https://youtu.be/dN9MysQ5gks
- Gen 49, 2. 8-10
- Sal 71
- Mt 1, 1-17
Comienza hoy, 17 de Diciembre, una “cuenta atrás” muy particular. En esta última semana de Adviento se irán sucediendo los días con una intensidad creciente; la espera del Señor se hace ya casi insostenible. El deseo de contemplar al Señor en carne mortal y poder adorarlo va en aumento. En apenas una semana el canto del Gloria, unido al de los ángeles, hará rebosar nuestros corazones de júbilo por el nacimiento del Señor. Pero aún no ha llegado, debemos permanecer vigilantes, manteniendo la tensión.
En la primera lectura, tomada del Génesis, leemos la bendición de Jacob a su hijo Judá. Con esta bendición, el patriarca omite la tradicional precedencia del primogénito. La bendición recae sobre aquél de cuya descendencia nacerá el Salvador.
Dios, en su infinita sabiduría, va preparando el camino del nacimiento de Jesús. Sus antepasados reciben ya la bendición solemne, de la que gozarán en primicia durante su vida. Y no falta la referencia al Mesías: “El cetro no se apartará de Judá ni el bastón de mando de entre sus piernas, hasta que llegue aquel a quien le pertenece y a quien los pueblos deben obediencia”. Palabras ciertamente proféticas que se cumplen en Jesucristo.
El hijo de Dios viene no solo a salvar, sino también a redimir, restaurar, sanar y purificar el corazón del hombre desde su raíz. Es ese esqueje saludable que va a comunicar la salud a todo el tronco enfermo y que va a hacer que ahora este árbol pueda dar fruto abundante y perenne. Dios ama este mundo. Dios nos ama a nosotros, sus hijos. Dios viene a habitar en esta tierra donde los hombres hemos dejado que prolifere el pecado y hemos permitido que se enfermera mortalmente nuestra familia. Este es uno de los significados que tiene esta genealogía de Jesús que leemos al principio de estas ferias mayores del adviento.
San Mateo inicia su Evangelio con la Genealogía de Cristo para indicarnos que El es el Mesías anunciado desde Abraham y que es verdadero hombre. El evangelista quiere manifestar claramente con la genealogía de Jesús que el hijo de María enraíza con Abraham, el portador de la bendición de Dios.
La lectura y el texto evangélico nos ayudan, pues a situarnos en el tiempo y en la sociedad en que nace Jesús. Así, a partir de esa preeminencia de sangre es como entenderemos la revolución de Jesús y de sus seguidores inmediatos más clarividentes, cuando insisten en que Dios no sabe de razas, todos, sea cual sea su raza, son hijos suyos. El hijo de Dios, el verbo eterno del Padre, la palabra que se va a hacer carne y va a habitar en medio de nosotros es de nuestro barro, en todo igual a nosotros, para participar de nuestra misma condición humana. Ni es un ángel ni es un marciano, procede de esta raíz, que tiene su origen en Abraham, nuestro padre en la fe.
Postura casi inadmisible entonces, quizás en parte ahora también, por quienes se atribuían pertenecer al “pueblo elegido”. Si ese pueblo ha sido el elegido, lo es porque a él pertenecía Jesús de Nazaret, que proclamó que todos somos pueblo santo, elegido por Dios. Por ello, la universalidad de la dignidad humana, supera las peculiaridades de cada raza.
Y no está de más que hoy lo tengamos en cuenta, cuando estamos desafiados por racismos, más o menos confesados, que se oponen a abrir nuestras fronteras, también mentales, a los diferentes por diversos factores, también por la raza. Algo que es necesario para que se cumpla el deseo del salmo que recitamos en esta eucaristía: “Que en sus días florezca la justicia; y la paz abunde eternamente”.
Cada período de catorce generaciones que se nombran en el texto del evangelio, nos presenta una etapa de la historia de la salvación, en medio de la cual, Dios fue realizando la salvación.
Nos explica el Papa Francisco: “Una vez oí que alguien decía: ‘¡Esta cita del Evangelio parece la lista telefónica!’ Y no, es otra cosa: esta cita del Evangelio es historia y tiene un argumento importante. Es pura historia porque como decía san León Papa, Dios ha enviado a su Hijo. Y Jesús es consustancial al Padre, Dios, pero también consustancial a la Madre, una mujer. Y esta es la consustancialidad de la Madre. Dios se ha hecho historia. Dios se ha querido hacer historia. Está con nosotros. Ha hecho el camino con nosotros…Y Abraham comenzó ese camino. Después Isaac, Jacob, Judá. Así va este camino en la historia. Dios camina con su pueblo. Dios no ha querido venir a salvarnos sin historia. Él ha querido hacerse historia con nosotros. Una historia que va de la santidad al pecado. En esta lista hay santos, pero también hay pecadores.”
Y ese es el problema, algunos no le permitimos actuar con libertad y por ello, nuestra vida se complica. Jesús se ha hecho solidario de esta humanidad concreta, débil y pecadora, no de una élite ideal y selecta. Jesús es el Santo, pero no desdeña mostrarse uno más entre de los pecadores, y los trata con delicadeza y ternura. Ha entrado en nuestra familia, y pasando por uno de tantos y actuando como un hombre cualquiera, se alegra de que la salvación nos haya alcanzado a cada uno de nosotros, se felicita porque la salvación haya entrado en nuestra casa.
Dios no es una idea, es una persona encarnada, por ello el cristianismo no es una filosofía sino un estilo de vida. Vivámoslo esta Navidad y siempre.
Pidamos al Señor que nos muestre el camino de salvación y con la oración Colecta, que se digne hacernos partícipes de su vida divina.
“Alégrense los cielos y regocíjese la tierra, porque vendrá el Señor y tendrá compasión de sus pobres.” Is 49, 13
Bibliografía:
- Folleto La Misa de Cada Día
- https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/hoy/
- https://www.evangelizacion.org.mx/liturgia/index.php?i=17-12-2022
- https://oracionyliturgia.archimadrid.org/2022/12/17/redentor-de-la-historia/
- https://es.catholic.net/op/articulos/11736/cat/504/genealogia-del-salvador.html#modal
Palabra de Vida Mes de Diciembre 2022
“Confíen en el Señor para siempre, porque el Señor es una Roca eterna” (Isaías 26, 4) https://ciudadnueva.com.ar/categoria/palabra-de-vida/
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Dciembre 2022.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.