Aceptar con Serenidad las cosas que no puedo cambiar en mi vida.
Hemos hablado que para alcanzar La Paz que el mundo no da es necesario cambiar y eso se da principalmente da cuando:
- Aprendamos a relativizar los problemas y circunstancias adversas que se nos presentan en la vida.
- Nos Desapegamos emocionalmente. Hablamos de las cuatro leyes del desapego: eres responsable de ti misma; vive el presente, acepta, asume la realidad; promueve tu libertad y permite ser libres también a los demás y la última, sume las perdidas van a sucederse tarde o temprano.
A manera de conclusión del Desapego emocional y de introducción del de la Serenidad vamos a meditar en este video.
Importante, sobre todo en este tema del Desapego emocional y de alcanzar La Paz que el mundo no da, que nos quede claro que si no cerramos ciclos por miedo a sufrir más, estamos haciéndolo y estamos impidiéndonos tomar las decisiones necesarias, como por ejemplo establecer límites, para obtener La Paz.
Entonces, en este tercer y último avance del tema sobre La Paz que el mundo no da. Será necesario que nos cuestionemos: ¿Habrá alguna forma de tener paz interior en estos tiempos tan difíciles?
¿Será que Vivimos con demasiada prisa? Quizás no deberíamos decir esto como una pregunta, sino como una afirmación. Si te paras un minuto en cualquier sitio y observas a tu alrededor, te darás cuenta de que sí, de que vivimos con demasiada prisa, o lo que es lo mismo, no vivimos con nada de serenidad.
Cuando estamos agitados por estrés o ansiedad, por prisas en definitiva, nuestro cuerpo produce adrenalina. La adrenalina es una hormona que nos prepara para atacar y defendernos de un peligro.
Pero, si observas a tu alrededor como te decía, da la impresión de que estamos llenos de adrenalina todo el tiempo, por supuesto, preparados para atacar. De hecho, no hay más que fijarse en cómo reacciona cualquier conductor, cuando el vehículo que va delante, se detiene durante tres segundos.
El trabajo, la casa, los niños, las amistades, la familia y el resto de las obligaciones, no nos permiten vivir con serenidad; no nos dejan disfrutar de la vida que tenemos. Pero estamos tan instalados en las prisas, que aún teniendo un momento de tranquilidad y sosiego, nos llegamos a sentir culpables por no estar haciendo algo productivo.
Es cierto que estamos viviendo tiempos complicados, donde es difícil encontrar la serenidad y el equilibrio emocional. Hay muchos factores externos que nos dificultan estar serenos: nerviosismo, tensión, preocupación, miedo…
El estrés y la ansiedad son parte de la respuesta natural de lucha o huida del cuerpo. Cuando alguien se siente bajo amenaza, su cuerpo libera las hormonas del estrés.
Las hormonas del estrés hacen que el corazón lata más rápido, lo que causa que se bombee más sangre a los órganos y extremidades.
Esta respuesta permite que una persona esté lista para luchar o escapar. También respiran más rápido y su presión sanguínea aumenta.
Al mismo tiempo, los sentidos de una persona se agudizan más y su cuerpo libera nutrientes en la sangre para asegurarse de que todas las partes tengan la energía que necesitan.
Este proceso ocurre de forma rápida y los expertos lo llaman estrés. La ansiedad es la respuesta del cuerpo a ese estrés.
Muchas personas reconocerán la ansiedad como la sensación de estrés, intranquilidad o temor que alguien tiene antes de un evento importante. Esto las mantiene alertas y conscientes.
La respuesta de luchar o huir puede activarse cuando alguien enfrenta una amenaza física o emocional, real o percibida. Aunque puede ser útil, para algunas personas, puede interferir con la vida diaria.
Estamos en un momento de inmediatez, de hacer mil cosas a la vez y con una situación externa que muchas veces se hace difícil de gestionar. Es todo un lujo alcanzar esta calma y este equilibrio de emociones, pensamientos, tareas…
Es obvio, entonces que necesitamos serenidad , esa palabra que, por lo menos a mi, sólo decirla me transmite eso que significa, serenidad. Ese estado de serenidad, consiste en estar en armonía con nosotros mismos y con lo que hacemos, nos permitiría tener una mayor concentración, ser más reflexivos, disfrutar de lo que tenemos y evitar el estado de estrés, porque, la serenidad te puede proporcionar casi más bienestar que la alegría.
El problema es que, por lo general, no la tenemos. Ahora más que nunca, debemos hacer un esfuerzo para poder recuperar el equilibrio emocional. Porque cuando uno está y se siente más sereno, esto nos ayuda a poder ver las cosas de forma distinta: más relajada y más positiva. Hay que tener en cuenta que las mentes calmadas son mentes más centradas y con más consciencia.
