?⛅️ Buenos días. “Señor enséñame a amar como tú nos has amado“. Papa Francisco.
- 1 Re 19, 9. 11-16
- Sal 26
- Mt 5, 27-32
En esta primera lectura, asistimos a una teofanía. A una manifestación de Dios al profeta Elías. Dios no se le manifiesta de una manera espectacular como en otras ocasiones. No se manifiesta ni “en el huracán, ni en el terremoto, ni en el fuego” sino en un “susurro”, en una tenue brisa.
Esta suele ser la manera de llegar Dios y su Hijo Jesús hasta nosotros. Nos hace llegar SU mensaje, SU palabra, no de manera grandilocuente, sino a través de la sencillez de la lectura de la Sagrada Escritura, a través de los acontecimientos, a través de nuestros ratos de oración, a través de “un susurro”… para lo que hemos de tener siempre abiertos nuestros oídos, sobre todo, los de nuestro corazón para captar el mensaje que nos quiera indicar.
Qué te trae aquí, Elías?”. A lo que Elías respondió: “Mi pasión por el Señor, mi Dios”. Respuesta que solo puede salir de una corazón más que emocionado y entregado a Dios. Y que retrata la vida de Elías. Todo lo que hizo fue motivado por el amor apasionado a su Dios.
Una respuesta que todo seguidor de Jesús, también nosotros los del siglo XXI, debemos tener en nuestros labios y en nuestro corazón. Ojalá que siempre, lo que nos lleve a hacer en cada momento lo que hacemos: predicar, perdonar, ayudar al hermano, trabajar por la paz y la justicia… sea “Mi pasión por el Señor, mi Dios”.
Y es que como nos indica el evangelio, encontrar a Jesús ha sido lo mismo que encontrar un tesoro, un tesoro que nos proporciona vida y vida en abundancia, y nos ofrece el camino que nos lleva a la alegría de vivir. Por eso, Jesús se atreve a pedirnos que, si algo o alguien, sea nuestro ojo, nuestra mano, nuestro pie no nos deja disfrutar de la alegría que nos regala Jesús… no le hagamos caso y sigamos disfrutando de lo que Jesús nos ofrece.
El padre Yepes en el audio, afirma que el corazón es lo que nos hace perder, o desfigurar ese tesoro, por eso se hace necesario hacer una limpieza, una desinfección de nuestro corazón y para ello nos ofrece tres herramientas:
- Disciplina de enlazar diariamente un examen de conciencia y pedir al Señor que nos ilumine, clarifique y nos mueva hacia la manera recta de actuar.
- Mediar diariamente la Palabra de Dios, para que nos de luces, sabiduría y discernimiento para descubrir su Voluntad sobre nuestra vida y con alegría y prontitud, ponerla en práctica.
- Practicar frecuentemente de la Vida Sacramental, sobre todo el Sacramento de la Reconciliación y la participación de la Eucaristía para a mantener alerta nuestro corazón, nuestras intenciones y nos muestre dónde nos equivocamos, dónde la vida se hace oscura y triste y, nos lleve a la luz y sabiduría del Dios de Amor, Misericordia y Perdón.
Al respecto, nos enseña el Papa Francisco: “…Bienaventurados los limpios de corazón», es una frase de Jesús que se refiere a quienes «tienen un corazón sencillo, puro, sin suciedad: un corazón que sabe amar con esa pureza tan hermosa… Ser limpios de corazón no es algo que se adquiera de una vez, más bien se trata de esa actitud constante de “saber todo lo que siente nuestro corazón y discernir para elegir lo bueno y rechazar lo malo”. Y el criterio para discernir no es el de un “deber” que cada uno entiende a su manera sino “la encarnación de Cristo”: Cristo venido en carne… El cristiano, hombre o mujer, es quien permanece en el Señor. Pero, ¿qué significa esto? Muchas cosas, pero san Juan, (en la bienaventuranza dichosos los limpios de corazón) se centra en una actitud especial que el cristiano debe asumir si quiere permanecer en el Señor: la plena conciencia «de lo que sucede en su corazón»..
Permanecer en el Señor. El cristiano, hombre o mujer, es quien permanece en el Señor. Pero, ¿qué significa esto? Muchas cosas, pero en este pasaje san Juan se centra en una actitud especial que el cristiano debe asumir si quiere permanecer en el Señor: la plena conciencia «de lo que sucede en su corazón».
Nuestro corazón tiene siempre deseos, ganas, pensamientos: pero, ¿son todos del Señor? ¿O algunos de éstos nos alejan del Señor?
