https://youtu.be/PmtmEYEAMOk
- 1 Sam 3, 1-10. 19-20
- Sal 39
- Mc 1, 29-39
Les confieso que esta primera lectura, siempre me ha movido hasta lo más profundo, pues nos relata la llamada de Dios al joven Samuel y lo que nos comenta Fray Manuel Santos Sánchez O.P., es lo que me hace identificarme con el texto. Ni en la primera, ni en la segunda, ni en la tercera llamada reconoce Samuel a Dios. Tiene que ser ayudado por alguien experto en las cosas de Dios, por el anciano Elí, al que la vista le va fallando, pero el corazón le sigue latiendo al ritmo de Dios y le aconseja que cuando vuelva a oír esa voz que le llama por su nombre le responda: “Habla, Señor, que tu siervo escucha”.
Y es que definitivamente como continua el fraile, este es un buen consejo que Elí da a Samuel y a todos nosotros; si Dios habla hay que escucharle y hacerle caso, pues siempre busca nuestro bien. Así fue como Samuel descubrió la vocación de profeta, a la que Dios le llamaba, y su vida no fue más que hablar a sus semejantes de Dios y lo que Dios le revelaba.
Este relato nos puede llevar a recordar a los Elís que nos hemos encontrado en nuestro camino, empezando por nuestros padres, y agradecerles que nos presentaran y hablaran de Dios y de su Hijo Jesús. Gracias a ellos también nosotros hacemos nuestra la súplica de Samuel: “Habla, Señor, que tu siervo escucha”.
El Salmista nos invita a confiar en el Señor y esperar en su Voluntad.
Hoy, afirma el Fray Josep Mª MASSANA i Mola OFM, vemos claramente cómo Jesús dividía la jornada. Por un lado, se dedicaba a la oración, y, por otro, a su misión de predicar con palabras y con obras. Contemplación y acción. Oración y trabajo. Estar con Dios y estar con los hombres.
Nos explica el Papa Francisco que “Jesús no vino a traer la salvación en un laboratorio; no predica desde un laboratorio, alejado de la gente. ¡Está en medio de la multitud! ¡En medio de la gente!”
En efecto, continua el fraile, vemos a Jesús entregado en cuerpo y alma a su tarea de Mesías y Salvador: cura a los enfermos, como a la suegra de san Pedro y muchos otros, consuela a los tristes, expulsa demonios, predica. Todos le llevan sus enfermos y endemoniados.
Todos quieren escucharlo: «Todos te buscan» (Mc 1,37), le dicen los discípulos. Seguro que debía tener una actividad frecuentemente muy agotadora, que casi no le dejaba ni respirar.
Pero Jesús se procuraba también tiempo de soledad para dedicarse a la oración: «De madrugada, cuando todavía estaba muy oscuro, se levantó, salió y fue a un lugar solitario y allí se puso a hacer oración» (Mc 1,35). En otros lugares de los Evangelios vemos a Jesús dedicado a la oración en otras horas e, incluso, muy entrada la noche. Sabía distribuirse el tiempo sabiamente, a fin de que su jornada tuviera un equilibrio razonable de trabajo y oración.Pues como nos dice el comentario del sitio de la Arquidiócesis de Madrid, claro ejemplo para ti y para mí, ¿no? Dios, familia, trabajo, apostolado: ahí tienes las coordenadas principales de tu vida de cristiano en medio del mundo. Y si no es para esto, ¿para que te concede Dios cada instante de tu tiempo?
La liturgia de hoy nos da todo un catalogo de virtudes que debemos practicar para caminar al lado del Señor en nuestra labor de evangelización, por una lado algo en lo que debemos ejercitarnos continuamente, sobre todo nosotros que nos ha tocado vivir esta generación, que podríamos llamar “del ruido”, es en escuchar al Señor, como nos indica la primera lectura, con estos términos “noche” y “lámpara del Señor”, en el lenguaje bíblico nos hablan del silencio y de la intimidad con Dios, más que de elementos físicos. El salmo nos invita a esperar y confiar; y el evangelio nos insta equilibrar el tiempo entre el trabajo, la familia y el apostolado y para dedicar tiempo a la oración.
Palabra de Vida Mes de Enero 2022
“En Oriente hemos visto su estrella y hemos venido para adorarlo”. https://ciudadnueva.com.ar/categoria/palabra-de-vida
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Enero 2022.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.