Hoy al final del año litúrgico, las lecturas nos hace una invitación a la conversión de corazón a fin de participar de su reino, de manera imperfecta aquí en la tierra y definitivamente en el cielo.
El la última semana del año litúrgico, la liturgia nos da un mensaje esperanzador a fin de llenarnos de confianza y alcanzar la gracia de un corazón limpio que se da por entero a El.