El temperamento es la combinación de características con las que nacemos; el carácter es nuestro temperamento “civilizado” y la personalidad es el rostro que mostramos a los otros. Debido a que los rasgos de personalidad los recibimos genéticamente de nuestros padres y, por ello son impredecibles, se debería mantener en mente algunos factores que influencian el temperamento: la cultura y la socialización son probablemente los factores más importante en la formación de nuestro temperamento.
La Biblia, como fuente de sabiduría y tutorial espiritual, no solo nos ofrece enseñanzas morales y espirituales, sino que también nos da una perspectiva sobre la naturaleza humana. Dentro de esta perspectiva, se encuentra la noción de los temperamentos, que son patrones de comportamiento y reacción emocional que influyen en cómo las personas interactúan con el entorno. Aunque la Biblia, no utiliza explícitamente el término temperamento, la diversidad de personajes bíblicos y sus historias nos permiten identificar diferentes tipos de personalidades, las cuales podemos relacionar con los cuatro temperamentos clásicos: sanguíneo, colérico, melancólico y flemático.
Los cuatro temperamentos son una herramienta útil para comprender las diferentes maneras en que las personas procesan la información, se relacionan con los demás y reaccionan ante situaciones.
La Biblia, a través de sus historias y personajes, nos muestra que no hay un solo tipo de persona ideal. Cada temperamento tiene sus fortalezas y debilidades, y Dios nos ha creado con diferentes personalidades para que juntos podamos construir una sociedad más completa y rica.
Al comprender los temperamentos, podemos aprender a apreciar la diversidad de la humanidad y a valorar las cualidades únicas de cada persona. Podemos usar este conocimiento para mejorar nuestras relaciones con los demás, para fortalecer nuestras propias fortalezas y para desarrollar estrategias para superar nuestras debilidades. Al analizar las historias y personajes bíblicos, podemos observar cómo estos temperamentos se manifiestan en sus vidas, sus decisiones y sus interacciones con Dios y con otros.
El Sanguíneo: El Entusiasta y Optimista
El sanguíneo es caracterizado por su energía, entusiasmo y alegría. Son personas extrovertidas, sociables y con una gran capacidad para conectar con los demás. En la Biblia, podemos encontrar ejemplos de personajes sanguíneos como David, quien se destaca por su pasión, su capacidad para liderar y su alegría contagiosa.
Características del Sanguíneo:
- Extrovertido: Disfruta de la compañía de los demás y se siente cómodo en situaciones sociales.
- Optimista: Tiene una visión positiva de la vida y se enfoca en los aspectos buenos de las cosas.
- Enérgico: Tiene mucha energía y entusiasmo, siempre dispuesto a emprender nuevos proyectos.
- Sociable: Le encanta conocer gente nueva y formar relaciones.
- Creativo: Tiene una mente activa y creativa, siempre buscando nuevas ideas.
Debilidades:
- Indisciplinado
- Emocionalmente inestable
- Improductivo
- Exagerado.
El Colérico: El Líder Decidido y Fuerte
El colérico es un líder natural, decidido y con una fuerte voluntad. Son personas directas, independientes y con una gran capacidad para tomar decisiones. En la Biblia, encontramos ejemplos de personajes coléricos como Moisés, quien lideró al pueblo de Israel con firmeza y determinación.
Características del Colérico:
- Líder: Tiene una fuerte presencia y capacidad para tomar el mando.
- Decidido: No duda en tomar decisiones y perseguir sus objetivos.
- Independiente: Prefiere trabajar solo y tiene una fuerte voluntad.
- Directo: Dice lo que piensa sin rodeos y no tiene miedo de expresar sus opiniones.
- Ambicioso: Tiene grandes metas y aspiraciones, siempre buscando el éxito.
Debilidades:
- Frío y no emocional
- Autosificiente
- Impetuoso
- Dominante
- Rencoroso
- Sarcástico
- Irascible
- Cruel
El Melancólico: El Analítico y Perfeccionista
El melancólico es un tipo de persona reflexiva, analítica y con un alto sentido de la perfección. Son personas sensibles, introvertidas y con una gran capacidad para el detalle. En la Biblia, encontramos ejemplos de personajes melancólicos como Job, quien se caracteriza por su profunda reflexión y su búsqueda de justicia.
Características del Melancólico:
- Analítico: Piensa profundamente en las cosas y busca entender la lógica detrás de todo.
- Perfeccionista: Busca la excelencia en todo lo que hace y se preocupa por los detalles.
- Introvertido: Prefiere la soledad y la tranquilidad para reflexionar.
