https://youtu.be/s3B0MZFLwNg
- 2 Re 17, 5-8. 13, 15-18
- Sal 59
- Mt 7, 1-5
Hoy la liturgia nos invita a mirar con seriedad a nuestro interior y ver nuestros defectos y pecados y ser respetuosos de la vida de los demás. Y es que cuántas veces somos muy rápidos para, como nos dice el evangelio, mirar la paja en el ojo ajeno y no darnos cuenta de la viga que tenemos en el nuestro. Cuántas veces como los hijos de Israel hemos pecado contra el Señor y hemos adorado a otros dioses y luego pedimos como el Salmista, “escúchanos Señor y sálvanos, vuélvete a nosotros”, pero lo hacemos, sin habernos sacado verdaderamente la viga de nuestro ojo. Juzgar a los demás nos resulta muy sencillo, cogemos nuestros elegantes y precisos visturíes y diseccionamos la vida de los que nos rodean.
La ruina del reino de Israel , como acabamos de meditar con la primera lectura, sucedió porque no escucharon la voz de Yahvé, su Dios, y violaron su alianza, no obedecieron ni pusieron en práctica todo cuanto había ordenado Moisés, siervo de Yahvé, sino que construyeron altares, levantaron estatuas e imágenes de Aserá en los montes, colinas y bajo todo árbol frondoso, postrándose y dando culto a estos ídolos y a otros dioses.
Dios, por medio de Cristo nos ha ofrecido la vida eterna, la felicidad sin limite y su amor, pidiéndonos a cambio, que lo amemos por sobre todas las cosas y que vivamos de acuerdo al Evangelio. No nos aferremos a una vida alejada de Dios, una vida vivida en el pecado, o sea, una vida al margen del Evangelio.
Las tribus de Israel pudieron constatar que Dios, en su santidad, es justo y no acepta la mediocridad: no nos podemos decir cristianos y vivir al margen del Evangelio. Tomemos las medidas necesarias para que nuestra vida cada día sea más conforme a la palabra de Dios.
En la película La Cabaña, que, en mi humilde opinión, es de lo más sugerente en cine religioso de los últimos decenios, se ve el proceso de sanación de un hombre que aprende a no juzgar, y lo que es todavía más importante, a no juzgarse, porque os aseguro que si nos convertimos en sádicos jueces de nosotros mismos, nos convertimos en auténticos maltratadores de nuestro yo más íntimo. Aprender a no juzgar y a acoger, se convierte en un auténtico desafío. Es por eso que el Papa Francisco, nos indica que “Jesús quiere convencernos de que no juzguemos: un mandamiento que repite muchas veces. En efecto, juzgar a los demás nos lleva a la hipocresía… Quien juzga se equivoca siempre. Y se equivoca, porque se pone en el lugar de Dios, que es el único juez: ocupa precisamente ese puesto, y se equivoca de lugar. En práctica, cree tener el poder de juzgar todo: las personas, la vida, todo. Y con la capacidad de juzgar considera que tiene también la capacidad de condenar… El que juzga, se convierte en un derrotado, y no puede no terminar mal, porque la misma medida se usará para juzgarle a él.”
San Agustín decía: «Los hombres sin remedio son aquellos que dejan de atender a sus propios pecados para fijarse en los de los demás. No buscan lo que hay que corregir, sino en qué pueden morder»
Un discípulo no juzga a nadie. Juzgar corresponde únicamente a Dios. Además, ignora la intención y sin este conocimiento no se puede ejercer un juicio recto. Aún más, usarán con nosotros la misma medida que usemos con los demás porque sí, bueno recordar que seremos juzgados por Dios con la misma medida que hayamos aplicado al prójimo. Él es el único que puede dictar sentencia y entonces meditar:
¿Con qué facilidad ves la viga de tu ojo?
¿Quizás ves más la mota del ojo ajeno?
Bibliografía:
- Folleto La Misa de Cada Día.
- PíldorasdeFe.com
- https://www.evangelizacion.org.mx/liturgia/
- https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/hoy/
- https://oracionyliturgia.archimadrid.org/2022/06/20/suspender-el-juicio/
- http://webcatolicodejavier.org/evangeliodeldia.html
Palabra de Vida Mes de Junio 2022
«Tú eres mi Señor, mi bien, nada hay fuera de ti» (Sal 16, 2) https://www.focolare.org/espana/es/news/category/parola-di-vita/
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Junio 2022.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.