Nos explica el Papa Francisco en la Catequesis sobre la Eucaristía: “Después de la homilía, un tiempo de silencio permite que la semilla recibida se sedimente en el alma, para que nazcan propósitos de adhesión a lo que el Espíritu ha sugerido a cada uno. Hay que guardar un hermoso silencio y cada uno tiene que pensar en lo que ha escuchado.
Después de este silencio, ¿cómo continúa la misa? La respuesta personal de fe se injerta en la profesión de fe de la Iglesia, expresada en el “Credo”. Todos nosotros rezamos el Credo en la misa. Rezado por toda la asamblea, el Símbolo manifiesta la respuesta común a lo que se ha escuchado en la Palabra de Dios (véase Catecismo de la Iglesia Católica, 185-197).
Hay un nexo vital entre la escucha y la fe. Están unidos. Esta, -la fe- efectivamente, no nace de las fantasías de mentes humanas, sino que, como recuerda San Pablo, “viene de la predicación y la predicación por la Palabra de Cristo” (Rom. 10:17). La fe se alimenta, por lo tanto, de la escucha y conduce al Sacramento.
Por lo tanto, el rezo del “Credo “hace que la asamblea litúrgica “recuerde, confiese y manifieste los grandes misterios de la fe, antes de comenzar su celebración en la Eucaristía. ” (Instrucción General del Misal Romano, 67). El Símbolo de fe vincula la Eucaristía al Bautismo recibido “en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo”, y nos recuerda que los sacramentos son comprensibles a la luz de la fe de la Iglesia.”
El Credo pues, es una profesión de fe que recita la comunidad.
La fe es un acto personal: la respuesta libre del hombre a la iniciativa de Dios que se revela. Pero la fe no es un acto aislado, por eso decimos Creo, no Creems.
Sin embargo, el creyente ha recibido la fe de otro y debe transmitirla a otro. Nuestro amor a Jesús y a los hombres nos impulsa a hablar a otros de nuestra fe. Cada creyente es como un eslabón en la gran cadena de los creyentes. Yo no puedo creer sin ser sostenido por la fe de los otros, y por mi fe yo contribuyo a sostener la fe de los otros.
También se llama símbolo, que significa “señal por la que las verdades de nuestra religión, de nuestra fe católica se encuentran en la oración del Credo.
El Credo es lo que creemos los católicos. Si alguien de otra religión nos pregunta ¿qué es lo que creen ustedes los católicos? podemos contestarle con todo lo que rezamos en el Credo. Podemos decir que es como un resumen de nuestra religión.
El Credo está dividido en tres partes:
La primera parte habla de Dios Padre y de la obra de la Creación.
La segunda parte habla de Dios Hijo y de la Redención de los hombres. La tercera parte habla de Dios Espíritu Santo y de nuestra santificación.
Estas tres partes contienen doce artículos que abarcan las principales verdades en las que creemos los católicos. Estos doce artículos que iremos reflexionando:
1. Dios Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la Tierra.
2. Jesucristo, Hijo único de Dios.
3. Jesús fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo y nacido de María la Virgen.
4. Jesús fue crucificado, muerto y sepultado.
5. Jesús descendió a los infiernos y al tercer día resucitó.
6. Jesús subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios Padre.
7. Jesús vendrá a juzgar a vivos muertos.
8. El Espíritu Santo.
9. La Iglesia una, santa, católica y apostólica y la comunión de los santos.
10. El perdón de los pecados.
11. La resurrección de los muertos.
12. La vida eterna.
Si nos fijamos bien en todo lo que creemos, nos vamos a dar cuenta de lo importante que es Dios y de cómo nos amó tanto que nos entregó a su Hijo Jesús para salvarnos. Se quedó con nosotros en la Iglesia, nos perdona y nos promete volver a venir.
Todo lo que creemos lo debemos de vivir. Debemos demostrar con nuestras obras que creemos en Dios. Se debe notar la diferencia entre uno que no tiene fe y uno que sí tiene fe porque la vida se vive diferente. Por ejemplo, si yo creo que tengo un Padre Todopoderoso que vela por mí, mis acciones deberán demostrar esa seguridad y confianza. Si yo creo en la Iglesia, la voy a ayudar.
