https://youtu.be/IaLMMwUrIis
- Deut 26, 16-19
- Sal 118
- Mt 5, 43-48
“Hoy has oído al Señor declarar que El será tu Dios, pero solo si tu caminas por sus sendas, guardas sus leyes, mandatos y decretos, y escuchas su voz.” Ser pueblo de Dios es estar incrustados en una historia. Una historia de gracia, de elección, de promesa. Es la propuesta que Dios nos hace en la primera lectura, pues ser el Dios de Israel y exige obediencia a sus mandatos, el pueblo ofrece ser el pueblo de Dios y exige que Dios lo honre y consagre. Es la historia de Dios con su pueblo.
En esta historia corresponde al pueblo guardar y cumplir con todo el corazón es decir por convicción y amor; y con toda el alma es decir, como criterio de vida y de convivencia
Esta cuaresma debe ser tiempo de tomar una decisión por Dios y comprometerte con él. Tener el coraje de hacer en camino sinodal la experiencia eclesial de la fe, de ir por los caminos del señor: escuchando su voz, su palabra; guardando, cumpliendo, obedeciendo sus leyes y decreto.
“Sean perfectos como su Padre Celestial es perfecto”, nos dice el texto del Evangelio. La perfección en todos los ámbitos de nuestra vida, requiere tenacidad, orden y tiempo para ejercitarse. Pues lo mismo ocurre en la vida espiritual. En la medida en que ordenamos nuestra vida para poder tener un buen rato de oración, y con constancia dedicamos tiempo a la lectura de la Palabra, siendo asiduos a la meditación y a la caridad, en esa medida nos iremos dando cuenta de lo hermoso que es la vida del Reino y desde ahí podremos, no sólo hacer lo que hoy nos pide el Señor, sino incluso cosas mucho mayores.
“Si ustedes aman a los que los aman ¿qué recompensa merecen?”Entonces, el evangelio nos exhorta a vivir la plenitud del amor, y el amor tiene su fundamento y su plenitud en el amor de Dios en Cristo. La persona es invitada a un diálogo con Dios. Uno existe por el amor de Dios que lo creó, y por el amor de Dios que lo conserva, «y sólo puede decirse que vive en la plenitud de la verdad cuando reconoce libremente este amor y se confía totalmente a su Creador» (Concilio Vaticano II): ésta es la razón más alta de su dignidad. El amor humano debe, por tanto, ser custodiado por el Amor divino, que es su fuente, en él encuentra su modelo y lo lleva a plenitud. Por todo esto, el amor, cuando es verdaderamente humano, ama con el corazón de Dios y abraza incluso a los enemigos. Si no es así, uno no ama de verdad. De aquí que la exigencia del don sincero de uno mismo devenga un precepto divino: «Vosotros, pues, sed perfectos como es perfecto vuestro Padre celestial» (Mt 5,48).
Rezar por aquellos que quieren destruirme, los enemigos, para que Dios los bendiga: esto es verdaderamente difícil de entender, nos explica el Papa Francisco.
Nos hará bien, hoy, pensar en un enemigo, creo que todos nosotros tenemos alguno, uno que nos ha hecho mal o que nos quiere hacer mal o que intenta hacer el mal”. Después de ello, recemos por él. Pidamos al Señor que nos dé la gracia de amarlo. Porque si la oración mafiosa es: “Me las pagarás”, la oración cristiana es: “Señor, dales tu bendición y enséñame a amarlo”.
Reflexionemos acerca de: ¿Cómo es Dios? El padre que hace salir el sol sobre malos y buenos y manda la lluvia sobre justos e injustos. Y el texto pone en primer lugar a malos…
Entonces sería maravilloso; “Sed perfectos, como es Dios Padre”, para mostraros como hijos de Dios
No pongamos límites al amor; amad, amad al que os persigue y calumnia al que os aborrece y al enemigo; así tendremos la experiencia más increíble que una persona puede tener: “seréis hijos de vuestro Padre que está en el cielo.”
Dios me ama, no porque yo sea bueno sino porque él es bueno. Para mostrarte como hijo de Dios bueno ama sin líneas rojas en el amor
Y es que el arte de amar, vale para niños, adolescentes, jóvenes, adultos, ancianos… vale para todos. Es una síntesis de las diversas propuestas que Jesús nos hace en el Evangelio y que secundan y envuelven el Mandamiento Nuevo del amor al prójimo.
Lo propuso la sierva de Dios Chiara Lubich, fundadora del Movimiento Los Focolares, hace años a los niños, pero como digo, vale para todos:
- Ser el primero en amar. “Primerear” como dice el Papa Francisco. Como hace Dios con nosotros, no esperar a que el otro (mi padre, mi madre, mi amigo, un desconocido…), de el primer paso, sino darlo nosotros.
- Amar a todos. Precisamente, porque Dios ama a todos. A diferencia de nosotros, Dios no clasifica, no encasilla, no excluye. Dios ama todos infinitamente, inmensamente. Las cuantías finitas son comparables, las infinitas no son comparables, son igualmente infinitas.
- Hacerse uno. Precisamente porque el amor es real y concreto. Podemos creer que amamos a los demás desde nuestras ideas preconcebidas. No. El verdadero amor es humilde. Nos hace callar para poder escuchar y acoger al otro. Amamos cuando vivimos el otro, y nos ponemos en la piel del otro.
- Ver a Cristo en el otro: Estaba hambriento y me disteis de comer, estuve desnudo y me vestisteis, etc. (Mt. 25, 31-46). No para sustituir la dignidad del hermano por una imagen, sino porque de verdad Jesús se pone en el lugar del otro para que cuando le sirvamos también a él lo sirvamos. Saber esto nos deja desarmados ante cualquier excusa para no amar.
- Amar al enemigo. Qué es la prueba máxima de la misericordia. Y sí, cómo nos decía san Juan de la Cruz, “al final de la vida, nos examinarán en el amor”, esta es la “matricula de honor” en el examen del amor. Pero aún así, hay que vivirlo para aprobar el examen de la vida.
- Y amarse recíprocamente. Jesús nos propone en el Evangelio tres grados en el amor: amar al prójimo como a nosotros mismos (medida bien alta): “Ama al próximo como a ti mismo” (Mt. 32,29); amar a los demás como él nos ha amado (dispuestos a dar la vida): “Que, como yo os he amado, así os améis también vosotros los unos a los otros” (Jn. 13,34). Y amarnos recíprocamente, para lo que es necesario la conjugación de más de una voluntad. Es el verdadero testimonio del amor: “En esto conocerán todos que sois discípulos míos: si os tenéis amor los unos a los otros” (Jn. 13,35).
Pidamos al Señor con la Oración Colecta que convierta nuestros corazones, para que, buscando siempre lo único necesario y poniendo en práctica las obras de caridad, nos conceda permanecer dedicados a su servicio. Entonces seremos como nos dice el Salmista: Dichosos y alabaremos al Señor con sincero corazón cuando aprendamos tus justos mandamientos.
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Bibliografia:
- Folleto La Misa de Cada Día
- Píldoras deFe. Com
- https://oracionyliturgia.archimadrid.org/2022/03/12/sabado-12-de-marzo-el-arte-de-amar/
- https://www.evangelizacion.org.mx/liturgia/
- https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/hoy/
- http://webcatolicodejavier.org/evangeliodeldia.html
Palabra de Vida Mes de Marzo 2022
«Perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden» (Mc 6, 12) https://www.focolare.org/espana/es/news/2022/02/27/marzo-2022/
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Marzo 2022.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.