?⛅️ Buenos días. “Señor enséñame a amar como tú nos has amado“. Papa Francisco.
- Efe 4, 1-7. 11-13
- Sal 18
- 1 Cor 15,12. 16-20
- Mt 9, 9-13
Hoy que recordamos al evangelista San Mateo, la liturgia nos invita a levantarnos de la mesa de pecadores, no importa si nuestro pecado es pequeño o grande, lo que importa es la premura para disponernos a cumplir con el seguimiento del Señor.
Así, la primera lectura nos lleva a revisar cómo está nuestro vivir una vida totalmente cristiana, la cual debe ser auténtica, mostrando a los demás las características esenciales de nuestra fe: la caridad y el perdón. Nos exhorta a que andemos como pide la vocación a la que hemos sido convocados: “a ser uno como el PADRE y YO somos uno…”, como nos dice el Señor en Jn. 17, 21-23. Y para que esto se haga vida en nosotros nos ofrece un regalo, un maestro de Unidad: El Espíritu Santo que, a su vez, nos va indicando una serie de actitudes para que esta UNIDAD sea auténtica y se haga una realidad, ayudándonos para esto con sus dones y frutos. La diversidad de carismas necesarios para el desarrollo de la Iglesia, no ha de ser motivo de desunión, al contrario, ya que los carismas tienen como fuente única a Jesucristo, y como fin, lograr el hombre perfecto: toda la humanidad renovada en Cristo.
El padre Adrián Martin, nos invita a meditar cada línea de este mensaje pues esta plasmado de enseñanzas.
- Sean siempre humildes y amables; sean comprensivos y sopórtense mutuamente con amor. Esto nos debe llevar a la aceptación de los demás y a reconocer nuestra limitaciones y aceptar también nuestras limitaciones.
- esfuércense en mantenerse unidos en el espíritu con el vínculo de la Paz. Para esto debemos vivir en la Unidad. Donde dos o más están reunidos en mi nombre, yo estoy en medio de ellos, Mt 18,20.
- Y San Pablo nos explica como debe darse: Porque no hay más que un solo cuerpo y un solo Espíritu, como es también sólo una la esperanza del llamamiento que ustedes han recibido.
- Cada uno de nosotros ha recibido la gracia en la medida en que Cristo se la ha dado. Cada uno ha recibido la gracia, entonces los dones y carismas que hemos recibido, son para compartirlos, con el fin de capacitar a los demás para construir el Reino., no para vanagloriarse, sino para entregarlos.
- Para lograr esto debemos escuchar su llamado y con prontitud levantarnos de la mesa de pecadores y seguirlo, como lo hizo Mateo.
Y es que una de las grandes enseñanzas de este evangelista que hoy recordamos , es precisamente, como nos dice el padre Yepes en el audio que ante el llamamiento del Señor, “Sígueme”, Mateo siendo un pecador, actúa de manera inmediata. Esto nos debe mover a reflexionar, cómo ha sido nuestra respuesta ante el llamado del Señor. Cuántas veces nos ha llamado? porque el evangelio no indica que Mateo haya sido llamado más que una vez.
En el Evangelio de hoy, Jesús pasa, mira a Mateo y le dice: ven. Los que estaban con él dicen: ¿a este que es un traidor, un sinvergüenza?, y él se agarra a la plata. Pero la sorpresa de ser amado lo vence y siguió a Jesús. Esa mañana cuando se despidió de su mujer, Mateo nunca pensó que iba a volver sin dinero y apurado para decirle a su mujer que preparara un banquete.
El banquete para aquel que lo había amado primero. Que lo había sorprendido con algo más importante que toda la plata que tenía.
¡Déjate sorprender por Dios! No le tengas miedo a las sorpresas, que te mueven el piso, que te ponen inseguro, pero nos ponen en camino. El verdadero amor te mueve a quemar la vida aún a riesgo de quedarte con las manos vacías.”
Pasemos a reflexionar sobre la repuesta de Jesús a los fariseos: “No son los sanos los que necesitan médico, sino los enfermos. Vayan, pues, y aprendan lo que significa: Yo quiero misericordia y no sacrificios. Yo no he venido para llamar a justos, sino a pecadores”. Nos decía el padre Javier Martin, en la homilia que para los fariseos esto debió ser un duro golpe pues Jesús pone en claro su propia miseria. Los fariseos tenían un pecado, peor que los de Mateo, no eran conscientes de su miseria humana, ceguera de corazón le llama el Papa Francisco. Ellos creían firmemente que como cumplían hasta la más pequeña de la letra de los ritos y normas ya eran superiores a los publicanos pecadores.
La gracia de reconocer nuestra miseria, nos dice el sacerdote, solo se consigue en la medida en que voy acercándome al Señor, entonces somos conscientes que nuestras faltas más leves, son enormes en comparación con el Amor que Dios derrama sobre nosotros, en comparación con su Misericordia.
Nosotros también, afirma el padre Yepes, tenemos la misma enfermedad de los fariseos y no vemos las enfermedades del alma y por eso, terminamos vacíos, porque nada en el mundo suple el Amor de Dios
El gran Amor de Jesús somos nosotros los enfermos del alma. Dejémonos sanar por su Amor.
Pidamos con la oración colecta, concédenos que sostenidos por el ejemplo, e iintercesión de San Mateo, sigamos fielmente y nos mantengamos unidos a ti Señor.
Palabra de Vida Mes de septiembre Den y se le dará. Les volcarán sobre el regazo una buena medida, apretada, sacudida y desbordante. Lc6, 38.
¿Quién podrá entonces separarnos depl amor de Cristo? (Romanos 8,35
Bendigamos al Señor con nuestro testimonio este día y digámosle:
"Me siento fuerte, sano y feliz porque tengo fe, amor y esperanza".
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Recopilado por Rosa Otárola D, /
Setiembre 2020
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.