En 1 Corintios 12:7-11 dice: “Pero a cada uno se le da la manifestación del Espíritu para el bien común. Pues a uno le es dada palabra de sabiduría por el Espíritu; a otro, palabra de conocimiento según el mismo Espíritu; a otro, fe por el mismo Espíritu; a otro, dones de sanidad por el único Espíritu; a otro, poder de milagros; a otro, profecía; a otro, discernimiento de espíritus; a otro, diversas clases de lenguas, y a otro, interpretación de lenguas. Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, distribuyendo individualmente a cada uno según la voluntad de El.”
Sobre el ejercicio de la voluntad del Espíritu Santo también Hechos 16:6-11 y Gálatas 5:17. En Gálatas 5:17 habla de que nosotros nos sometamos a la voluntad del Espíritu Santo, dice: “la carne es contra el Espíritu, el Espíritu es contra la carne, y estos se oponen entre sí, para que no hagáis la que quisiereis”, y luego dice versículo 25: “andemos por el Espíritu”, es decir, bajo la dirección del Espíritu Santo de Dios.
El Espíritu Santo es una persona porque actúa como persona.
El Espíritu Santo habla, en Hechos 13:2 dice: “Ministrando éstos al Señor, y ayunando, dijo el Espíritu Santo: apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado”, por cierto, aquí está otra vez la voluntad del Espíritu. El Espíritu Santo llama al ministerio. Muchas veces.
El Espíritu Santo enseña, en Juan 14:26 dice: “Mas el Consolar, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y (él) os recordará todo lo que yo os he dicho”. Nos enseña y nos recuerda, ¿quién?, el Espíritu Santo. ¿Puede una fuerza hacer eso?, de ninguna manera.
“Hermana, hermano, si adviertes la oscuridad de la soledad, si llevas dentro un peso que sofoca la esperanza, si tienes en el corazón una herida que quema, si no encuentras una salida, ábrete al Espíritu Santo, afirma el Papa Francisco.
El Paráclito dice a la Iglesia que hoy es el tiempo de la consolación, continua el Pontífice. Es el tiempo del gozoso anuncio del Evangelio más que de la lucha contra el paganismo. Es el tiempo de llevar la alegría del Resucitado, no de lamentarnos por el drama de la secularización. Es el tiempo para derramar amor sobre el mundo, sin amoldarse a la mundanidad. Es el tiempo de testimoniar la misericordia más que de inculcar reglas y normas. ¡Es el tiempo del Paráclito! Es el tiempo de la libertad del corazón, en el Paráclito.”
Oremos: Espíritu Santo, tú eres el Consolador. Ayúdame a olvidar las pérdidas en mi vida. Sana mi corazón. Y ayúdame a enfrentarme a mi pecaminosidad y a sentir genuina tristeza por el daño intencional e involuntariamente que he infligido a otros y al hacerlo así he infligido a Jesús. Consuélame mientras lloro mi necesidad de perdón, y dame tu espíritu de regocijo por este nuevo crecimiento en mí.
Espíritu Santo, Jesús libremente escogió sufrir y morir por mí debido a su tremendo amor por mí. Tengo dolores en mi vida, dolores, heridas, sufrimientos, pruebas, dificultades y quiero huir de ellos. Fortaléceme para seguir los pasos de Jesús para que pueda caminar mi camino hacia el Calvario sin temer al mal, y llevarme a mi nueva vida de victoria y resurrección. Amén
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Mayo 2021
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.
Bibliografía:
Primera referencia
Segunda referencia
Tercera Referencia