?⛅️ Buenos días. “Señor enséñame a amar como tú nos has amado“. Papa Francisco.
https://youtu.be/X55hbjCZ1RQ
- Ex 3, 13-20
- Sal 104
- Mt 11, 28-30
Conocer el nombre de alguien es clave para entablar lo más humano que existe: una relación personal de tú a tú. Nuestro nombre no es el número de la seguridad social o una cuenta bancaria. La pandemia ha puesto a prueba esta necesidad imperiosa del ser humano de comunicarnos como personas, abrazarnos, mirarnos.
En este pasaje de la primera lectura, se revela por primera vez el nombre de Dios. Sin embargo, esta revelación tiene la particularidad de que Dios no revela un nombre propio, sino que en el mismo nombre revela su ser. El ES el que ES. Él es la fuente de la vida y de todo lo creado, por lo que san Pablo dirá: “En él somos, existimos y nos movemos”.
En un mundo que continuamente busca su auto-afirmación y desprecia de manera muy sutil el SER de Dios, este pasaje nos viene a recordar que nosotros no somos nada; que si algo somos, lo somos en virtud de que Dios ES y de que gracias a ÉL, y solo a ÉL, existimos. Jesús, en el evangelio, decía: “Sin mí nada pueden hacer”. La liberación de Egipto no será, pues, obra de sus fuerzas, sino del Dios que ES.
Cuando llegue a tu vida la tentación de pensar que TÚ eres (el poderoso, el que manda, el inteligente) recuerda que el UNICO que es, ES Dios. Acostúmbrate a depender de ÉL, y reconoce que sin ÉL nada, absolutamente nada, puedes. Esta dependencia y reconocimiento te darán continuamente paz en el corazón.
Y es que ante un mundo que ha decidido darle la espalda a Dios, ante un mundo hostil a lo cristiano y a los cristianos, escuchar de Jesús (que es quien nos habla en la liturgia o en la lectura personal de la Palabra), provoca consuelo, alegría y esperanzas en medio de las luchas cotidianas: «Venid a mí todos los que estáis fatigados (…), yo os daré descanso» (Mt 11,28-29).
Consuelo, porque estas palabras contienen la promesa del alivio que proviene del amor de Dios. Alegría, porque hacen que el corazón manifieste en la vida, la seguridad en la fe de esa promesa. Esperanzas, porque caminando, en un mundo así de resuelto contra Dios y nosotros, los que creemos en Cristo sabemos que no todo acaba con un fin, sino que muchos “fines” fueron “principios” de cosas mucho mejores, como lo mostró su propia resurrección.
Como nos explica el Papa Francisco: “El yugo que los oprimidos soportan es el mismo yugo que Él llevó antes que ellos: por eso es un yugo ligero. Él ha cargado sobre sus hombros los dolores y pecados de la humanidad. Para el discípulo, entonces, recibir el yugo de Jesús significa recibir su revelación y acogerla: en Él la misericordia de Dios se hizo cargo de las pobrezas de los hombres, donando así a todos la posibilidad de la salvación. Pero ¿por qué Jesús es capaz de decir estas cosas? ¡Porque Él se ha hecho todo a todos, cerca de todos, de los más pobres!”
Nuestro fin, para principio de novedades en el amor de Dios, es estarse siempre con Cristo. Nuestra meta es ir indefectiblemente al amor de Cristo, “yugo” de una ley que no se basa en la limitada capacidad de los voluntarismos humanos, sino en la eterna voluntad salvadora de Dios.
Palabra de Vida Mes de Julio 2021
“Ten confianza, hija, tu fe te ha salvado” (Mateo 9, 22) . https://ciudadnueva.com.ar/categoria/palabra-de-vida
Bendigamos al Señor con nuestro testimonio este día y digámosle:
"Me siento fuerte, sano y feliz porque tengo fe, amor y esperanza".
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Recopilado por Rosa Otárola D, /
Julio 2021
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.