https://youtu.be/L2k0daf2nK8
- Hch 1, 15-17. 20-26
- Sal 112
- Jn 15, 9-17
Hoy que recordamos a Matías, el apóstol elegido para sustituir a Judas, la liturgia nos lleva a reflexionar en cómo el Señor nos elige a cada uno de nosotros para que vayamos y demos fruto y nuestro fruto permanezca.
Nos dice el texto de la primera lectura: “Es necesario, por tanto, que uno de los que nos acompañaron todo el tiempo en que convivió con nosotros el Señor Jesús, comenzando en el bautismo de Juan hasta el día en que nos fue quitado y llevado al cielo, se asocie a nosotros como testigo de su resurrección.”
La historia de Matías como la de los otros apóstoles nos ayuda a entender la vocación de “apóstoles” que todos tenemos en un sentido amplio: testigos de Cristo resucitado en el mundo de hoy. Anunciadores de la Buena Noticia, del plan salvador de Dios y la persona de Jesús.
Continuando con el texto nos dice que se pusieron a orar: “Señor, tú penetras el corazón de todos; muéstranos a cuál de los dos has elegido para que ocupe el puesto de este ministerio”. Y tras la oración hacen lo que se les ocurre: echar a suertes quién es el elegido. Sorprende la confianza en la providencia de Dios que dispone todas las cosas. Hacen lo que saben y pueden y después se dejan en sus manos.
Esto supone una gran lección para aprender a vivir abandonados. Cuántas veces podremos descubrir en nuestra vida que Dios nos va llevando de la mano, sin que sepamos exactamente a donde nos conduce y sólo pasado el tiempo nos damos cuenta. Es como un papá que juega con su hijo pequeño y le dice: pon esta pieza aquí, y esta otra allá… y, al final, sale un castillo maravilloso. Y el niño, que no sabía bien lo que estaba haciendo, da un abrazo de alegría y de sorpresa a su padre. Es lo que sucede siempre en la vida de cada persona que se deja llevar por la mano de Dios. Entonces podremos vivir con serenidad y alegría cada acontecimiento de nuestra vida, con una alegría contagiosa. Seremos capaces de amar por encima de cualquier dificultad, de nuestras limitaciones. Podremos permanecer en su amor y su alegría estará en nosotros y la llevará a plenitud. El amor es fuente de alegría y cuando dejamos de mirar amorosamente a los demás la tristeza empieza a apoderarse de uno. El Papa Francisco nos recuerda en “Evangelii gaudium”, cómo “el gran riesgo del mundo actual, con su múltiple y abrumadora oferta de consumo, es una tristeza individualista que brota del corazón cómodo y avaro, de la búsqueda enfermiza de placeres superficiales, de la conciencia aislada. Cuando la vida interior se clausura en los propios intereses, ya no hay espacio para los demás, ya no entran los pobres, ya no se escucha la voz de Dios, ya no se goza la dulce alegría de su amor, ya no palpita el entusiasmo por hacer el bien”.
Romano Guardini escribía: «La fuente de la alegría se encuentra en lo más profundo del interior de la persona (…). Ahí reside Dios. Entonces, la alegría se dilata y nos hace luminosos. Y todo aquello que es bello es percibido con todo su resplandor». Cuando no estemos contentos hemos de saber rezar como santo Tomás Moro: «Dios mío, concédeme el sentido del humor para que saboree felicidad en la vida y pueda transmitirla a los otros». No olvidemos aquello que santa Teresa de Jesús también pedía: «Dios, líbrame de los santos con cara triste, ya que un santo triste es un triste santo».
El Evangelio nos invita a una relación con Dios que prolonga en nosotros la comunión de vida que une al Padre y al Hijo. Jesús lo expresa diciéndonos esto mando que os améis unos a otros.
Él nos ama entregando su vida por nosotros. Que nosotros cumplamos el mandato grande del amor amando a Dios en los hermanos.
El amor es la clave hoy del Evangelio.
Esta insistencia en el amor y nuestra propia experiencia nos descubren que la necesidad fundamental de toda persona es ser amado y amar. Amar es decisión de la voluntad, actitud a favor del otro que genera vida y alegría.
La vida y el amor son inseparables de la experiencia de un Dios que es vida y amor y al que podemos llamar Padre.
Terminemos esta reflexión con el Salmista, alabando al Señor desde que sale el sol hasta su ocaso y pidiéndole con la Oración Colecta que nos conceda que teniendo la dicha de ser amados por El, merezcamos ser contados entre sus elegidos. Que como María dejemos nuestra vida en las manos de Dios y, dejándonos contagiar de su amor, la alegría llegue en nosotros a plenitud un día.
Bibliografía
- Folleto La Misa de Cada Día.
- https://www.evangelizacion.org.mx/liturgia/
- https://oracionyliturgia.archimadrid.org/2022/05/14/la-alegria-de-vivir-en-las-manos-de-dios/
- https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/hoy/
- http://webcatolicodejavier.org/evangeliodeldia.html
Palabra de Vida Mes de Mayo 2022
“Os doy un mandamiento nuevo: que os améis los unos a los otros» (Jn 13, 34) https://www.focolare.org/espana/es/news/2022/05/01/mayo-2022/
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Mayo 2022.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.