Entonces, cómo alcanzar serenidad? Alcanzar la serenidad equivale a deshacernos de la ansiedad, la angustia, la preocupación por el día de mañana, la desesperación por todas las cosas que tenemos pendientes, y comenzar una vida llena de plenitud.
Para alcanzar este estado se necesita llevar a la práctica las siguientes recomendaciones:
1-Identifica el origen de la preocupación.
Indaga qué es lo que te causa malestar, qué te hace sentir angustia, ante qué situaciones se desencadena tu ansiedad, en qué momentos te sientes peor, o con más intranquilidad. Este es el primer paso para iniciar el camino hacia la transformación y la liberación de todas las preocupaciones.
2-Observa tu forma de actuar.
Fíjate si le estás dando mucha atención a cosas que no la merecen, si pierdes tu calma por asuntos insignificantes o si sabes manejar tus emociones. Si te percatas que tus reacciones son fuertes ante determinadas situaciones o personas, empieza a generar un nivel de conciencia que te haga ver cuáles son las cosas realmente importantes en tu vida. Lo descubrirás porque lo único que merece tu atención es aquello que te resulta agradable y puedes vivir desde el amor.
3-Procura no hacerte daño.
No te castigues siendo demasiado perfeccionista, sometiéndote a altos niveles de estrés por cumplir con tareas que están lejos de tu felicidad, o vivir bajo extremos estándares que te hayas impuesto. Este tipo de comportamientos conduce hacia la insatisfacción, la angustia y el agotamiento. Si detectas que estás actuando de esta manera, es momento para que te consideres como la primera prioridad en tu vida y evites someterte a ese tipo de castigo autoimpuesto.
4.-Recurre a métodos efectivos.
Por ejemplo, meditar, practicar algún ejercicio, unotro tipo de actividad con la que puedas drenar el exceso de energía o sobrecarga que sientas. No todo tiene que resolverse con tratamientos y pastillas –aun cuando en ciertas ocasiones sea necesario-.
5-No te afanes
Este es uno de los mandamientos para alcanzar progresivamente el estado de serenidad deseado. Mientras más empeño tengas por vivir en tranquilidad, más difícil será porque lo único que estarás logrando es continuar en la angustia que ha definido tus días desde hace tiempo. Si realmente deseas cambiar, debes despejar tu mente y desechar todo lo que te provoque desasosiego.
6-Toma tiempo para ti.
Esto es esencial. La serenidad viene desde dentro, es decir, no se encuentra en otros lugares, sino en ti misma, y quizás por eso es mucho más difícil obtenerla, ya que es imprescindible conectar con tu ser para contactar con la quietud que todos tenemos, pero que muy pocos saben hacer surgir. Siempre debes contar con un espacio que sea exclusivamente para ti, para realizar actividades que sean relajantes o placenteras, incluso si se trata solamente de querer dormir para calmar los pensamientos.
7-Apaga las emociones negativas.
Para lograrlo puedes salir un día a caminar e imaginar que, a medida que vas dando pasos, va saliendo y quedando atrás la ira, la impaciencia, la desesperación, la ansiedad, la angustia, las inseguridades, y así con todo lo que te afecte de manera negativa. Verás cómo al terminar tu paseo y regresar a casa te sentirás muchísimo mejor.
8- Demuestra agradecimiento.
Cuando tenemos este gesto, nos estamos concentrando en todas las cosas buenas que están en nuestra vida y con ello alejamos los pensamientos que nos presionan por obtener más cosas y llenar el hogar con objetos que al final no nos aportarán felicidad, o que olvidaremos a la semana de haberlos comprado. Una vez más, debemos tener presente que la serenidad y la calma no se encuentra en el exterior sino en nuestro interior.
9-Enfoca tu felicidad.
Oriéntala hacia el bienestar que puedas sentir hacia las cosas sencillas y hermosas de la vida. No apuestes por grandes logros, por un título o un puesto en una destacada empresa, porque si piensas calmadamente podrás notar que estas cosas bien pueden estar un día en tu vida y al día siguiente no. En cambio, cuando nos sentimos bien al admirar la naturaleza, por ejemplo, nuestra mente comienza a calmarse, los pensamientos negativos se van diluyendo y sólo la serenidad estará presente en nuestra existencia.
10-No intentes cambiar la realidad.
Hay cosas que nunca podrás cambiar, como lo que los demás sienten, dicen o hacen, así como otras situaciones que simplemente ocurren y no tienes el control en tus manos. Intentar modificar algo que está fuera de nosotros nos hará sentir inquietud. Acepta todo lo que ocurre, agradece el aprendizaje obtenido, y esfuérzate solamente en cambiar aquellas cosas de ti que te ayudarán a evolucionar para convertirte en un mejor ser humano.
11-No te resistas a los cambios que ocurren en tu entorno.