- Sensible: Se afecta profundamente por las emociones de los demás y se preocupa por el bienestar de los demás.
- Talentoso: Tiene habilidades artísticas y una gran capacidad para la creatividad.
Debilidades:
- Variable
- Propenso a persecución
- Vengativo
- Susceptible
- Teórico
- Insociable
- Crítico
- Negativo
El Flemático: El Pacífico y Tranquilo
El flemático es una persona tranquila, pacífica y con un enfoque práctico. Son personas estables, confiables y con una gran capacidad para mantener la calma en situaciones difíciles. En la Biblia, encontramos ejemplos de personajes flemáticos como Daniel, quien se caracteriza por su sabiduría, su serenidad y su capacidad para mantener la calma ante la adversidad.
Características del Flemático:
- Tranquilo: Mantiene la calma y la serenidad incluso en situaciones difíciles.
- Pacífico: Evita los conflictos y busca la armonía en sus relaciones.
- Práctico: Se enfoca en las soluciones y busca resolver los problemas de manera eficiente.
- Confiables: Son personas estables y confiables, siempre buscando la seguridad.
- Observador: Presta atención a los detalles y observa cuidadosamente su entorno.
Debilidades:
- Sin motivación
- Moroso
- Egoísta
- Mezquino
- Auto protector
- Indeciso
- Cobarde
- Ansioso
Es importante recordar que los temperamentos no son destinos, sino herramientas. Los temperamentos también juegan un papel importante en la fe cristiana. Cada temperamento puede encontrar diferentes formas de expresar su fe , para glorificar a Dios y servir a Dios. Podemos usar nuestro temperamento y para servir a los demás. Por ejemplo, un sanguíneo puede ser un evangelista apasionado, usar su energía y entusiasmo para compartir el evangelio con otros.
Un colérico puede ser un líder carismático y usar su liderazgo para guiar a otros en la fe.
Un melancólico puede ser un escritor devoto al usar su creatividad para escribir canciones de alabanza.
Un flemático puede ser un servidor paciente y dedicado. Al usar su paciencia y estabilidad para servir a los necesitados.
Los temperamentos en la Biblia nos ofrecen una valiosa perspectiva sobre la diversidad de la humanidad y sobre la forma en que Dios nos ha creado. Al comprender los temperamentos, podemos aprender a apreciar las cualidades únicas de cada persona, a fortalecer nuestras propias fortalezas y a trabajar en nuestras debilidades. Podemos usar nuestros temperamentos para glorificar a Dios y para servir a los demás, recordando que somos llamados a crecer en madurez emocional y espiritual a través de la fe en Jesucristo.
Al mismo tiempo, debemos ser conscientes de nuestras propias debilidades y buscar la tutoría de Dios para superarlas.
El modelo de temperamento ideal de Jesucristo. Jesús presenta un temperamento con una serie de características que deben ser tomadas en cuenta por los cuatro temperamentos existentes, no sólo para darse cuenta de qué rasgos deben cambiar para parecerse a Cristo, sino también para dar gracias a Dios por aquellos rasgos que naturaleza le hacen semejantes a El
Los sanguíneos deberán saber que Cristo se caracterizó por una profunda sensibilidad una dulce amabilidad como en el caso de la ladúltera, encontramos en Juan 8, 1-11 y una acogida cordial proveniente de un corazón abierto semejante al del sanguíneo, pero al mismo tiempo, Cristo carecía de la inconstancia no buscaba nunca impresionar, carecía de irritabilidad fácil y de vanidad.
Los melancólicos deberán conocer que Cristo al igual que ellos se caracterizó por una profunda sensibilidad y un gran sentido de lo bello y de la naturaleza recordemos como hacía alusión en sus discursos a los lirios los pajaritos cambies etc. como no lo enseñan en Mc 6, 25-34. Siempre fue meditativo y amante de la soledad y pensador profundo, según nos indica Mt 14, 22-23, pero a la vez nunca se manifestó como vanidoso o pesimista; por el contrario, fue siempre optimista -Jn 11, 1-16-, siempre tuvo un grado máximo de objetividad y un gran sentido de la realidad -Mt 26, 36-46.
