?⛅️ Buenos días. “Señor enséñame a amar como tú nos has amado“. Papa Francisco.
- Mac 1, 10-15. 41-43. 54-57. 62-65
- Sal 118
- Lc 18, 35-43
En nuestro mundo moderno es fácil que ocurran cosas semejantes a lo que ocurrió con los israelitas, como nos narra el libro de los Macabeos: dejarse arrastrar por los criterios del mundo y dejar de lado el camino del Evangelio. Es triste encontrarnos en nuestros centros de trabajo personas que se confiesan como cristianos, a quienes hemos visto el domingo en Misa y que ahora, con su manera de obrar, de pensar y de hablar, ocultan la realidad que han vivido.
Con esto piensan que serán más aceptados por su medio, que quedarán bien con sus superiores, en fin, que como pensaban los israelitas, les iría mejor. La realidad será totalmente contraria. No es fácil ser buen cristiano, nunca lo ha sido. Tomemos la resolución, como lo hicieron algunos de los israelitas, de permanecer firmes y fieles a la vida evangélica. Y recordemos que Dios nunca nos presentará una prueba que sobrepase nuestras fuerzas.
Por eso con el Salmo hoy pidamos al Señor: Ayúdame a cumplir tus mandamientos y ser coherente con mi manera de actuar que no me olvide de tu Voluntad Señor.
Como nos indica el Papa Francisco: “Así como el pueblo de Israel fue liberado gracias a la paternidad de Dios, también el ciego Bartimeo fue liberado gracias a la compasión de Jesús que acababa de salir de Jerico.
Jesús no le da indicaciones ni respuestas, pero hace una pregunta:
“¿Qué quieres que haga por ti”?
Podría parecer una petición inútil: ¿Qué puede desear un ciego si no es la vista? Sin embargo, con esta pregunta, hecha “de tú a tú”, directa pero respetuosa, Jesús muestra que desea escuchar nuestras necesidades. Quiere un coloquio con cada uno de nosotros sobre la vida, las situaciones reales, que no excluya nada ante Dios.“
Nuestra conversión, como la del ciego, es un proceso, como nos dice el padre Yepes en el audio: estamos sentados al borde del camino; no somos protagonista de nuestra vida, estamos al borde, vivimos en la periferia de nuestro proyecto existencial; vivimos limosneando cariño, aceptación de los demás. Pero cuando vemos al Señor venir hemos gritado, clamado su Misericordia y aunque algunos nos critiquen y nos quieran callar, como el ciego hemos gritado mas fuerte, perseveramos en nuestro clamor al Señor y es entonces en este proceso que el Señor nos pregunta: Qué quieres que haga por ti? Y es entonces que nuestra respuesta cambia totalmente nuestra vida, mostrando nuestra ceguera le damos libertad al Señor al exponer nuestra necesidad: Señor que vea. Y surge el maravilloso momento en que nuestra voluntad se repliega ante la suya y se da el milagro pues hemos dejado al Señor actuar libremente en nuestra vida y mostrar su poder. Desde ese momento nuestra vida se convierte en luz y el objetivo de ahora en adelante será seguirlo y glorificarlo.
Concluimos con esta frase del Papa Francisco que nos indica claramente nuestra misión: …”Sigamos por el camino que el Señor desea. Pidámosle a El una mirada sana y salvada, que sabe difundir luz porque recuerda el esplendor que la ha iluminado…”
Mes de noviembre
Ayuda espiritual
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Bendigamos al Señor con nuestro testimonio este día y digámosle:
"Me siento fuerte, sano y feliz porque tengo fe, amor y esperanza".
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Recopilado por Rosa Otárola D, /
Noviembre 2019
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.