https://youtu.be/aoeCCRenkCA
- Jer 17,5-8
- Sal 1
- 1 Cor 15,12. 16-20
- Lc 7, 17. 20-26
La liturgia de hoy nos infunde valor y coraje. Jesús nos dice: no teman, por eso debemos tener la certeza de que el Señor está siempre a nuestro lado, y que como nos indica San Pablo, “con Cristo somos también nosotros herederos y el Espíritu Santo prometido, es la garantía de nuestra herencia pues como nos dice el Salmista: “Sincera es la palabra del Señor y todas sus acciones leales.”
Sin duda alguna, el texto de la primera lectura, nos dice de quién somos propiedad, a quién pertenecemos, de quién somos pertenencia, y a qué estamos destinados: somos el pueblo que el Señor se escogió como heredad, pertenecemos a Dios, somos alabanza de su gloria, destinados a su heredad; bajo la mirada del Espíritu descubrimos estas enseñanzas. No cabe duda, la palabra del Señor es sincera, lo dice el salmista, y todas sus acciones son leales.
El cristiano, marcado y lleno del Espíritu Santo, vive bajo la norma del amor y del perdón. Sus criterios dan muestras de una justicia y de un interés por los hermanos, sobre todo por los más necesitados, que en todas partes, quien los ve o conoce, da siempre “gloria a Dios”. ¿Podrías decir que tu vida tiene esta calidad de vida?
En el evangelio, nuestro Señor desea conducirnos a la práctica de la sinceridad y transparencia, superando la hipocresía con que se manejaban los fariseos y escribas. Puesto que ellos mostraban una actitud externa no conforme con su camino interior de vida: ellos pretendían ser lo que no eran.
Es contra esto sobre lo que Jesucristo nos quiere prevenir en el Evangelio de hoy cuando dice: «Nada hay encubierto que no haya de ser descubierto ni oculto que no haya de saberse» (Lc 12,2). Sí, todo va a ser revelado.
La “revancha” de Dios ante nuestros pecados es “salir corriendo” a nuestro encuentro. Tocarnos con su misericordia. Hacernos llorar lágrimas de amor. Sabernos la debilidad de Dios nos ayudará a ir, sin temor, a Él con corazón contrito y humillado.
Afirma el Papa Francisco: “Todos tenemos la necesidad de ser justificados. Y el único que nos justifica es Jesucristo. Por eso debemos acercarnos al Señor, para no ser cristianos disfrazados, que cuando pasa esta apariencia, se ve la realidad, que no son cristianos.”
Por este motivo nosotros debemos luchar por ajustar nuestra vida según lo que profesamos y proclamamos. Obviamente, esto no es fácil. Pero no debemos temer, pues nuestro Dios está atento. Tal como dijo san Juan Pablo II, «el amor de Dios no impone cargas que nosotros no podamos llevar (…). Porque para todo lo que Él nos pida, Él nos proveerá de la ayuda necesaria». Nada ocurre sin que Él lo conozca. ¡Incluso nuestros cabellos están contados! Sí, nosotros tenemos un precio ante Dios. No tengamos miedo, pues su amor no tiene límites.
Bibliografía:
- Folleto La Misa de Cada Día
- http://webcatolicodejavier.org/evangeliodeldia.html
- https://oracionyliturgia.archimadrid.org/2022/10/14/la-verdad-del-pecado-y-la-misericordia/
- https://www.evangelizacion.org.mx/liturgia/index.php?i=14-10-2022
- https://diosesgenial.com/santo-evangelio-de-hoy-lucas-121-7-cuidarse-de-la-hipocresia/
- https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/hoy/
Palabra de Vida Mes de Octubre 2022
“Porque no nos dio el Señor a nosotros un espíritu de timidez, sino de fortaleza, de caridad y de templanza».2 Tim 1,7 https://ciudadnueva.com.ar/octubre-2022/
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Octubre 2022.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.