- ?⛅️ Buenos días. “Señor enséñame a amar como tú nos has amado“. Papa Francisco.
https://youtu.be/nZyjflth9I8
- Rom 3, 21, 30
- Sal 129
- Lc 11, 47-54
Este pasaje De los Romanos, nos tiene que llevar a concluir que nuestra fe en Cristo, la cual nos rehabilita y nos abre las puertas del Cielo, debe ser una FE ACTIVA, una fe que se hace patente con nuestro obrar diario. ¿Es así tu fe?
Y San Lucas, nos confronta hoy con la hipocresía propia hoy en nosotros como en aquel entonces en los fariseos, y a revisarnos al respecto. El padre Yepes en el audio, nos indica tres elementos: nos encanta la aprobación y el respeto, aparecer buenos ante los demás, actuamos con máscaras. Necesitamos ocultar las intenciones del corazón, entonces no somos transparentes. Finalmente, nos gusta sentirnos superiores a los demás y ser jueces.
Como dicen los test, si contestaste afirmativo a por lo menos una de estas afirmaciones, es hora de transformar nuestra vida y solo hay un antídoto ante este mal de la hipocresía: reconocernos pecadores, arrepentirnos y ser humildes.
“Los Doctores de la ley no comprendían la alegría de la promesa; nos dice el Papa Francisco, no entendían la alegría de la esperanza; no comprendían la alegría de la alianza. No entendían . No sabían regocijarse, porque habían perdido el sentido de la alegría, que sólo viene de la fe…
Y su corazón estaba petrificado. Es triste ser creyente sin alegría y la alegría no existe cuando no existe la fe, cuando no existe la esperanza, cuando no existe la ley sino sólo las prescripciones, la doctrina fría.
La alegría de la fe, la alegría del Evangelio es la piedra miliar de la fe de una persona. Sin alegría aquella persona no es un verdadero creyente.
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p data-removefontsize=”true” data-originalcomputedfontsize=”17″>Pidamos al Señor la gracia de ser exultantes en la esperanza, la gracia de poder ver el día de Jesús, cuando nos encontraremos con Él, y la gracia de la alegría.”
Mes de octubre
Lee y estudia la Biblia
/Planifica leer la Biblia en un Año, pero léela en la profundidad del amor, no para juzgar ni para condenar. La Palabra de Dios alimenta los sueños y esperanzas, es el motor de tu alegría y ayuda a avivar la compasión.
Bendigamos al Señor con nuestro testimonio este día y digámosle:
"Me siento fuerte, sano y feliz porque tengo fe, amor y esperanza".
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Recopilado por Rosa Otárola D, /
Abril 2019
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.