?⛅️ Buenos días. “Señor enséñame a amar como tú nos has amado“. Papa Francisco.
- Dan 3, 25.34-42
- Sal 24
- Mt 18, 21-35
Este tiempo de conversión y reconciliación. Hoy la liturgia nos invita al Perdón; es el momento de dirigirnos a nuestro Buen Padre Dios, como nos indica la primera lectura: …”Señor Dios, no nos abandones nunca…no apartes de nosotros tu misericordia…”; ofrecerle nuestro desconcierto ante tantas realidades negativas que hemos de afrontar cada día. Sobre todo las realidades que estamos viviendo por el coronavirus y todas las consecuencias que debemos enfrentar.
Es tiempo de sinceridad y reconocimiento de nuestra condición pecadora: …”Estamos humillados por toda la tierra a causa de nuestros pecados…‘ Ofrecerle nuestro corazón contrito es una forma de expresar nuestra confianza en su perdón y en su misericordia: …”acepta nuestro corazón adolorido y nuestro espíritu humillado… Trátanos según tu clemencia y tu abundante misericordia. Sálvanos según tus prodigios y da gloria a tu nombre.” “Descúbrenos Señor tus caminos …”, no dice el Salmista.
Sobre el Evangelio de hoy, afirma el Papa Francisco, Pedro pregunta al Señor: “Si mi hermano me ofende, ¿cuántas veces le tengo que perdonar? ¿Hasta siete veces?”. Y el Señor le responde: “No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete”.
Estas palabras son centrales en el mensaje de reconciliación y de paz de Jesús.
Obedientes a su mandamiento, pedimos cada día a nuestro Padre del cielo que nos perdone nuestros pecados como también nosotros perdonamos a quienes nos ofenden. Si no estuviésemos dispuestos a hacerlo, ¿cómo podríamos rezar sinceramente por la paz y la reconciliación?
Jesús nos pide que creamos que el perdón es la puerta que conduce a la reconciliación. Diciéndonos que perdonemos a nuestros hermanos sin reservas, nos pide algo totalmente radical, pero también nos da la gracia para hacerlo.
Lo que desde un punto de vista humano parece imposible, irrealizable y, quizás, hasta inaceptable, Jesús lo hace posible y fructífero mediante la fuerza infinita de su cruz.
La cruz de Cristo revela el poder de Dios que supera toda división, sana cualquier herida y restablece los lazos originarios del amor fraterno.
Tengan confianza en la fuerza de la cruz de Cristo. Reciban su gracia reconciliadora en sus corazones y compártanla con los demás.
Nos ejemplifica bellamente el padre Yepes, este llamado al perdón: “Cualquier herida qué hay en nuestro corazón, son ínfimos cien denarios, una deuda pequeña frente a toda la deuda que Cristo pagó por todos nosotros…”
Entonces, reflexionemos: Quién soy yo para no perdonar…? Acaso no me comporto igual que aquel servidor a quien mucho se le perdonó y no supo perdonar? No rezo en el Padrenuestro “…perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden…”?
<
p data-removefontsize=”true” data-originalcomputedfontsize=”17″>Pidamos hoy al Señor la gracia de ser libres por el camino del perdón y asi poner en práctica la Palabra de Vida de este mes: “Todo lo que deseen que los demás hagan por ustedes, háganlo por ellos: en esto consiste la Ley y los Profetas.” (Mateo 7, 12).
Mes de Marzo
Intención de oración universal
Recemos por la Iglesia de China.
Recemos para que la Iglesia en China persevere en la fidelidad al Evangelio y crezca en unidad.
Palabra de Vida .
“Todo lo que deseen que los demás hagan por ustedes, háganlo por ellos: en esto consiste la Ley y los Profetas.” (Mateo 7, 12)
Esta Palabra nos impulsa a ser creativos y generosos, a tomar la iniciativa, a tender puentes hacia quien no es nuestro amigo, como Jesús mismo hizo. Nos exige la capacidad de salir de nosotros para ser testigos creíbles de nuestra fe.
Perseverando veremos cambiar el mundo a nuestro alrededor poco a poco. Comprenderemos que el Evangelio comporta la vida más fascinante, enciende la luz del mundo, le da sabor a la existencia, tiene en sí el principio de la resolución de todos los problemas. No descansaremos hasta poder comunicar nuestra extraordinaria experiencia a otros: a los amigos que pueden comprendernos, a los parientes, a todo aquel que sintamos poder ofrecerla. Renacerá la esperanza”.
Bendigamos al Señor con nuestro testimonio este día y digámosle:
"Me siento fuerte, sano y feliz porque tengo fe, amor y esperanza".
? ?
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Marzo 2020
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.