A los coléricos mucho bien les hará saber que aunque siempre sean presentados como el temperamento más duro, en Cristo se presentó la constancia, caracterizado por una prodigiosa acción y una audacia equilibrada que nuestro a los demás hacer el bien ; ejemplo de jefe que se gana la autoridad por su testimonio de amor y abnegación y no por su crueldad y autoritarismo -Mt 15, 32-39-. Era un líder entusiasta pero que comunicaba con sano entusiasmo, seguridad y éxito del triunfo final -Jn 14, 12-18, 15, 5-15-; Así pues los coléricos deberán canalizar de la misma forma de energía que les asemeja a Cristo, recordando que este siempre se guardó de la altivez, del orgullo, de la violencia, de la venganza -Jn 18, 7-11.-, A los mismos apóstoles que deseaban cayera fuego del cielo y de volaron la ciudad de manifestó : “no sabéis de qué espíritu sois”, Lc 9, 51-56, la franqueza siempre caracterizó su conversación.
Por último , los flemáticos deberán tener en cuenta que Cristo también fue prudente, calmado, sereno, con una intuición profunda -Lc 9, 51-56, pero a la vez nunca fue indiferente, Jn 5, 1-9, lento , frío o sin dominio propio.
Para concluir este tema de la Esperanza y la Inteligencia emocional podremos decir que Dios nos creó a Su imagen, y las emociones de Dios se revelan en las escrituras; por lo tanto, Dios nos creó seres emocionales. Sentimos amor, gozo, felicidad, culpa, ira, decepción, miedo, etc. A veces, nuestras emociones son vivencias agradables, y a veces no. A veces, nuestras emociones están fundadas en la verdad, y a veces son “falsas” ya que se basan en premisas erróneas.
Solo Cristo es el modelo ideal no puede ser otro que Él. Sin embargo hay cosas que podemos hacer para ayudar a cultivar la esperanza, incluso frente a los inmensos desafíos que seguimos enfrentando como individuos y comunidades a diario.
- Establece metas claras: sé claro, nítido y concentrado cuando se trata de metas. Además, controla la delgada línea entre lo aspiracional y lo alcanzable. Para empezar, establece metas y luego divide cada meta en pasos prácticos. Cuanto más dividas cada objetivo en pasos fácilmente alcanzables, más probable será que logres incluso los objetivos más ambiciosos. Recuerda que la esperanza también es acumulativa. Cuantos más pasos completes más esperanzada estarás.
- Cultiva una mentalidad de crecimiento: ayuda a los miembros de tu familia, y comunidad a aceptar la idea de que pueden seguir creciendo, incluso frente a la adversidad.
- Alinear los objetivos con los valores: cuando los objetivos son muy relevantes (importantes para uno mismo, el trabajo, la familia o la comunidad), es más fácil impulsar el cambio.
- Toma perspectiva de forma regular: ayuda a tu equipo a tomar perspectiva a intervalos regulares. Ser capaz de ver el progreso de uno es una excelente manera de fomentar la esperanza para el futuro.
- Y lo más importante El Señor Todopoderoso a través del libro de Jeremías 29:13 nos dice:*Cuando ustedes me busquen, me encontrarán, siempre y cuando me busquen de todo corazón.
- Entonces l o primero que debemos reflexionar es la importancia de buscar a Dios para nuestra vida. Todos necesitamos paz interior y todos necesitamos sentirnos con una plenitud en el alma.
Para encontrar esa paz, esa salvación eterna, esa sanación, ese Espíritu Santo, o esa necesidad espiritual, *es importante buscar todos los días a Dios.
Buscar a Dios debe ser una necesidad profunda de nuestra alma; es querer conocer a Dios en su intimidad. Buscar a Dios significa buscar su presencia.
Buscar a Dios nos demanda un esfuerzo mental y espiritual: es reflexionar, examinar nuestra vida, poner a prueba nuestra Fe, estudiar la Palabra de Dios, dejarnos ser guiados por el Espíritu Santo y seguir las enseñanzas de Jesús.
Debemos buscar a Dios todos los días, porque confiamos en las promesas del Señor.
Buscar a Dios de todo corazón significa “buscarle con pasión”, con firmeza, con entusiasmo, con diligencia, con todas las fuerzas de nuestro ser y Dios nos promete que lo encontraremos y permanecerá en nosotros por siempre.
Y como nos dice Prov 16, 3: “Pon tus actos en las manos del Señor y tus planes se realizarán.”
Canción
https://youtu.be/dAMdH7Fv2fA?si=grcqJeC9u9KvxKEa
Tomado de :
Libro Que tiene que ver Cristo con mis emociones, autor Daniel Retana.
Folleto Temperamentos Controlados por el Espíritu Santo. Renuévame, Ministerio de Sanación Interior
https://www.iglesiadelpilar.com.ar/temperamentos-en-la-biblia/
https://www.psychologytoday.com/cr/blog/la-psicologia-de-la-esperanza
https://www.gotquestions.org/Espanol/manejo-emociones.html
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Mayo2025.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.