LITURGIA DE LA PALABRA
Introducción.
Hoy en la liturgia, la mirada del profeta y de Jesús hacia los pequeños y lo pequeño interpelan nuestra actitud en la vida ¡Tantas veces nos deslumbra lo grande, lo espectacular de los acontecimientos! Y sin embargo, el más grande, el Señor del Cielo y de la tierra, sigue hablando a través de lo humilde y sencillo.
Es el inicio del adviento, el primer profeta que escucharemos este año, que nos invita a la esperanza, a la alegría venidera. Dios está con nosotros, y de nosotros depende creerlo y vivir de acuerdo con Él. No nos empeñemos en hacer del adviento un tiempo tétrico, penitencial, triste; porque el adviento es tiempo de esperanza, de alegría por el anuncio de la llegada del Reino, que un día llegará, aunque no sepamos el día ni la hora. Y no será un día terrible, pues en él encontraremos de nuevo al Dios amoroso, que un día nos creó, del que nos alejamos, y que hoy nos recupera y nos dirá: ¡Bienaventurados los ojos que ven lo que vosotros veis!
PRIMERA LECTURA del libro de Isaías 11, 1-10
Saldrá una rama del tronco de Jesé y un retoño brotará de sus raíces. Sobre él reposará el espíritu del Señor: espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y de fortaleza, espíritu de ciencia y de temor del Señor -y lo inspirará el temor del Señor-. Él no juzgará según las apariencias ni decidirá por lo que oiga decir: juzgará con justicia a los débiles y decidirá con rectitud para los pobres del país; herirá al violento con la vara de su boca y con el soplo de sus labios hará morir al malvado. La justicia ceñirá su cintura y la fidelidad ceñirá sus caderas.
El lobo habitará con el cordero y el leopardo se recostará junto al cabrito; el ternero y el cachorro de león pacerán juntos, y un niño pequeño los conducirá; la vaca y la osa vivirán en compañía, sus crías se recostarán juntas, y el león comerá paja lo mismo que el buey. El niño de pecho jugará sobre el agujero de la cobra, y en la cueva de la víbora meterá la mano el niño apenas destetado. No se hará daño ni estragos en toda mi Montaña santa, porque el conocimiento del Señor llenará la tierra como las aguas cubren el mar.
Aquel día, la raíz de Jesé se erigirá como estandarte para los pueblos: las naciones la buscarán y la gloria será su morada.
Reflexión:
Isaías, el profeta del adviento, predice cómo será el Reino de Dios, después de que sea juzgado el mundo, sin duda con amor y benevolencia. El Hijo que renacerá del tronco de Jesé, juzgará “con justicia y equidad”. Es el conocimiento de Dios el que nos permitirá ser pacíficos, mansos, llenos del amor de Dios y guiados siempre por él. Nada podrá oponerse a la felicidad de los seres creados. Todas las criaturas viviremos felices, compartiendo todo lo que existe, siendo fieles al “Retoño del tronco de Jesé” que no será muy trabajoso identificar con Jesús, el enviado que hará volver todo a Dios y establecer el reino idílico que Isaías nos profetiza.
SALMO RESPONSORIAL 71, 1-2. 7-8. 12-13. 17
R/. ¡Que en sus días florezca la justicia!
Concede, Señor, tu justicia al rey y tu rectitud al descendiente de reyes, para que gobierne a tu pueblo con justicia y a tus pobres con rectitud.
Que en sus días florezca la justicia y abunde la paz, mientras dure la luna; que domine de un mar hasta el otro, y desde el Río hasta los confines de la tierra.
Porque él librará al pobre que suplica y al humilde que está desamparado. Tendrá compasión del débil y del pobre, y salvará la vida de los indigentes.
Que perdure su nombre para siempre y su linaje permanezca como el sol; que él sea la bendición de todos los pueblos y todas las naciones lo proclamen feliz.
Reflexión
El salmista nos invita a rezar la oración de Israel por la espera del rey de La Paz; una oración por la justicia a los humildes, por el juicio imparcial y la defensa de los oprimidos.
