?⛅️ Buenos días. “Señor enséñame a amar como tú nos has amado“. Papa Francisco.
- Hech 9, 1-20
- Sal 116
- Jn 6, 52-59
Este hermoso y ya conocido pasaje de la conversión de San Pablo que meditamos en la primera lectura, nos presenta diversos elementos para nuestra reflexión. Uno de ellos es la reacción contraria de Ananías a bautizar a San Pablo y la obediencia total a la propuesta de Dios.
Es importante el reflexionar en ello, pues con frecuencia ocurren este tipo de situaciones en nuestra vida en las cuales nosotros, humanamente, pensaríamos que las cosas debían ser o hacerse de una determinada manera, sin embargo, Dios puede tener una forma distinta de pensar. Esto ocurre cuando, como en el caso de San Pablo, es necesario trabajar, cooperar, convivir con alguien que por su conducta o actitud hacia nosotros o hacia nuestras personas queridas no ha sido correcta.
A este punto de nuestra reflexión, deberíamos, también nosotros, plantearnos la pregunta que Jesús hace a Saulo… porque también nos la hace a nosotros: ¿Por qué me persigues? Él, judío, no sabía quién era Jesús, pero tenía sus prejuicios equivocados sobre Él. Nosotros, bautizados, también muchas veces pues preferimos la fe aprendida a nuestra propia experiencia de encuentro con Cristo en la oración, los sacramentos y… el hermano necesitado, molesto… al que calumnio, persigo… en quien Él se hace presente: “Yo soy Jesús, al que tú persigues”
con el Discurso del Pan de Vida, seguimos formándonos en el sacramento de la Eucaristia. El Papa Francisco nos dice: “…La Eucaristía es el regalo más grande que satisface el alma y el cuerpo. Conocer y saludar a Jesús en nosotros, «pan de vida», le da significado y esperanza al tortuoso camino de la vida. Pero este «pan de vida» es dado a nosotros para que podamos satisfacer nuestra hambre espiritual y material de los hermanos, proclamando el Evangelio por todas partes, incluso en las afueras de la existencia.
Mediante el testimonio de nuestra actitud fraternal y solidaria hacia los demás, hacen a Cristo y su amor presente entre los hombres. ¡Necesitamos tanto de la presencia de Dios en nuestra vida diaria!
En los días de trabajo y preocupaciones, como en los de descanso y vacaciones, el Señor nos invita a que no hay que olvidar que, si es correcto preocuparse del pan material para reforzar las fuerzas, incluso más necesario es fortalecer nuestra fe en él, «pan de vida», que satisface nuestro deseo de verdad, justicia y consuelo.
La Santísima Virgen nos apoya en el seguimiento de su hijo Jesús, el «pan verdadero», que es incorruptible y que perdura hasta la vida eterna.”
Preguntémonos: ¿Cómo ha sido mi propio proceso de Conversión? ¿Soy capaz de “ver” a Cristo en mis hermanos?
¿Qué significa para mí comulgar el Cuerpo y la Sangre de Cristo?
¿Cómo valoro las primeras comuniones y el comulgar masivo en las eucaristías?
NMes de mayo
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Bendigamos al Señor con nuestro testimonio este día y digámosle:
"Me siento fuerte, sano y feliz porque tengo fe, amor y esperanza".
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Recopilado por Rosa Otárola D, /
Abril 2019
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.