https://youtu.be/6cRyB9p0JM8
- Hch 16, 1-10
- Sal 99
- Jn 15, 18-21
Iniciamos hoy nuestra reflexión de la liturgia de hoy con el Salmista que nos indica el camino a seguir en medio del mundo que nos invita a ir por el camino de la división, del miedo ante las dificultades, de la vida fácil. “El Señor es nuestro Dios y nosotros su pueblo…sirvamos al Señor con alegría… Reconozcamos que El es Dios, que El fue quien nos hizo y somos suyos” Que bello mensaje, ¿verdad? Y Pablo nos muestra como se conduce quien se deja conducir por estas palabras y es así, como, “convencido que Dios nos llama a predicar el Evangelio”, se deja guiar por el Espíritu Santo, hasta llegar a Macedonia donde pudo ayudar.
El Espíritu Santo es el faro que va guiando nuestra historia personal para que podamos reconocer la voluntad de Dios en cada momento. El Espíritu Santo se abre ante el mundo como ese soplo de aire fresco que renueva la misión de la Iglesia. Es su soplo el que va abriendo camino, acercando horizontes para que el Evangelio se expanda. Es el Espíritu el que abre los oídos, agiliza nuestros cuerpos y transforma nuestros corazones para que podamos comprender la llamada: «Pasa a Macedonia y ayúdanos». El Espíritu es el que nos hace que comprendamos el grito del necesitado. Que veamos la realidad del despojado. Que pronunciemos una palabra de aliento al abatido. Que no nos cerremos a nuestro propio interés, sino que nos abramos al amor que no sabe de excusas
La árdua tarea de la evangelización requiere corazones fuertes y firmes para enfrentar las tentaciones del desaliento cuando las cosas no salen según lo esperamos. De hecho, como acabamos de leer en el texto de los Hechos de los Apóstoles, esa oposición al Evangelio la interpretan como una señal del Espíritu para ir a otro lugar. Llama la atención, ¿verdad? Hasta en la oposición a la fe encontramos lugar para contemplar la mano providente de Dios, que no deja de guiar la historia de la humanidad.
Definitivamente nosotros los católicos debemos tomar como herramienta principal para nuestra vida la Palabra de Dios, pues ella nos da las bases para traer al mundo el Reino de Dios; “al elegirlos yo los he separado del mundo”, nos dice en el texto del evangelio, aunque nos vayan a odiar, pues como nos explica el Papa Francisco: “En la mayoría de los casos es la mundanidad la que odia la fe y los mata refiriéndose a tantos que han dado su vida por el Evangelio), como hicieron con Jesús… Hay una cosa que la mundanidad no tolera: el escándalo de la Cruz. No lo tolera. Y la única medicina contra el espíritu de la mundanidad es Cristo, que murió y resucitó por nosotros, el escándalo y la necedad.“
Ni el cristiano, ni la Iglesia pueden seguir las modas o los criterios del mundo. El criterio único, definitivo e ineludible es Cristo. No es Jesús quien se ha de adaptar al mundo en el que vivimos; somos nosotros quienes hemos de transformar nuestras vidas en Jesús. «Cristo es el mismo ayer, hoy y siempre». Esto nos ha de hacer pensar. Cuando nuestra sociedad secularizada pide ciertos cambios o licencias a los cristianos y a la Iglesia, simplemente nos está pidiendo que nos alejemos de Dios. El cristiano tiene que mantenerse fiel a Cristo y a su mensaje. Dice san Ireneo: «Dios no tiene necesidad de nada; pero el hombre tiene necesidad de estar en comunión con Dios. Y la gloria del hombre está en perseverar y mantenerse en el servicio de Dios».
Este día se nos antoja preguntarnos: ¿cuál es la relación que lleva el mundo conmigo? ¿El mundo me elogia? ¿Me premia? ¿Me estima? O bien, ¿me rechaza y persigue? La respuesta a estas preguntas es muy importante pues es la que define de qué lado del campo estamos.
Es necesario que en esta Pascua retomemos nuestro cristianismo y que seamos claramente identificables por el resto de la sociedad. Esto seguramente no traerá beneficio a nuestra vida, como no lo trajo a la de Jesús, pero entonces y solo entonces estaremos dando un signo claro de nuestra adhesión al Maestro, seremos entonces llamados con toda propiedad cristianos.
Está claro, al Igual que hubo oposición al mismo Cristo, la habrá siempre a sus discípulos fieles. Y también lo está que esta peculiar cruz que acompañará siempre nuestra tarea apostólica y misionera es un síntoma de nuestra fidelidad al Maestro.
Bibliogrfía:
- PildorasdeFe.com
- https://www.evangelizacion.org.mx/liturgia/
- https://oracionyliturgia.archimadrid.org/2022/05/21/sabado-de-la-v-semana-de-pascua/
- https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/hoy/
- http://webcatolicodejavier.org/evangeliodeldia.html
Palabra de Vida Mes de Mayo 2022
“Os doy un mandamiento nuevo: que os améis los unos a los otros» (Jn 13, 34) https://www.focolare.org/espana/es/news/2022/05/01/mayo-2022/
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Mayo 2022.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.