?⛅️ Buenos días. “Señor enséñame a amar como tú nos has amado“. Papa Francisco.
- Ef 1, 11-14
- Sal 32
- Lc 12,1-7
Dios, definitivamente como nos indica la primera lectura, nos ha destinado a gozar de su herencia
San Pablo nos habla de la herencia que nos espera a los seguidores de Jesús, vamos a heredar, ni más ni menos, la herencia que Dios, que es nuestro Padre, no ofrece. “Somos herederos de Dios y coherederos de Cristo”…”hemos sido marcados con el Espíritu Santo prometido.
Por eso, como nos indica el evangelio, “no tengáis miedo a los que matan el cuerpo, y después de esto no pueden hacer más.
Os voy a enseñar a quién tenéis que temer: temed al que, después de la muerte, tiene poder para arrojar a la “gehenna”. A ese tenéis que temer, os lo digo yo.”
Jesús, nos explica el Papa Francisco, “centra la atención en la confianza en Dios». Porque si es verdad que «esta levadura es un virus que contagia enfermedad» y lleva a la muerte —y Jesús advierte: «¡Cuidado! Esta levadura te lleva a las tinieblas. ¡Cuidaos!»—, también es verdad que hay alguien «más grande», y es «el Padre que está en el cielo». Para explicar esta amable presencia del Padre, Jesús dice: «¿No se venden cinco pájaros por dos céntimos? Pues ni de uno solo de ellos se olvida Dios. Más aún, hasta los cabellos de vuestra cabeza están contados». De aquí «la exhortación final: “No tengáis miedo: valéis más que muchos pájaros”».
El Pontífice profundizó precisamente este aspecto. «Ante todos estos miedos» —dijo— que son insinuados por el «virus», por la «levadura de la hipocresía farisaica», tenemos que ser confortados por lo que dice Jesús: «Hay un Padre. Existe un Padre que os ama. Hay un Padre que os cuida». Ante la «seducción del claroscuro, la seducción de la serpiente», Jesús nos serena: «Tranquilos, el Padre os ama, os defiende. Confiad en Él. No tengáis miedo a estas cosas»
Hoy el Señor, nos indica el padre Yepes en el audio, nos advierte sobre esa levadura farisea en la que su principio de acción no es fermentar la masa para que crezca, sino la hipocresía que se caracteriza como lo hemos analizado en estos días por aparentar, buscar la vanagloria, juzgar a los demás y alardear de lo que ni siquiera. Y nos confronta el sacerdote acerca de quién nos habla con sinceridad? Quién está con nosotros?
Debemos tener mayor atención a nuestra propia vida espiritual, nos decía el padre Jacobo Hernández en la Homilia de hoy, pues de ella brotan todos los sentimientos, intenciones y obras y entonces muchas veces nos dejamos llevar por de excusas para calmar nuestra conciencia.
No nos comportamos entonces, como los fariseos, no somos acaso hipócritas también?
Tomado de Wikipedia: La palabra hipocresía viniendo del griego hypo que significa “máscara” y crytes que significa “respuesta” y por lo que la palabra significaría “responder con máscaras”1 La palabra “hipócrita” proviene del griego ὑποκρίτης (hypokrites), cuyo verbo asociado es υποκρίνομαι (hypokrinomai), es decir, “tomo parte”. Ambos derivan del verbo κρίνω, “juzgar” (»κρίση, “juicio”»κριτική [kritiki], “críticos”), presuntamente porque la realización de un texto dramático involucraba un cierto grado de interpretación del texto.
Detrás de las máscaras, afirma Randall Urbina, psicólogo, hay una persona que no se acepta tal como es o teme que no la aceptarán si se muestra tal como es.
Entonces les sugiero meditemos, porque todos en algún momento nos hemos puesto alguna máscara, cómo actuamos nosotros, acaso nos enmascaramos con falsa humildad; la de una religiosidad basada en ritos; será mi máscara la del doble animo (inconstancia); o la del falso gozo, muestro gozo, en lugar de pedir ayuda solo por orgullo?
El Señor nos llama a ser auténticos. La autenticidad es vivir (en pensamientos, palabras y obras) la verdad de nuestro propio ser; verdad que encontramos en Dios, nuestro Creador y Redentor. La razón humana iluminada por la fe me descubre la verdad objetiva de mi identidad: soy creatura redimida por Cristo; soy cristiano, llamado a vivir como Cristo dentro de su Cuerpo místico que es la Iglesia y a ser apóstol; tengo una misión en la vida que consiste en servir y amar a Dios a través del cumplimiento de su santa voluntad, manifestada principalmente en la ley moral natural y en los criterios del Evangelio. La autenticidad, en resumidas cuentas, exige conciencia de lo que debemos ser por voluntad de Dios y coherencia con lo que debemos ser. Esta coherencia, lo sabemos muy bien, exige una lucha continua contra todo lo que nos aparta del cumplimiento fiel de la voluntad de Dios.
Palabra de Vida Mes de octubre.
Todo el que se ensalza será humillado, y el que se humilla será ensalzado.” (Lucas 14, 11)
Bendigamos al Señor con nuestro testimonio este día y digámosle:
"Me siento fuerte, sano y feliz porque tengo fe, amor y esperanza".
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Recopilado por Rosa Otárola D, /
Octubre2020
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.