Familias de los pueblos, aclamad al Señor, aclamad la gloria y el poder del Señor; aclamad la gloria del nombre del Señor. Sal 95
Buenos días mi Señor, en este amanecer nuestro corazón exalta de alegria y te aclamamos llenos de júbilo tu gloria, tu poder y tu gloria. Bendito seas Señor Dios Cordero de Dios, Señor Hijo Redentor del mundo. Oh Señor Dios, tu nos hiciste tu familia con la sangre de tu Hijo derramada en la Cruz, gracias Padre, con exaltación nuestros corazones van a ti y a tu revelación celestial; tu revelación del Espíritu que llena nuestros corazones para permanecer firmes a lo largo de nuestra vida terrenal.
Aún hay oscuridad en la tierra; pecado y muerte mantienen su influencia, sin embargo, acudimos a Tu Misericordia buscando arrepentimiento porque sabemos que hemos caido en la tentación y nos hemos dejado seducir por el mundo y su manera de pensar, su manera de hablar y su manera de actuar y te pedimos perdón, también, por nuestros pecados de omisión y por haber abusado de tus recursos, por haber traído tanta inarmonía y desequilibrio a tu hermosa naturaleza. Acudimos a ti implorando tu Misericordia con la fe en que sabemos que tú eres nuestro Salvador; Tú nos envías a Jesucristo en tu propia gloria y con la esperanza de que el mundo se llenará de luz. Por doquier en el mundo, inclusive entre quienes no te conocen, los sinceros de corazón reconocerán que tú, Padre de Cristo Jesús y Padre nuestro, eres Dios del mundo entero. Tú mostrarás tu gloria a todas las naciones para que vengan a ti, te adoren y caminen en la luz, para la gloria eterna de tu nombre.
Señor, sabemos que este mundo no es nuestra patria, que somos ciudadanos del cielo y que es allá, junto a ti, a donde pertenecemos. Sin embargo, Señor, mientras nos encontremos aquí, enséñanos a no apegarnos de tal modo a las cosas que terminemos por darles más importancia que a ti, ni que las rechacemos a tal grado que ya no podamos ser testimonio de tu amor en el mundo.
Te presentamos nuestras vidas, nuestras familias, a todas esas personas que nos han pedido sus oraciones por salud física espiritual y emocional; a nuestros gobernantes y las necesidades de nuestro país y a tu Iglesia, muy especialmente al Papa Francisco, para que en todo ello se haga Tu Voluntad
Con Santa Faustina te pedimos: “Oh Señor, deseo transformarme toda en Tu misericordia y ser un vivo reflejo de Ti. Que este supremo atributo de Dios, es decir su insondable misericordia, pase a través de mi corazón al prójimo.
Ayúdame, oh Señor, a que mi corazón sea misericordioso para que yo sienta todos los sufrimientos de mi prójimo (…)
Que Tu misericordia, oh Señor mío, repose dentro de mí.”
Amén.
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Diciembre2020
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.