dice el Papa Francisco, y a través de Él, pasa a los sarmientos el amor mismo de Dios, el Espíritu Santo. Nosotros somos los sarmientos, y a través de esta parábola Jesús quiere hacernos entender la importancia de permanecer unidos a Él.
Los sarmientos no son autosuficientes, sino dependen totalmente de la vid, en donde se encuentra la fuente de su vida.
Si uno está íntimamente unido a Jesús, goza de los dones del Espíritu Santo, que son “amor, alegría y paz, magnanimidad, afabilidad, bondad y confianza, mansedumbre y temperancia” (Gal 5,22); y en consecuencia hace tanto bien al prójimo y a la sociedad, como un verdadero cristiano.
De estas actitudes, de hecho, se reconoce que uno es un verdadero cristiano, así como por los frutos se reconoce al árbol.
Los frutos de esta unión profunda con Jesús son maravillosos: toda nuestra persona es trasformada por la gracia del Espíritu: alma, inteligencia, voluntad, afectos, y también el cuerpo, porque somos unidad de espíritu y cuerpo.
Recibimos un nuevo modo de ser, la vida de Cristo se convierte también en la nuestra: podemos pensar como Él, actuar como Él, ver el mundo y las cosas con los ojos de Jesús.
Entonces, con su corazón, como Él lo ha hecho, podemos amar a nuestros hermanos, a partir de los más pobres y sufrientes, y así dar al mundo frutos de bondad, de caridad y de paz”.
Mes de mayo
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Bendigamos al Señor con nuestro testimonio este día y digámosle:
"Me siento fuerte, sano y feliz porque tengo fe, amor y esperanza".
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Recopilado por Rosa Otárola D, /
Abril 2019
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.