- Is 7, 10-14; 8, 10b
- Sal 66
- Lc 1, 39-47
No se entristezca tu corazón… ¿Acaso no estoy yo aquí, que soy tu Madre?”, le dijo la Virgen de Guadalupe al afligido Juan Diego un 12 de diciembre de 1531. Ella, la Emperatriz de América y Patrona de México, quiso dejar su imagen desde ese día en una sencilla “tilma” como señal del Amor de Dios para creyentes y no creyentes.
La primera lectura nos ofrece una profecía mesiánica que surge en el contexto en el cual, el pueblo de Israel, temeroso ante la proximidad de una invasión, se siente tentado a recurrir a Asiria para que lo salve.
Es aquí que Dios les recuerda que su único salvador es él y que, como prueba de su presencia y su poder, les dará una señal para que ya no duden y confíen plenamente en él. Esta señal vendrá a convertirse precisamente en la llegada del Mesías, que es Dios-con-nosotros. El pueblo quizás no imaginó la profundidad de estas palabras, las cuales quedaron aún lejos de iluminar la realidad que Dios tenía pensada para la salvación del pueblo, pues si bien la Encarnación del Verbo realizó el cumplimiento de la profecía, el envío del Espíritu Santo, producto de este proyecto salvífico, hizo que Dios sea ahora Dios-en-nosotros.
En el pasaje del evangelio, que nos propone la liturgia, María se presenta como la servidora, la que está siempre atenta a las necesidades del prójimo.
Desde que Jesús nos la dejó como Madre, ella, con gran amor y diligencia, continúa realizando esta acción de amor con sus hijos. Cuando María de Guadalupe aparece, viene a darle nuevas fuerzas a un pueblo que se encuentra en crisis después de la caída del Imperio Azteca. Las palabras que dijo a Juan Diego son el signo, y a la vez promesa perenne, que nos ayudan a confiar en ella y en su poderosa intercesión.
Según el Papa Francisco, en el mensaje de Guadalupe, «las palabras de la Virgen: ‘¿No estoy yo aquí, que soy tu madre?’, cobran un nuevo sentido: ‘Ese estar de la Virgen es quedarse permanentemente impresa en esas pobres ropas, perfumadas por unas virtudes recogidas en un mundo que parece incapaz de producirlas».
«Virtudes que llenan nuestra pobreza en la sencillez de pequeños gestos de amor, que van iluminando nuestra tilma, sin que nos demos cuenta, con la imagen de una Iglesia que lleva a Cristo en su seno», agregó.
El Papa señaló que la Virgen «pidió a Juan Diego y nos pide a cada uno de nosotros, en nuestra responsabilidad de construir la Iglesia, de recoger las virtudes que deben perfumar nuestra pobreza y ser testimonio de que Dios ha impreso su imagen en nuestro corazón».
Pidamos con la Oración Colecta: Oh, Dios, Padre de las misericordias, que pusiste a tu pueblo bajo el singular patrocinio de la Santísima Madre de tu Hijo, concede a cuantos te vocean con el título de Guadalupe, que busquen con fe decidida el progreso de los pueblos por los caminos de la justicia y de La Paz.
Propósito para el 12 de diciembre: Medita en la Palabra de Dios.
Tomado de:
- Folleto La Misa de Cada Día
- Calendario de Adviento 2024.
- https://www.swissinfo.ch/spa/el-papa-dice-que-el-mensaje-de-guadalupe-no-tolera-ideologías-ni-es-para-ganar-dinero/49053684#
- https://es.catholic.net/op/articulos/72055/cat/725/acaso-no-estoy-yo-aqui-que-soy-tu-madre.html#google_vignette
- https://www.evangelizacion.org.mx/liturgia/index.php?i=12-12-2024
Palabra de Vida Mes Diciembre: “ No hay nada imposible para Dios” (Lucas 1, 37) https://ciudadnueva.com.ar/diciembre-2024/
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Diciembre 2024.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.