El signo que Jesús promete es su perdón a través de su muerte y de su resurrección. El signo que Jesús promete es su misericordia, la que ya pedía Dios desde hace tiempo: “misericordia quiero, y no sacrificios”.
Así que el verdadero signo de Jonás es aquél que nos da la confianza de estar salvados por la sangre de Cristo.