EVANGELIO según san Lucas 10, 21-24
Al regresar los setenta y dos discípulos de su misión, Jesús se estremeció de gozo, movido por el Espíritu Santo, y dijo:
“Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque, habiendo ocultado estas cosas a los sabios y a los prudentes, las has revelado a los pequeños. Sí, Padre, porque así lo has querido. Todo me ha sido dado por mi Padre, y nadie sabe quién es el Hijo, sino el Padre, como nadie sabe quién es el Padre, sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar”.
Después, volviéndose hacia sus discípulos, Jesús les dijo a ellos solos: “¡Felices los ojos que ven lo que ustedes ven! Porque les digo que muchos profetas y reyes quisieron ver lo que ustedes ven y no lo vieron, oír lo que ustedes oyen y no lo oyeron”.
Reflexión:
En el Evangelio de hoy encontramos con el gozo del Espíritu, eleva una oración de gratitud de Jesús al Padre revelar los misterios de su amor a los humildes. Su gozo está en que a Dios Padre le ha parecido bien dar a conocer el Reino a la gente sencilla y humilde, y no a los sabios e inteligentes del mundo.
Esto nos debe hacer ver la importancia de mantener un espíritu humilde y sencillo, que todo el tiempo nos haga recordar que lo que somos y tenemos le pertenece y que dependemos totalmente de Él, en el sustento, en la salud, en la vida. Nuestra inteligencia y nuestros éxitos dependen totalmente de la gracia de Dios. Para Dios, la humildad y la sencillez de corazón está por encima de la sabiduría humana o la posición social.
Benedicto XVI, al hablar de la actitud de adoración, afirma que ella presupone un «reconocimiento de la presencia de Dios, Creador y Señor del universo. Es un reconocimiento lleno de gratitud, que brota desde lo más hondo del corazón y abarca todo el ser, porque el hombre sólo puede realizarse plenamente a sí mismo adorando y amando a Dios por encima de todas las cosas».
Un alma sensible experimenta la necesidad de manifestar su reconocimiento. Es lo único que los hombres podemos hacer para responder a los favores divino. Tres versículos muy hermosos que acaban muy esperanzadoramente: “muchos quisieron ver y escuchar lo que vosotros veis y escucháis”. Creo que estos versículos van dirigidos directamente a nosotros. ¿Cuántas veces creemos oír, pero no escuchamos, miramos, pero no vemos?
Espero que Jesús, en su infinita misericordia, me mire, vea mi pobreza, y me enseñe a ver al verdadero Dios, que, a veces, está escondido o mi torpeza me impide verlo, por ello contimuemos orando, como nos lo pidió el Papa Francisco por el Jubileo 2025, Peregrinos de Esperanza:
Señor, Padre que estás en el cielo, la fe que nos has donado en tu Hijo Jesucristo, nuestro hermano, y la llama de caridad infundida en nuestros corazones por el Espíritu Santo, despierten en nosotros la bienaventurada esperanza en la venida de tu Reino.
Tu gracia nos transforme en dedicados cultivadores de las semillas del Evangelio que fermenten la humanidad y el cosmos, en espera confiada de los cielos nuevos y de la tierra nueva, cuando vencidas las fuerzas del mal, se manifestará para siempre tu gloria.
La gracia del Jubileo reavive en nosotros, Peregrinos de Esperanza, el anhelo de los bienes celestiales y derrame en el mundo entero la alegría y La Paz de nuestro Redentor.
A ti, Dios bendito eternamente, sea la alabanza y la gloria por los siglos.
Amén.
Tomado de:
- Folleto La Misa de Cada Día.
- https://www.eucaristiadiaria.cl/dia_cal.php?fecha=2025-12-02
- Libro La Buena Noticia de Cada Día
- Diario Bíblico 2025. Misioneros Claretianos.
- Libro Busco Tu Rostro, autor Carlos G. Vallés
- https://evangeli.net/evangelio/dia/2025-12-02
- https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/hoy/
- https://www.evangelizacion.org.mx/evangelio-de-hoy
- https://www.iubilaeum2025.va/es/giubileo-2025/preghiera.html
Palabra de Vida Mes de Diciembre «Los confines de la tierra verán la salvación de nuestro Dios» (Is 52, 10). https://ciudadnueva.com.ar/categoria/palabra-de-vida/
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Diciembre 2025 2025.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.