?⛅️ Buenos días. “Señor enséñame a amar como tú nos has amado“. Papa Francisco.
https://youtu.be/QWTVyMMOEUY
- Ex 14, 5-18
- Ex 15
- Mt 12, 38-42
La Escritura dice que el faraón endureció su corazón, sin embargo, quienes somos duros de corazón y ciegos somos nosotros, el pueblo amado de Dios. Los Israelitas ya habían visto de qué manera Dios los había hecho salir de Egipto; habían visto todas las proezas que Dios había realizado delante de los egipcios. Sabían ahora que su Dios era un Dios inmensamente poderoso. Aun así, se ponen a reclamar a Moisés, (aunque de hecho es a Dios a quien reclaman): “Estábamos mejor como esclavos”.
En el evangelio de hoy los escribas y fariseos continúan pidiendo a Jesús ver más signos para creer, subrayando de este modo su falta de fe.
Todos sabemos lo que es un signo: algo visible que nos lleva a algo invisible. La tristeza o la alegría son estados de ánimo, y por tanto forman parte del “anima”. Son invisibles. Pero nuestro el gesto alegre o triste se convierte en un signo visible de ese estado real pero invisible.
Para los contemporáneos de Jesús, en el contexto de la cultura hebraica, hablar de signos era hablar de gestos visibles de Dios que nos llevan al Dios invisible, normalmente a través de algo inusual, pero sobre todo a través de algo específicamente milagroso, algo que desafía las leyes de la naturaleza, el milagro. Pero aún así no esperan de Dios un truco de magia, sino un signo de su presencia. Lo vemos claramente en el relato del Éxodo: la zarza ardiendo es un signo. También el báculo que se convierte en serpiente, pero no como los de los magos del Faraón, sino cómo signo verdadero, capaz de comerse a las serpientes reconvertidas en báculos de aquellos magos.
Llega Jesús, el Mesías esperado, y los fariseos no le creen. El signo ayuda a la fe, pero si se exige, la misma exigencia puede ser en si misma signo de falta de fe. Le pasaría lo mismo al apóstol Tomas tras la resurrección: sino meto mis dedos en sus heridas…
Por eso Jesús les dice que se van a quedar con las ganas. Al menos ese día, en ese momento. Porque no se les va a dar más signo que el del profeta Jonás. Si. Les dará un signo, pero no va a ser un milagro, que Jesús reserva para los pobres y los enfermos, pero que son ricos y sanos por su gran fe. Será el signo de su resurrección al tercer día, porque si Jonás estuvo en el seno de una ballena y sobrevivió, Jesús estará en el seno de la tierra, pero resucitará.
Hoy en día, todavía nuestra generación busca de Jesús una señal prodigiosa para creer: “Señor sana a mi hijo”, “Señor, que consiga un buen trabajo”, “Señor,…”.
Para nosotros, el nuevo pueblo de Dios, Dios nos manifestó su gran poder resucitando a Cristo, pero no sólo eso, sino que lo continúa haciendo en la Iglesia y en la vida de cada uno de nosotros.
Lo triste del asunto es que después de recibir la señal, no bastándonos la prueba y señal eclatante de su resurrección, la respuesta de fe de muchos de nuestros cristianos es insignificante.
Si revisamos nuestra propia historia encontraremos las huellas del Dios poderoso que nos salva, que nos ha salvado y que continuará haciéndolo hasta que un día podamos participar con ÉL de la eternidad. Sin embargo, debemos ser conscientes que la libertad, aunque es un don de Dios, exige trabajo y esfuerzo por parte de nosotros.
¿Cuántas veces hemos recibido lo que hemos pedido? Y, ¿cómo ha sido nuestra respuesta después de haberlo recibido? Después de que Jesús nos ha dado la muestra de su amor, la fe no se desarrolla. Por unas semanas vamos a misa o hacemos algo más de lo que hacíamos, pero rápidamente se nos olvida y la conversión no crece, no madura.
El Papa Francisco, no invita hoy a que “en vuestra casa, en Nínive, resonó la profecía de Jonás, que evitó la destrucción y trajo una nueva esperanza, la esperanza de Dios. Dejémonos contagiar por esa esperanza, que nos anima a reconstruir y a empezar de nuevo. Y en estos duros tiempos de pandemia, ayudémonos a fortalecer la fraternidad, para construir juntos un futuro de paz. Juntos, hermanos y hermanas de cada tradición religiosa.”
No seamos de los que buscan a Jesús por sus milagros y las muestras de su amor, sino más bien de los que buscan al Señor de los milagros para rendirle nuestro amor.
Jesús nos ha hecho libres para vivir en SU amor, y Su poder estará siempre con nosotros para ayudarnos a cruzar el mar de la vida. No tengamos miedo, aprendamos a confiar totalmente en Aquel que es infinitamente más grande y poderoso de lo que podemos imaginar. Si delante de ti está hoy el mar y por tu espalda se aproximan tus enemigos, dile al Señor: “Yo confío en TI, pues si una vez lo hiciste por ellos, ahora lo harás también por mí”.
Palabra de Vida Mes de Julio 2021
“Ten confianza, hija, tu fe te ha salvado” (Mateo 9, 22) . https://ciudadnueva.com.ar/categoria/palabra-de-vida
Bendigamos al Señor con nuestro testimonio este día y digámosle:
"Me siento fuerte, sano y feliz porque tengo fe, amor y esperanza".
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Recopilado por Rosa Otárola D, /
Julio 2021
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.