- 1 Re 19, 9a. 11-16
- Sal 26
- Mt 5, 27-32
Hoy el Señor se refiere en el texto del Evangelio a ese universo interior que llevamos camuflado: los pensamientos y los deseos.Todos somos capaces de mostrar una falsa alegría exterior, mientras llevamos el luto guardado en el pecho. Somos así, dispuestos siempre al camuflaje. Pero el Señor pide unidad en el ser humano, sobre todo por salud, para que no nos hagamos daño, porque el hombre dividido interiormente se va pudriendo sin enterarse; ““si tu ojo…sácatelo”, “si tu mano… córtatela”, afirma el Señor. Sin duda no pretende que nos arranquemos el ojo o nos cortemos la mano físicamente, pero sí nos indica la necesidad de estar atentos para rechazar todo aquello que surge de nuestro interior y nos inclina a desear o a realizar algo que supone un mal para los demás y también para nosotros mismos. No como ejercicio de negación o de simple ascesis, sino porque lo que verdaderamente deseamos en el fondo de nuestro corazón es vivir desde la propuesta del bien y del Amor que Jesús nos hace.
En el Salmo acabamos de proclamar: “ármate de valor y fortaleza y confía en el Señor … el corazón me dice que te busque y buscándote estoy”;.
Acabamos de meditar en la primera lectura, como al monte Horeb llega un Elías caído, con un terremoto existencial en el corazón donde todo se le había caído abajo, hasta la gana de vivir. Al revisar la historia de Israel podemos ver en ella nuestra propia historia, nuestras propias actitudes de rebeldía, como hoy nos lo hace ver el profeta. Pero también en ella vemos que Dios, a pesar de todo, se mantiene fiel a la Alianza y continúa enviando a nosotros profetas y dirigentes, que con su palabra y su testimonio de vida nos animan y corrigen para que continuemos nuestro camino y volvamos nuevamente a la fidelidad y al amor a nuestro Señor. No seamos, pues, sordos a esas voces que resuenan en nuestras oficinas, en nuestras universidades y en nuestras plazas invitándonos a una conversión más profunda, a dejar el pecado y a volver nuestro rostro a Dios.
Nos explica el Papa Francisco que una traducción que refleja bien esa experiencia de Elías, dice que el Señor se manifestó en “un hilo de silencio sonoro”. Así se manifiesta Dios a Elías. Es con este signo humilde que Dios se comunica con Elías, que en ese momento es un profeta fugitivo que ha perdido la paz. Dios viene al encuentro de un hombre cansado, un hombre que pensaba haber fracasado en todos los frentes, y con esa brisa suave, con ese hilo de silencio sonoro hace volver a su corazón la calma y La Paz”.
De allá sale un Elías renovado y reconstruido porque Elías hizo lo que el Señor le indicó: “Sal de la cueva”. Sal, no te pierdas en pedazos, busca ese “yo” que Dios te regaló dándote la vida. Como dice un amigo psiquiatra: sé el sujeto de ti mismo, no el objeto de tus ansiedades. Por cierto, en el ritual del bautismo hay un apartado importantísimo que muchas veces pasa inadvertido, y tiene un significado muy preciso: la unción con el santo crisma, que nos marca para siempre en un estado de filiación divina. Somos dignos y somos libres porque venimos de Dios. El sacerdote impregna con el óleo bendecido el cuerpo del bautizado, y es como si le dijera: desde ahora nadie puede servirse de ti, ni abusar de ti, perteneces a Dios, y eso significa ser verdaderamente libre, no te corrompas, no te dividas, no te dejes maltratar ni por ti mismo, busca quién eres y deja que Dios te encuentre.
Qué el encuentro con Dios y la experiencia de Su Amor renueven en todos nosotros las motivaciones y las fuerzas para salir de la cueva y disfrutar de ese hilo de silencio sonoro que necesitamos, sobre todo cuando nos sentimos caídos.
Textos Consultados:
- Folleto La Misa de Cada Día
- https://www.vicariatoaguarico.org/index.php/documentos/eclesiales/1118-pero-el-senor-no-estaba-en-el-terremoto-1-reyes-19-1-18
- https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/hoy/
- https://www.evangelizacion.org.mx/liturgia/index.php?i=14-06-2024
- https://oracionyliturgia.archimadrid.org/2024/06/14/se-tuyo-y-yo-tambien-sere-tuyo/
- https://www.vatican.va/content/francesco/es/audiences/2020/documents/papa-francesco_20201007_udienza-generale.html
Palabra de Vida Mes de junio “El Reino de Dios es como un hombre que echa la semilla en la tierra: sea que duerma o que se levante, de noche y de día, la semilla germina y va creciendo” (Marcos 4, 26 – 27)
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Junio 2024.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.