Señor, gracias por regalarme tu presencia poderosa que me hace sentir lleno de vida. Abro mi corazón a tu Palabra y permito la entrada de tu bendición.
Gracias por cómo vas trabajando poco a poco en mi alma, ajustándome a tu modo de expresar el amor y que me hace vivir el día en plenitud y confianza.
Eres mi escudo y mis fuerzas. Manifiéstate en mi vida, así como lo hiciste con María, tu Santa Madre, quien se dejó llevar por todas tus inspiraciones.
De María quiero aprender a ser dócil a tu Palabra, a vivir la escucha y la oración, dejarme guiar por tu luz y ser un servidor humilde y fiel.
Transforma mi corazón, que sea como el de María, quien sale de sí misma, de todos sus apegos, para servir a los que necesitan de tu Palabra sanadora.
Gracias por regalarme a una Madre tan digna de Ti, por su amor maternal. En ella puedo ver la mejor modelo de discípulo, siempre dócil, atenta y generosa.
Como María, yo también quiero decir: “Hágase en mí según tu Palabra”. Como ella quiero estar dispuesto a auxiliar al otro en la necesidad.
Gracias por dar fuerza a mi corazón a través del ejemplo de María, porque con sus actos de servicio, puedo encontrarme con la abundancia de tu amor. Amén
Propósito para hoy
Hoy, ofreceré al Señor una de mis comidas, pidiendo por tantas familias necesitadas que se irán a la cama sin comer por falta de pan.
Frase de reflexión
“Hay dos actitudes de cristianos tibios: poner a Dios contra las cuerdas: “O me das esto o no voy más a la Iglesia” – y lavarse las manos ante las dificultades de los hermanos necesitados. Eliminemos estas actitudes para hacer sitio al Señor que viene”. Papa Francisco.
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Diciembre 2019
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.