El Credo de los Apóstoles o Símbolo de los Apóstoles, es el corto, es llamado de los apóstoles porque es considerado con justicia como el resumen fiel de la fe de los apóstoles. Es el antiguo símbolo bautismal de la Iglesia Romana. Su gran autoridad proviene del hecho de que es el símbolo que guarda la Iglesia Romana, la que fue sede de Pedro, el primero de los apóstoles, y a la cual él llevó a la doctrina común.
Credo de Nicea-Constantinopla, es más largo por ser más explícito y lo rezamos todos los domingos en la Misa. Debe su gran autoridad al hecho de que es fruto de los dos primeros Concilios ecuménicos, como su nombre lo indica respectivamente Concilio de Nicea año 325 y el Concilio de Constantinopla año 381. Sigue siendo hoy el símbolo común de todas las Iglesias de Oriente y Occidente.
Recitar con fe el Credo es recordar nuestro Bautismo y entrar en comunión con Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, es también entrar en comunión con toda la Iglesia que nos transmite la fe y en el seno de la cual creemos.” Al cristiano se le reconoce,repito, por la profesión de fe.
El Credo es una forma de profesar nuestra fe.
Al rezar el Credo entramos en comunión con Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo y con toda la Iglesia.
El Catecismo de la Iglesia nos explica por qué tenemos un Credo (Rf. 185-197). Desde su origen, la Iglesia apostólica expresó su fe en formulas breves y normativas para todos, quiso recoger lo esencial de su fe en resúmenes orgánicos y articulados, destinados sobre todo a los candidatos al bautismo. Esta síntesis de fe no ha sido hecha según opiniones humanas, sino que se ha tomado de toda la Escritura lo más importante, para dar en su integridad la única enseñanza de la fe. A esta se le llama “profesión de fe”, y también se le llama Credo, ya que la primera palabra en ella es “Creo”. Se les denomina igualmente “símbolos de la fe”.
Cuando profesamos nuestra fe, comenzamos, repito, diciendo “Creo” o “Creemos”. Antes de exponer la fe de la Iglesia tal como es confesada en el Credo, celebrada en la Liturgia, vivida en la práctica de los mandamientos y en la oración, nos preguntamos qué significa “creer”.
La fe es la respuesta del hombre a Dios que se revela y se entrega a él, dando al mismo tiempo una luz sobreabundante al hombre que busca el sentido último de su vida.Quien dice “Yo creo,”, dice “Yo me adhiero a lo que nosotros creemos”. La comunión de fe necesita un lenguaje común de la fe, normativo para todos y que nos una en la misma confesión de fe.
Veamos lo que proclamamos en el Credo:
CREO EN UN SOLO DIOS. Dios toma la iniciativa. Desde siempre el hombre ha buscado a Dios, movido por su sed de vida, de seguridad, de justicia, de fidelidad… en realidad, sin que el hombre fuera siempre consciente. Dios mismo le ha iluminado y sostenido, atrayéndole hacia Si por los más variados caminos de la religión y de la cultura. Cuando hablamos de Dios, los cristianos hablamos de Alguien que ha tomado la iniciativa para comunicarse con los hombres como afirma el Concilio: “Quiso Dios, con su bondad y sabiduría, revelarse a Sí mismo y manifestar el misterio de su voluntad (Cfr. Ef 1,9); por Cristo, la Palabra hecha carne y con el Espíritu Santo, pueden los hombres llegar hasta el Padre y participar de la naturaleza divina” (Concilio Vaticano II, Dei Verbum, 2). Desde la revelación de su nombre a Israel hasta la revelación del Dios-Amor en Jesucristo, la Sagrada Escritura va desgranando y presentándonos todos los atributos de Dios.
• Lo conoce y lo sabe todo:
• Lo puede todo, pero su omnipotencia no consiste en coaccionar o en oprimir, sino en defender los derechos del hombre contra la injusticia u opresión, porque es el Dios Justo que cumple siempre sus promesas por ser fiel y veraz.• Se vuelve hacia los pequeños, pobres, huérfanos y viudas.
• Perdona los pecados e infidelidades, porque es un Dios de bondad y misericordia.
• Su amor y su justicia no se oponen entre sí, pues si por amor Dios acepta incondicionalmente al hombre, este amor incluye la justicia por la que Dios hace justo al hombre pecador.
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Octubre2020
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.