?⛅️ Buenos días. “Señor enséñame a amar como tú nos has amado“. Papa Francisco.
- Gen 17, 3-9
- Sal 104
- Jn 8, 51-59
Ya a pocos días de iniciar la celebración de los misterios que nos dieron vida, la Palabra de Dios nos invita a reflexionar sobre el cumplimiento de las promesas que Dios nos ha hecho. ” Mantendré mi pacto contigo”. ¿No te has quejado alguna vez de aquello que un día te prometieron y, pasado el tiempo, nunca se cumplió?
La Biblia nos dice que “sólo Dios cumple sus promesas”. Y toda la Sagrada Escritura está jalonada del “quiero y no puedo” de tantos hijos de Israel. Éstos, sin embargo, también somos tú y yo, que tenemos, cómo no, nuestras respectivas condecoraciones de lo no cumplido y, por otra parte, presumimos de ser personas de una sola pieza. Uno de los grandes problemas de nuestro mundo moderno es la falta de fidelidad. Con una facilidad asombrosa nos cambiamos de marca, de automóvil, de trabajo.
Solo gla humildad nos puede llevar al reconocimiento de que Dios, verdaderamente, ha guardado su palabra en nuestra vida. Y sin necesidad de echar la vista atrás, hemos de reconocer todos esos momentos en los que hemos palpado la sugerencia de Dios para que cambiáramos un “poquito” (rezar un poco más, sonreír un poco más, criticar un poco menos…, pues en esto consistía la alianza que establecimos con Él), y, sin embargo, nos hemos “achantado” ante la más mínima contradicción.
Así pues, las promesas están tejidas de fidelidad y de lealtad. Estamos ante auténticas virtudes que hacen a la persona más humana y más veraz. Y como podemos observar, una vez más, no son cosas que se vean todos los días en nuestros ambientes; todo lo contrario, a veces el que sabe seducir con engaños y mentiras es considerado como alguien que “tendrá mucho futuro”.
El Papa Francisco nos enseña: ” …Todo, en la vida cristiana, gira alrededor del misterio trinitario y se cumple en orden a este misterio infinito. Intentemos, por tanto, mantener siempre elevado el ‘tono’ de nuestra vida, recordándonos para qué fin, para cuál gloria existimos, trabajamos, luchamos, sufrimos. Y a cuál inmenso premio estamos llamados.
Este misterio abraza toda nuestra vida y todo nuestro ser cristiano. Lo recordamos, por ejemplo, cada vez que hacemos la señal de la cruz: en nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo…”
Mes de abril
Evangeliza en todo el mundo
Planta algunas semillas de fe especialmente entre tus amigos y familiares. Con tu testimonio de conversión podrás sembrar esperanza y amor en el prójimo, no te olvides que debes ser reflejo del amor, perdón y compasión del Señor.
Bendigamos al Señor con nuestro testimonio este día y digámosle:
"Me siento fuerte, sano y feliz porque tengo fe, amor y esperanza".
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Recopilado por Rosa Otárola D, /
Abril 2019
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.