La Virgen María de Nazaret tiene “olor a oveja”. No solo porque en Tierra Santa andaba entre pastores y ovejas, sino por que -fiel al espíritu de su hijo Jesús en su predilección por las más frágiles-, se hace ver entre los pobres, por ejemplo en Portugal por los niños Lucia, Jacinta y Francisco que pastoreaban sus ovejas. Son las famosas “apariciones” de Fátima.
La Madre de Dios y de la familia católica, después de su Asunción al cielo, continúa con su premurosa ternura con los más débiles; más cercana todavía de todos y de cada uno, porque desde el seno de Dios conoce mejor las necesidades y sufrimientos de sus hijos queridos.
El Papa Francisco, dedica unas palabras a la Virgen María en su exhortación apostólica Gaudete et exultate, sobre la llamada a la santidad en el momento actual. El Santo Padre dice lo siguiente:
“Quiero que María corone estas reflexiones, porque ella vivió como nadie las bienaventuranzas de Jesús. Ella es la que se estremecía de gozo en la presencia de Dios, la que conservaba todo en su corazón y se dejó atravesar por la espada. Es la santa entre los santos, la más bendita, la que nos enseña el camino de la santidad y nos acompaña. Ella no acepta que nos quedemos caídos y a veces nos lleva en sus brazos sin juzgarnos. Conversar con ella nos consuela, nos libera y nos santifica. La Madre no necesita de muchas palabras, no le hace falta que nos esforcemos demasiado para explicarle lo que nos pasa. Basta musitar una y otra vez: ‘Dios te salve, María…” (176).
Corremos el riesgo de recibir consignas, pero no estar preparados para cumplirlas. Nos ocurre en el trabajo cuando hay que sacar adelante tal o cual proyecto, le sucede al padre de familia ante el reto de dar respuesta a los nuevos desafíos que plantea su hijo adolescente, o nos puede ocurrir a nosotros cuando nos dicen que la verdadera devoción a la Virgen no consiste en rezar 20 rosarios diarios, sino en imitar sus virtudes. Pero ¿qué virtudes? ¿Cuáles entre todas? ¿Cómo? ¿En dónde?
Bueno, pues las respuestas a esas preguntas nos las ofrece el Papa en el gran documento que ha regalado a la Iglesia, la exhortación apostólica Gaudete et exultate. Un texto muy recomendable que se debe repasar constantemente y, como sucede con el Papa Francisco, un texto muy pastoral, muy cercano, muy iluminador y motivador para entenderlo y llevarlo a la práctica.
Me parece significativo este párrafo sobre la Virgen María, casi al final de la obra, porque responde a esa invitación que tantas veces recibimos los cristianos de imitar a la Santísima Virgen. Efectivamente, ella es modelo del cristiano, y lo es porque ella encarnó con excelencia las bienaventuranzas. Quien haya leído la Gaudete et exultate sabe que el Papa pone un énfasis especial en las bienaventuranzas, lo que suponen para la vida de un cristiano y cómo se pueden vivir aquí y ahora, en el mundo actual. Al leer esos párrafos, verlos encarnados en la Virgen y sentirse invitado a vivir cuanto se dice en ellos.
Siguiendo el texto pontificio; quién como María,, es la que “se estremecía de gozo en la presencia de Dios, la que conservaba todo en su corazón y se dejó atravesar por la espada”. Quien imita a María, además de ser una persona abierta a los demás, es un contemplativo. Ojalá podamos estremecernos ante el amor de Dios por nosotros como se estremeció ella ante el anuncio del Angel, y ojalá renovemos a diario en el corazón esa llamada de Dios a seguirle de cerca, y a dejarnos atravesar el corazón siendo honestos, fieles, constantes, justos…
A continuación vamos a conversar sobre algunas lecciones prácticas, tomadas del libro Mujeres de la Biblia Hablan Hoy , de Jorge Enrique Díaz y Myriam Picott, en cuyo texto exploran la vida de mujeres de la Biblia: mujeres de carne y hueso, con una extensa variedad de trasfondos y culturas, muchas de las cuales enfrentaron terribles dificultades y salieron victoriosas.
Cada relato está escrito para ayudar a la mujer de hoy, ya sea soltera, casada, madre o abuela, a conectar con las mujeres de la Biblia para que pueda aplicar las lecciones de sus vidas a la vida diaria de hoy.
