https://youtu.be/Pga6zkfXWLs
- Dan 12, 1-3
- Sal 15
- Heb 16, 11-14. 18
- Mc 13, 24-32
Encaramos el penúltimo domingo del año litúrgico. El pueblo cristiano, peregrino hacia Dios, cree atisbar de cerca la meta que otros ya han conseguido (fiesta de Todos los Santos). Y como nos comenta Fray Juan Huarte Osácar, estas son algunas de las preguntas que se hacían los primeros cristianos y que afectan en el presente a los seguidores de Jesús.¿Cuándo y cómo será el final del recorrido? ¿Qué es lo que Dios nos tiene deparado? ¿Cómo es preciso preparase para acoger cristianamente acontecimiento tan significativo?
El folleto la Misa de Cada día, no indica que la Oración Colecta se dirige al Señor con una confesión de fe: nuestra conciencia de que la profunda y verdadera alegría está en servirle a El. Pero es no impide que la súplica sea: concédenos, Señor, Dios nuestro, alegrarnos siempre en tu servicio.
Ello nos hace tomar conciencia de la importancia de que nuestras apreciaciones subjetivas concuerden con lo objetivo de la realidad. Solo así cobrará verdadero sentido la invitación de desear la segunda venida de Cristo.
Así, en la primera lectura, a los judíos fieles, disgustados por las persecuciones, el profeta Daniel les anuncia un mensaje de esperanza: Dios les salvará a ustedes. Incluso si pierden su vida, Dios les dará vida eterna.
Los que murieron por Dios no serán abandonados, alcanzarán una vida nueva (la Resurrección)
La segunda lectura, nos muestra la promesa que comenta nuestra fe: Ya no hacen falta más ofrendas pues el Único Sacrificio de Cristo Nos Salva
Al ofrecer su sacrificio de una vez para siempre, Jesús venció al pecado y recibió el poder de vivir la vida de Dios.
“En el pasaje evangélico de este domingo, nos explica el Papa Francisco, el Señor quiere instruir a sus discípulos sobre los eventos futuros. No se trata principalmente de un discurso sobre el fin del mundo, sino que es una invitación a vivir bien el presente, a estar atentos y siempre preparados para cuando nos pidan cuentas de nuestra vida. […] La historia de la humanidad, como la historia personal de cada uno de nosotros, no puede entenderse como una simple sucesión de palabras y hechos que no tienen sentido. Tampoco se puede interpretar a la luz de una visión fatalista, como si todo estuviera ya preestablecido de acuerdo con un destino que resta todo espacio de libertad, impidiendo tomar decisiones que son el resultado de una elección verdadera. En el Evangelio de hoy, más bien, Jesús dice que la historia de los pueblos y de los individuos tiene una meta y una meta que debe alcanzarse: el encuentro definitivo con el Señor.”
Ante el Evangelio de hoy, afirma Rev. D. Pedro IGLESIAS Martínez, podemos pensar que “largo me lo fiais”, pero «Él está cerca» (Mc 13,29). Y, sinRev. D. Pedro IGLESIAS Martínez, resulta molesto —¡hasta incorrecto!— en nuestra sociedad aludir a la muerte. Sin embargo, no podemos hablar de resurrección sin pensar que hemos de morir. El fin del mundo se origina para cada uno de nosotros el día que fallezcamos, momento en el que terminará el tiempo que se nos habrá dado para optar. El Evangelio es siempre una Buena Noticia y el Dios de Cristo es Dios de Vida: ¿por qué ese miedo?; ¿acaso por nuestra falta de esperanza?
Ante la inmediatez de ese juicio hemos de saber convertirnos en jueces severos, no de los demás, sino de nosotros mismos. No caer en la trampa de la autojustificación, del relativismo o del “yo no lo veo así”… Jesucristo se nos da a través de la Iglesia y, con Él, los medios y recursos para que ese juicio universal no sea el día de nuestra condenación, sino un espectáculo muy interesante, en el que por fin, se harán públicas las verdades más ocultas de los conflictos que tanto han atormentado a los hombres.
La Iglesia anuncia que tenemos un salvador, Cristo, el Señor. ¡Menos miedos y más coherencia en nuestro actuar con lo que creemos! «Cuando lleguemos a la presencia de Dios, se nos preguntarán dos cosas: si estábamos en la Iglesia y si trabajábamos en la Iglesia; todo lo demás no tiene valor» (Beato J.H. Newman). La Iglesia no sólo nos enseña una forma de morir, sino una forma de vivir para poder resucitar. Porque lo que predica no es su mensaje, sino el de Aquél cuya palabra es fuente de vida. Sólo desde esta esperanza afrontaremos con serenidad el juicio de Dios.
Palabra de Vida Mes de Noviembre 2021
“Felices los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios” (Mateo 5, 9) https://ciudadnueva.com.ar/categoria/palabra-de-vida
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Noviembre 2021.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.