Por ello es necesario «ponerlos a prueba pues “muchos falsos profetas han salido al mundo”. Y falsos pueden ser no sólo los profetas, sino también las profecías o las propuestas. Por ello es necesario vigilar siempre. Es más, el cristiano – indicó – es precisamente el hombre o la mujer que sabe vigilar sobre su corazón. Un corazón en el cual hay muchas cosas que van y vienen… Parece un mercado de barrio donde se encuentra de todo. Precisamente por esto es necesaria una obra constante de discernimiento; para comprender lo que es verdaderamente del Señor.
Pero ¿cómo sé que esto es de Cristo?. El criterio a seguir lo indica el apóstol Juan. «Todo espíritu que confiesa a Jesucristo venido en carne es de Dios; y todo espíritu que no confiesa a Jesús no es de Dios: es del Anticristo. El cual habéis oído que iba a venir; pues bien, ya está en el mundo».
Es así de sencillo: si lo que tú deseas, o lo que tú piensas va por el camino de la encarnación del Verbo, del Señor que vino en carne, significa que es de Dios; pero si no va por ese camino, entonces no viene de Dios.
Por lo tanto, si un pensamiento, si un deseo te lleva, añadió, por el camino de la humildad, del abajamiento, del servicio a los demás, es de Jesús; pero si te lleva por la senda de la suficiencia, de la vanidad, del orgullo o por el camino de un pensamiento abstracto, no es de Jesús…
“La lámpara del cuerpo es el ojo”, o sea «el ojo es la intención del corazón». En consecuencia, si tu ojo es sencillo, si viene de un corazón que ama, de un corazón que busca al Señor, de un corazón humilde, todo tu cuerpo será luminoso. Pero si tu ojo es malo, todo tu cuerpo será tenebroso. Nos preguntamos cómo es nuestro juicio sobre las cosas: ¿Luminoso o tenebroso? ¿Somos personas de luz o de tinieblas? Lo importante es cómo juzgamos las cosas: ¿con la luz que viene del verdadero tesoro a nuestro corazón? ¿O con las tinieblas de un corazón de piedra?»
Y creo que nos hará bien, hoy, pensar no si mi alma está limpia o sucia, sin pensar en lo que hay en mi corazón, qué tengo dentro, que yo sé que tengo y nadie lo sabe. Decirnos la verdad a nosotros mismos: ¡no es fácil! Porque nosotros siempre buscamos cubrirnos cuando vemos algo que no está bien dentro de nosotros, ¿no? Que no salga a la luz, ¿no? ¿Qué hay en nuestro corazón? ¿Hay amor? Pensemos: ¿amo a mis padres, a mis hijos, a mi esposa, a mi marido, a la gente del barrio, a los enfermos? … ¿amo? ¿Hay odio? ¿Odio a alguien? Porque muchas veces encontramos que hay odio, ¿no? «Yo amo a todos, excepto a éste, a éste y a ésta». Esto es odio, ¿no? ¿Qué hay en mi corazón? ¿Hay perdón? ¿Hay una actitud de perdón hacia quienes me ofendieron, o hay una actitud de venganza —«¡me la pagarás!»?.
Debemos preguntarnos qué hay dentro, porque esto que está dentro sale fuera y hace mal, si es malo; y si es bueno, sale fuera y hace el bien. Y es tan hermoso decir la verdad a nosotros mismos, y avergonzarnos cuando nos encontramos en una situación que no es como Dios la quiere, que no es buena; cuando mi corazón está en una situación de odio, de venganza, tantas situaciones pecaminosas. ¿Cómo está mi corazón?…
«Bienaventurados los limpios de corazón», es una frase de Jesús que se refiere a quienes tienen un corazón sencillo, puro, sin suciedad: un corazón que sabe amar con esa pureza tan hermosa…
El cristiano que permanece en el Señor sabe «lo que pasa en su corazón…
Palabra de Vida Mes de junio
«Quien a vosotros recibe, a mí me recibe, y quien me recibe a mí, recibe a Aquel que me ha enviado» (Mt 10, 40)
Acoger al otro, al distinto a nosotros, es la base del amor cristiano. Es el punto de partida, el primer peldaño para construir esa civilización del amor, esa cultura de comunión a la que Jesús nos llama sobre todo hoy. https://www.focolare.org/espana/es/news/2020/05/30/junio-2020/
Bendigamos al Señor con nuestro testimonio este día y digámosle:
"Me siento fuerte, sano y feliz porque tengo fe, amor y esperanza".
? ?
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Junio 2020
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.