?⛅️ Buenos días. “Señor enséñame a amar como tú nos has amado“. Papa Francisco.
- 1 Re 8, 1-7. 9-13
- Sal 131
- Mc 6, 53-56
Ciertamente que Dios habita en todo lugar, pues como dice san Pablo: “en ÉL somos, nos movemos y existimos”, más aún, debemos reconocer que el lugar por excelencia en donde podemos encontrar al Señor es nuestro corazón, pues desde nuestro bautismo en él ha establecido su morada y lo ha declarado como templo. Sin embargo, no debemos olvidar que Dios mismo ha querido ser adorado y glorificado en un templo material. Por ello, no solamente en el cristianismo sino en todas las culturas, el hombre ha construido a través del culto.
En este pasaje, nos podemos dar cuenta de lo importante que ha sido para los judíos reconocer que Dios habita su templo, por ello dirá Jesús, “la casa de mi Padre es casa de Oración”.
Ellos reconocían la presencia de Dios en las Tablas de la Ley guardadas en el Arca de la Alianza y por ello respetaban el templo y acudían allí a orar.
A nosotros se nos ha revelado que Jesús es el verdadero y definitivo templo, que en Él reside la plenitud de la divinidad. . Su presencia en los templos sirven como mediación para relacionarse con ÉL, por eso que para nosotros los cristianos el templo tiene también un lugar especial, pues en él no sólo nos reunimos como asamblea para dar culto a Dios, sino que él mismo nos presenta el ambiente ideal para que el encuentro con Dios en el corazón se realice en plenitud. Es por ello que Jesús quiso quedarse entre nosotros bajo la apariencia de pan, de modo que lo podamos visitar en cada sagrario, en cada templo.
Ahora bien, sabiendo que Jesus se ha querido quedar entre nosotros para siempre; en todas las iglesias, y que en el sagrario se reservan las hostias consagradas y allí está Jesús real y verdaderamente; meditemos: ¿cuál es nuestra actitud cuando entramos a una iglesia?, ¿somos conscientes y nos comportamos como tal, sabiendo que estamos delante del Señor?, ¿acudimos a Él en nuestras necesidades?…
También se nos ha revelado que nuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo. Por ello debemos respetarlo y cuidarlo. Los vicios, el descuido, las adicciones, la falta de pudor en el vestir… son síntomas de que el templo de Dios no está siendo valorado adecuadamente.
No desaproveches hoy la oportunidad, Dios te espera en el Sagrario de tu parroquia y está en todo tu ser, pues que nuestro comportamiento de este día sea coherente con el ser Templo del Espíritu Santo.
Nos comenta el Papa Francisco acerca del Evangelio: …”Dios se implica, se mete en nuestras miserias, se acerca a nuestras llagas y las cura con sus manos, y para tener manos se ha hecho hombre.
Es un trabajo personal de Jesús. Un hombre ha cometido el pecado, un hombre viene a curarlo. Cercanía.
Dios no nos salva sólo por un decreto, una ley; nos salva con ternura, nos salva con caricias, nos salva con su vida, por nosotros.
Otra palabra es abundancia. “Donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia”. Cada uno de nosotros conoce sus miserias, las conoce bien. ¡Y abundan! Pero el desafío de Dios es vencer esto, curar las llagas como ha hecho Jesús. Es más: “hacer ese regalo sobreabundante de su amor, de su gracia”. Y así se comprende esa predilección de Jesús por los pecadores.”
La gente le rogaba que por los menos los dejara tocar la punta de su manto y cuantos lo hacían quedaban curados, termina el texto de hoy. Y es que como nos dice la Palabra de Vida de este mes (ver nota abajo): “Creer y sentirse mirados y amados por Dios es saber que toda oración nuestra, toda palabra o gesto, todo advenimiento triste, alegre o indiferente, toda enfermedad… todo es visto por Dios. Y si Dios es amor, la confianza en El es la lógica consecuencia.
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p class=”p3″>Y luego, a fuerza de amar, nuestra fe se volverá inquebrantable, muy sólida. No solo creeremos en su amor, sino que lo sentiremos de manera tangible en nuestro ánimo y veremos realizarse ‘milagros’ a nuestro alrededor”
Mes de Febrero
Intención de oración universal
Escuchar los gritos de los migrantes.
Recemos para que el clamor de los hermanos migrantes víctimas del tráfico criminal sea escuchado y considerado.
Palabra de Vida .
“Creo, ayúdame porque tengo poca fe’” (Marcos 9, 24)
El Evangelio presenta una paradoja: reconocer nuestra debilidad, los límites y las fragilidades como punto de partida para entrar en relación con Dios y participar con él en la tarea más grande, la fraternidad universal.
Dios confía en el hombre y no actúa sino con su contribución, su libre sí.
Creer y sentirse mirados y amados por Dios es saber que toda oración nuestra, toda palabra o gesto, todo advenimiento triste, alegre o indiferente, toda enfermedad… todo es visto por Dios. Y si Dios es amor, la confianza en él es la lógica consecuencia.
Y luego, a fuerza de amar, nuestra fe se volverá inquebrantable, muy sólida. No solo creeremos en su amor, sino que lo sentiremos de manera tangible en nuestro ánimo y veremos realizarse ‘milagros’ a nuestro alrededor”.
https://ciudadnueva.com.ar/febrero-2020/
Bendigamos al Señor con nuestro testimonio este día y digámosle:
"Me siento fuerte, sano y feliz porque tengo fe, amor y esperanza".
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Recopilado por Rosa Otárola D, /
Febrero 2020
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.