https://youtu.be/Tj5i-9afdy8
- Eclo 48, 1-15
- Sal 96
- Mt 6, 7-15
Que se alegren los justos en el Señor, nos motiva hoy en Salmista y es que la liturgia de hoy nos enseña acerca de la generosidad de Dios con nosotros pues desde el principio nos ha provisto de lideres como Elias y Eliseo capaces de realizar sus designios con acierto; eso quiere decir también que podemos seguir confiando en él. No sólo es un Dios digno de ser admirado y glorificado y de recibir la gratitud de sus criaturas. Tenemos en él, además, la garantía de que todas sus promesas se cumplirán y de que seguirá contando con nosotros para llevarlas a cabo.
Dios es generoso: ¿Le damos gracias con frecuencia? Dios es fiel a sus promesas: ¿Confiamos absolutamente en él? Dios cuenta con nosotros: ¿Colaboramos de buena gana con él?
Hoy el Señor nos quiere ayudar a crecer en un tema central de nuestra vida cristiana: la oración. El texto del evangelio nos dice: “el Padre sabe lo que les hace falta, antes de que se lo pidan” Orar es hablar con Dios. Es conversar con Él, como un hombre habla con su amigo. Es contarle nuestras alegrías y penas, nuestras preocupaciones y deseos, nuestros éxitos y fracasos. Pero hablar es siempre cosa de dos. Si uno sólo habla y el otro sólo escucha, no estamos ante una conversación, sino ante un monólogo… Por eso, Jesús hoy nos advierte de la tentación de aquellos «que se imaginan que por hablar mucho les harán caso». Esto nos sucede cuando convertimos nuestra oración en verborrea, en repetición mecánica de sonidos, en un aluvión de quejas y peticiones que dejarían exhausto a cualquiera que nos escuchara. No nos podemos olvidar que hablar es cosa de dos. Cuando rezamos tenemos muchas veces que hacer silencio, acallar nuestra voz y escuchar a Dios que nos habla al corazón.
Con el Padrenuestro Jesús nos enseña a relacionarnos con El como sus hijos. Jesús nos abre un nuevo horizonte de plegaria: la oración de quienes se dirigen a Dios con la conciencia de hijos. El tipo de relación que tengo con una persona determina la manera en la que le pido las cosas, y también aquello que puedo esperar de ella. De un padre, y especialmente del Padre celestial, lo puedo esperar todo y sé que tiene cuidado de mi vida. Por eso Jesús, que vive siempre como un auténtico hijo, nos dice «no estéis preocupados por vuestra vida: qué vais a comer» (Mt 6,25). ¿Realmente tengo esta conciencia de hijo? ¿Me dirijo a Dios con la misma familiaridad con que lo hago con mi padre o mi madre?
Nos dice el Papa Francisco: “Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!… Esta es la raíz de la oración cristiana: llamar “Padre” a Dios. ¡Hace falta valor! No se trata tanto de una fórmula, como de una intimidad filial en la que somos introducidos por gracia: Jesús es el revelador del Padre y nos da familiaridad con Él…”
Dios es nuestro Padre: ¿Lo tratamos con sentimiento filial y nos tratamos entre nosotros con afecto fraterno? Dios quiere establecer su reino en este mundo: ¿Hacemos nuestro ese propósito y le ayudamos a conseguirlo? Dios sacia nuestra hambre: ¿Remediamos nosotros en alguna medida la indigencia de los necesitados? Dios nos perdona siempre: ¿Estamos nosotros siempre dispuestos a la reconciliación? Dios fortalece nuestra debilidad frente el mal: ¿Pasamos también nosotros por este mundo, como Jesús, haciendo el bien?
Si nuestra respuesta a estas preguntas es: “No”, tal vez no debiéramos seguir rezando el Padrenuestro…
Bibliografía:
- Folleto La Misa de Cada Día.
- PildorasdeFe.com
- https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/hoy/
- https://oracionyliturgia.archimadrid.org/2022/06/16/la-oracion-confiada-de-los-hijos-2/
- http://webcatolicodejavier.org/evangeliodeldia.html
Palabra de Vida Mes de Junio 2022
«Tú eres mi Señor, mi bien, nada hay fuera de ti» (Sal 16, 2) https://www.focolare.org/espana/es/news/category/parola-di-vita/
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Junio 2022.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.