Hacerlo te hará sentir inquietud nuevamente. Tómalo como un proceso que está ocurriendo porque todas las cosas no pueden permanecer por siempre en el mismo estado, y limítate a reflexionar qué lección para la vida te dejará todo lo que está sucediendo.
Cuando Jesús estaba en la tierra enseñó la manera de ser feliz, de encontrar paz y de regresar a vivir con Dios. Su Evangelio aún se aplica hoy en día. Si sigues a Jesucristo y aplicas estas lecciones que enseñó, tu vida será más feliz.y tendrás paz
1.-Ama a Dios y a tu prójimo
Cuando le preguntaron que cuál era el mandamiento más importante, Jesús dijo, “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante a este: Amarás a tu prójimo como a ti mismo” (Mateo 22:37-39).
Al sustituir el odio y el resentimiento con amor y amabilidad, te sentirás más cerca de Dios y verás que hay más paz en tu vida.
2.-Vive la Regla de Oro
Jesús enseñó la Regla de Oro durante Su Sermón del Monte: “Así que, todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos” (Mateo 7:12). En otras palabras, trata a otros en la manera que quieras que te traten. Al hacerlo, fortalecerás tus relaciones y serás más feliz.
3.-Tener fe en Jesucristo
En Juan 3:16 leemos, “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a Su Hijo Unigénito para que todo aquel que en Él crea no se pierda más tenga vida eterna”. Tener fe en Jesucristo significa creer en Él y en Sus enseñanzas. Tener fe en Jesucristo te bendecirá en esta vida y en la vida venidera.
4.-Comunícate sinceramente con Dios
Jesús enseñó con el ejemplo que deberíamos orar a Dios con frecuencia. Dios te ama. Como tu Padre Celestial, Él está listo para ayudarte. Comunícate con Él por medio de la oración, expresa gratitud y pide por las coss que necesitas. Esto sin duda alguna nos lleva a la quinta lección.
5.- Vivir en Serenidad
Vivir en serenidad significa esa paz interior que vas a transmitir si estas cargado de ella, cuando se nos presenta algún problema es muy importante tener serenidad, de esta manera podremos afrontarlas con sabiduría y eso nos dará paz.
Cuando tenemos serenidad podemos solucionar aún mejor cualquier dificultad, en nuestras vidas cotidianas no está mal mantener serenidad para afrontar cualquier problema, cuando mantenemos serenidad podemos decir que clamamos paz interior lo cual nos va a permitir aceptar todo aquello que no podemos cambiar y con valor las que si pueden ser cambiadas, saber identificar la diferencia y poder tomar una decisión. Ser serenos es signo de paz, de personas tranquilas, estar equilibrado tanto mental, como física y espiritualmente, ser sabios en un momento de desesperación donde tomar una decisión hundidos en un mar de pensamientos puede llegar a ser uno de los beneficios más grandes de la serenidad.
Cuando estamos tranquilos, serenos, se puede ver las cosas de otra manera y así serán resueltas con menos dificultad, mantener equilibrio y moderación, demostraremos ser serenos ante cualquier situación en un determinado momento. La persona que actúa con tranquilidad y calma podemos decir que está cargado de serenidad, no hay nada más tranquilizante cuando nos encontramos con la serenidad. Un individuo sereno es un ser que transmite mucha paz; paz y serenidad van de la mano haciendo un buen trabajo, ser sereno te aporta beneficios que no te imaginas.
Pero sin duda alguna el principal camino para obtener La Paz nos lo explica al dirigir el rezo del Regina Coeli este domingo 22 de mayo, el Papa Francisco, en el que exhortó a invocar al Espíritu Santo para obtener el don de “la paz que el mundo no conoce” porque solo Dios es capaz de “desarmar el corazón y llenarlo de serenidad”.
“¿Qué es esta paz que el mundo no conoce y que el Señor nos dona?
Esta paz es el Espíritu Santo, el mismo Espíritu de Jesús. Es la presencia de Dios en nosotros, es la “fuerza de paz” de Dios”, señaló el Papa.
En esta línea, el Papa Francisco indicó que “es Él el Espíritu Santo quien desarma el corazón y lo llena de serenidad. Es Él el Espíritu Santo quien deshace las rigideces y apaga la tentación de agredir a los demás. Es Él el Espíritu Santo quien nos recuerda que junto a nosotros hay hermanos y hermanas, no obstáculos y adversarios. Es Él el Espíritu Santo quien nos da la fuerza para perdonar, para recomenzar, para volver a partir. Porque con nuestras fuerzas no podemos. Y con Él nos transformamos en hombres y mujeres de paz”.
