https://youtu.be/lqE4_tJ4o28?si=cUnLso7_CTcmQEGY
- Rom 3, 21-30
- Sal 129
- Lc 11, 47-54
Hoy la liturgia nos enseña que por la fe en Jesus la actividad salvadora de Dios llega a todas los que creemos en El . Sin embargo también nos confronta ante la actitud farisaica de aquellos que guardan escrupulosamente la ley, por tanto, alguien que es un entendido, que puede llegar a creerse sabio ante las cosas divinas y con un poder absoluto para hacer una criba entre los que cumplen y los que no cumplen.
San Pablo, en la primera lectura, se vale de la imagen de la Encarnación de Jesucristo para lanzar un mensaje de plenitud a la comunidad de Roma. La gracia que Dios derrama sobre su pueblo, redención-salvación, tiene que ver con la entrega generosa y gratuita de Jesucristo. El que es capaz de comprender la acción que hace el Hijo de Dios en esa entrega, se adhiere totalmente y de corazón al proyecto del reino de Dios. Un proyecto de salvación que es universal, “no hay más que un solo Dios, que justicia por medio de la fe tanto a los judíos, como a los no judíos.”
Redención-Salvación son ese gran regalo que viene de parte de Dios. Quien es capaz de profundizar en su sentido más pleno hace que accedas a la fe, que te embarques en el proyecto del Reino de Dios.
Por otro lado, “Ay de ustedes”, les dice Jesús a los fariseos y doctores de la ley. Pues la fe no es el mero cumplimiento de una lista ingente de normas, preceptos, códigos morales, “…De ti procede el perdón , por eso con amor te veneramos”, nos dice el Salmo. La fe nace desde el amor, y entonces, comprendes, experimentas, sientes, que el barro de tu vida está atravesado por la mirada compasiva de Jesús, que se donó, entregó, para que tú tengas vida y vida en abundancia. Y, desde ese amor que desborda tu vida no haces otra cosa que ponerte en camino para colaborar en la medida de tus fuerzas en el plan de salvación.
Jesús ama a todos los hombres sin excepción, pero odia todo aquello que los destruye, por eso arremete contra los fariseos con dos argumentos distintos que constituyen, por decirlo así, como la victoria de un combate librado en dos asaltos. En el primer asalto Jesús denuncia al fariseos porque “construyen grandes mausoleos para los profetas a quienes sus padres mataron”.
Pregunto, te has puesto a pensar que nosotros hoy podríamos recibir una denuncia así cuando añoramos y veneramos algunos santos de nuestro tiempo que han sido verdaderos profetas como por ejemplo San Juan Pablo II o el Santa Teresa de Calcuta, para simultáneamente caer en los mismos errores que aquellos que en su tiempo los consideraron unos profetas incómodos a quienes no aportaba nada escuchar? Por ejemplo, a Maria Teresa quien siempre defendió la vida frente al aborto y cualquier otra amenaza. Juan Pablo II quien siempre hablo de la existencia de actos intrínsecamente malos cuya calificación moral no podía depender de las circunstancias o de las intenciones con que se cometieran. En estos puntos como en otros muchos todavía ahí somos igual de culpables que aquellos que en su tiempo, los rechazaron y los mataron – aunque en sentido figurado.
En el segundo asalto, Jesús acusa a los fariseos de haberse quedado con las escrituras, como si fueran sus únicos dueños y sus intérpretes autorizados. “Habéis cerrado y no dejáis entrar a nadie”, es una expresión que tiene varios paralelos en nuestra lengua española; para expresar esta misma actitud, “no solamente no quieren entrar en la fiesta de la misericordia, sino que apropiándose de lo que no son ellos, impiden que todos los demás que están necesitados de esa misericordia puedan acceder a ella”.
El Papa Francisco definió «una enfermedad grave ésta de los cristianos ideólogos»; pero dijo también está consciente de que se trata de «una enfermedad no nueva». Ya había hablado de ello el apóstol Juan en su primera carta, describiendo a «los cristianos que pierden la fe y prefieren las ideologías»: su «actitud es hacerse rígidos, moralistas, “eticistas”, pero sin bondad».
Entonces es necesario preguntarse qué provoca «en el corazón de ese cristiano, de ese sacerdote, de ese obispo, o de ese Papa» una actitud así. Para el Papa Francisco la respuesta es sencilla: «Ese cristiano no reza. Y si no hay oración», se cierra la puerta.
Así que «la llave que abre la puerta a la fe es la oración». Porque «cuando un cristiano no ora, su testimonio es soberbio». Y él mismo es «un soberbio, es un orgulloso, es uno seguro de sí, no es humilde. Busca la propia promoción. En cambio, cuando un cristiano ora, no se aleja de la fe: habla con Jesús».
El Santo Padre puntualizó al respecto que el verbo «orar» no significa «decir oraciones», porque también los doctores de la ley «decían muchas oraciones», pero sólo «para hacerse ver». En efecto, «una cosa es orar y otra es decir oraciones». En este último caso se abandona la fe, transformándola precisamente «en ideología moralista» y «sin Jesús».
Quienes oran como los doctores de la ley —apuntó el Pontífice— reaccionan de igual modo «cuando un profeta o un buen cristiano les reprocha», utilizando el mismo método que se usó contra Jesús: «Al salir de allí los escribas y los fariseos empezaron a acosarlo implacablemente —dijo, repitiendo las palabras del pasaje evangélico— y a tirarle de la lengua con muchas preguntas capciosas, tendiéndole trampas para cazarle con alguna palabra de su boca». Porque —comentó— «estos ideólogos son hostiles e insidiosos. ¡No son transparentes! Y, pobrecitos, ¡son gente ensuciada por la soberbia!»…
Y es que también hoy esta es una tentación para muchos de nosotros en la Iglesia: en vez de facilitar el acceso a los que están lejos, les cerramos las puertas y no les permitimos entrar, a la vez que nosotros mismos nos empeñamos en quedar también fuera. Por lo visto, falsear la imagen de Dios no es cosa solo de su tiempo, sino que cada generación tiene y cae en esa misma tentación.
De ahí la invitación conclusiva del Pontífice a “pedir al Señor la gracia de no dejar nunca «de orar para no perder la fe» y de «permanecer humildes» a fin de no transformarse en personas cerradas «que cierran el camino al Señor”.
“Que la Gracia de Nuestro Señor Jesucristo, el Amor del Padre y la Comunión del Espíritu Santo, estén siempre con ustedes.” Ef 13,13
Fuentes:
- Folleto La Misa de Cada Día
- https://oracionyliturgia.archimadrid.org/2023/10/19/falsos-maestros-maestros-de-la-mentira/
- https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/hoy/
- https://www.vatican.va/content/francesco/es/cotidie/2013/documents/papa-francesco_20131017_cristo-ideologia.html
Palabra de Vida Mes de Octubre 2023
“Pues lo del César devuélvanse lo al César y lo de Dios a Dios.” Mt22, 21 https://ciudadnueva.com.ar/categoria/palabra-de-vida. Octubre 2023
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Octubre 2023.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.