¿Por qué nos cuesta trabajo adoptar el orden en nuestra vida? “Porque no conocemos los beneficios que nos da el grandioso hábito del orden. Al ser un hábito todos podemos aprenderlo. El orden no es solamente para cierto tipo de personalidad ni para ciertos momentos del año o para algunas circunstancias de la vida, el orden es una herramienta esencial para ser feliz”, al transformar cada uno de los espacios personales se construye un santuario, lo que permite un ambiente propicio para la felicidad.
Creo que la respuesta la encontramos al analizar el problema que la sociedad de consumo nos ha ido llevando muy solapadamente. Y es que hoy los seres humanos sufrimos de acumulación física, acumulación emocional y acumulación digital al grado que, por ejemplo, “una casa en Estados Unidos en promedio tiene más de 300 mil objetos materiales y uno de cada diez estadounidenses renta un espacio externo de almacenamiento”. El problema del orden, de acuerdo con Adriana, fundadora de la empresa simpleLIFE, no es un problema de espacio, es un problema de acumulación.
Qué importancia tiene el orden en el desarrollo de la personalidad?
“Una habitación en orden, por ejemplo, te permitirá descansar mejor, una oficina en orden te ayudará con tu concentración, una cocina ordenada te ayudará a comer más sano, una vida en orden te reducirá el estrés, aumentará el tiempo libre que tanto anhelas, te convertirás en un consumidor con propósito, tu espacio se liberará de objetos materiales que ya no te hacen feliz y tu mente se liberará de los apegos poco sanos”, recomienda Adriana,
El orden conduce a que la persona sea más libre, responsable y madura. Este orden trasciende el orden físico en el que habitualmente pensamos (es decir, tener nuestra habitación ordenada). Va más allá. El orden en las estanterías de nuestra biblioteca suele ser un reflejo del orden en nuestra vida, en nuestras prioridades, en nuestras ideas, en nuestro proyecto personal.
Popularmente, se han relacionado los conceptos de creatividad y desorden. Sin embargo, la realidad es que, aunque la creatividad es un proceso que se facilita en entornos flexibles, donde hay espacios definidos y explícitos para expresar y para escuchar, esto no es sinónimo de caos y desorden. Muchos escritores, pintores, compositores, etc. confiesan que su vida está impregnada por la rutina, por la constancia y por la fuerza de voluntad, todos ellos primos hermanos del orden.
¿Qué hay detrás de una mesa ordenada?
Ciertos trastornos condicionan una conducta excesivamente ordenada o desordenada. Veámoslo:
Un escritorio excesivamente ordenado, en una forma escrupulosamente lógica, puede hablar de una personalidad poco espontánea, con poco sentido del humor y que huye de la espontaneidad y de la improvisación. Un inconveniente claro del exceso de orden es que a veces requiere más esfuerzo y tiempo del que la tarea realmente necesita.
Un orden rígido, inflexible convierte a quien lo practica en un neurótico, ya que le impide vivir de forma relajada y fluida. Es entonces cuando nos hallamos ante una personalidad perfeccionista, una manera enfermiza de vivir el orden y que se caracteriza porque la persona nunca está satisfecha con lo que hace, ya que todo podría mejorarse, lo que conduce a la insatisfacción. La persona perfeccionista tiene un nivel de exigencia consigo misma , y con los demás, excesivo y vive acompañada del miedo al fracaso.
Ordenar, clasificar y organizar son actividades favoritas de los obsesivos. Evidentemente, estas tareas tienen un valor intrínseco: es más fácil encontrar objetos o recuperar determinada información si todo está ordenado. Pero a veces la obsesión por el orden suele ser un reflejo de que la persona piensa que es posible ordenar la vida en sus aspectos generales, de que las catástrofes inesperadas pueden ser evitadas.
Por lo tanto, una cosa es ser preciso y ordenado y otra diferente ser esclavo de rituales relacionados con estos conceptos. “Son pensamientos acerca de colocar los objetos de una manera determinada o simétrica, de hacer y deshacer de manera exacta acciones motoras”, aclaran desde la Asociación TOC Madrid.
En el lado opuesto, una mesa permanentemente desordenada puede reflejar un trastorno de la voluntad, poca constancia, inconsistencia de los objetivos diarios y, por tanto, inconsistencia del propio proyecto personal de vida, del rumbo del barco.
Demasiado desorden, pues, puede ser la manifestación de un trastorno de la voluntad (apatía, abulia, astenia), depresión, ansiedad y, en menor medida, de un trastorno de la personalidad.
Lograr una vida plena y, por tanto, llegar a la felicidad requiere de disciplina, dedicación, pero, sobre todo, de orden. Alcanzar una vida con espacios en orden es un proceso que se puede construir y optimizar, pero no olvidemos que todo tiene un limite, los extremos no son buenos.
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Marzo 2019
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.