Además, el Santo Padre advirtió que “ningún pecado, ningún fracaso, ningún rencor debe desanimarnos a la hora de pedir con insistencia el don del Espíritu Santo que nos da la paz” por lo que “cuanto más sentimos que el corazón está agitado, cuanto más advertimos en nuestro interior nerviosismo, intolerancia, rabia, más debemos pedir al Señor el Espíritu de la paz”.
“Aprendamos a decir cada día: ‘Señor, dame tu paz, dame el Espíritu Santo’. Es una bella oración. ¿La decimos juntos? ‘Señor, dame tu paz, dame el Espíritu Santo’. No escuché bien, de nuevo: ‘Señor, dame tu paz, dame el Espíritu Santo’. Y pidámoslo también para quienes viven junto a nosotros, para quienes encontramos todos los días y para los responsables de las naciones”, dijo el Papa a los numerosos fieles reunidos en la Plaza San Pedro del Vaticano.
Asimismo, el Papa Francisco citó un proverbio que dice “se muere como se ha vivido” y recordó que “las últimas horas de Jesús son, en efecto, como la esencia de toda su vida. Experimenta miedo y dolor, pero no deja espacio al resentimiento y a la protesta. No se deja llevar por la amargura, no se desahoga, no es incapaz de soportar”.
“Está en paz, una paz que proviene de su corazón manso, habitado por la confianza. De ahí surge la paz que Jesús nos deja. Porque no se puede dejar la paz a los demás si uno no la tiene en sí mismo. No se puede dar paz si no se está en paz”, dijo el Papa.
En esta línea, el Santo Padre subrayó que “Jesús demuestra que la mansedumbre es posible” porque “Él la ha encarnado precisamente en el momento más difícil; y desea que también nos comportemos así nosotros, que somos los herederos de su paz”.
“Nos quiere mansos, abiertos, disponibles para escuchar, capaces de aplacar las disputas y tejer concordia. Esto es dar testimonio de Jesús, y vale más que mil palabras y que muchos sermones. El testimonio de paz”.
De este modo, el Papa invitó a cuestionarnos “si, en los lugares en los que vivimos, nosotros, los discípulos de Jesús, nos comportamos así: ¿Aliviamos las tensiones, apagamos los conflictos? ¿Tenemos una mala relación con alguien, estamos siempre preparados para reaccionar, para estallar, o sabemos responder con la no violencia, con palabras y gestos afables? ¿Cómo reacciono yo? Cada uno se pregunte”.
El Santo Padre reconoció que “esta mansedumbre no es fácil” porque “¡qué difícil es, a todos los niveles, desactivar los conflictos!” e invitó a pedir al Espíritu Santo ser “capaces de custodiar la paz, que necesitamos una ayuda, un don. La paz, que es nuestro compromiso, es ante todo don de Dios”.
“Que la Virgen nos ayude a acoger al Espíritu Santo para ser constructores de paz”, concluyó el Papa.
Testimoniemos La Paz, nos invita Apolonio Carvalho Nascimento, uno de los colaboradores del Movimiento Los Focolares.
La paz se conquista y se construye, sin embargo podemos usar nuestra creatividad para llevarla a los corazones de todos y para mantenerla en el nuestro.
La paz es fruto del amor que conduce a la comprensión recíproca, la aceptación de las diferencias y a la convivencia armoniosa incluso entre opuestos.
“El niño jugará con la serpiente, el lobo convivirá con el cordero, la vaca y el oso pastarán juntos.” Esta imagen de convivencia, narrada por Isaías en el capítulo 11, retrata la paz que se alcanza a través del amor recíproco.
Lo que parece imposible a los ojos humanos, el amor lo logra con sus “invenciones”; parece un sueño, pero es un sueño de Dios, por lo tanto posible.
Que todos seamos testimonio de que la paz es posible.
Canción
Bibliografía del tema completo
http://es.catholic.net/op/articulos/78807/su-tristeza-se-convertira-en-alegria.html
¿Cuál es la paz que Jesús da? – Levíticohttps://librerialevitico.com › cual-es-la-paz-que-jesus-da
https://www.psicologosantacoloma.es/desapego-emocional/
https://beaire.com/es/aire-magazine/paz-interior
https://www.desatatupotencial.org/blog/8-tecnicas-para-ayudarte-a-relativizar-tus-problemas/
https://www.aliciagambetta.com/mindfulness/soltar-para-estar-en-paz-contigo/
https://lamenteesmaravillosa.com/aprender-soltar-permitirnos-recibir/
https://www.verdadyvida.org/vida-en-la-palabra-vivir-sin-apegos/
https://www.psicologoencasa.es/como-puedes-vivir-con-mas-serenidad/
https://www.bachrescue.com/es-es/explora/blog/2021/como-conservar-la-serenidad-en-tiempos-dificiles/
https://www.medicalnewstoday.com/articles/es/estres-y-ansiedad#como-saberlo
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Junio 2022.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.