La Virgen María, dicen estos autores, como todos sabemos, destacó por ser una excelente madre y esposa, llevó una vida plena e intensa.
María, superó muchas pruebas y situaciones difíciles, pero también a lo largo de su fiel servicio a Dios, vivió experiencias muy gratificantes también. Por eso, cuando a nosotros nos sobrevengan problemas de cualquier tipo, haremos bien en imitar su ejemplo de fe y lealtad a Dios (Heb 10, 36)
En particular, vemos que María es un ejemplo de confianza en Dios en medio de las sorpresas de la vida y de estar dispuesta a poner en riesgo su comodidad .
Siempre podremos encontrar en la Virgen, una actitud positiva para aceptar las sorpresas que Dios trajo a su vida.
Cuando Dios le ofreció la oportunidad de ser madre de su Hijo, era algo que claramente cambiaría los planes que ella tenía para su vida; ella tuvo la fe y la confianza en Dios para decir que estaba dispuesta a hacer lo a Dios le pareciera mejor.
Luego aparecieron otras circunstancias para las cuales Maria tuvo que confiar en los planes de Dios, pues los de ella ya no eran posibles. Por ejemplo , como toda mujer embarazada -y más siendo su primer hijo- es muy probable que ella se preparara para la llegada del Señor con meses de antelación. Pero su Plan A, se echó a perder cuando el emperador César Augusto, ordenó inesperadamente que todos se inscribieran en un censo en la ciudad de sus padres. De modo que acompañada por San José, recorrió más de cien kilómetros hasta llegar a Belén. Allí buscaron alojamiento donde pudiera dar a luz, pero las posadas de la ciudad estaban completamente saturadas, de modo, que lo único disponible era un establo.
Sin duda alguna una situación muy estresante para cualquier mujer, sin embargo, María, no perdió la calma, sino que llena de fe se dejó guiar por el Señor, sabiendo que El cuidaría de ella y del niño.
Su vida, no tardó en dar otro giro, Mt 2, 13-15, nos narria como un Ángel se le aparece a San José y le dice que huya con su familia a Egipto; nuevamente la Virgen y su familia, se ven obligados a abandonar su entorno y en esta ocasión para mudarse a otro país sin preparación alguna, pero Dios que torna para bien todo a los que le aman, en Egipto, se encuentran con una gran comunidad judía, que seguramente brindaron apoyo a los inmigrantes José y María.
Así María, nos enseña a confiar en la bondad de Dios aun en medio de los giros repentinos de la vida, aunque signifique un cambio drástico que nos altera la vida por competo.
Reflexionar en la actitud de María nos ayuda a poner los asuntos espirituales por encima del deseo de llevar una vida cómoda y relajada. Al igual que ella muchas madres cristianas saben que servir a Dios con su esposo e hijos contribuye a fortalecer los lazos familiares.
Importante aclarar que podemos afirmar, sin temor a equivocarnos, que la Virgen Santísima y San José eran Anawin.
Anawin es una palabra en arameo que traduce: “Los pobres de Yahvéh”.
Hombres y mujeres que habiendo puesto toda su esperanza en Dios, comprendieron que su única y verdadera riqueza era Dios mismo.
Creían radicalmente en Dios y teniéndolo en su corazón, les bastaba para sobrevivir. Eran sencillos, trabajadores, piadosos y buenos con todos.
Esto no los libraba de ser maltratados, o vistos como personas cortas de visión o empuje. Pero su tarea iba más allá de volverse exitosos, prósperos o llenarse de posesiones materiales.
Tampoco eran grandes intelectuales, aunque la inteligencia y la sabiduría muchas veces han sido contrarias y de lo segundo estos pobres de Dios, fueron dotados con sobreabundancia.
Esta fe y esperanza inquebrantables, los hacían únicos entre su pueblo. Se convertirían en el resto fiel, en el pueblo escogido del cual vendría el Mesías, en los Anawin.
Benedicto XVI se esforzó en su pontificado por revalorizar la fe, y no el poder político de la Iglesia. En exaltar el valor de los sencillos de corazón. El Papa emérito además mencionó un “remanente”, un grupo de católicos que pasará por un cedazo y se mantendrá fiel. Ojalá llegásemos a ser de esos.
Nuestro papa emérito lo profetiza hace algún tiempo mencionando el futuro de la iglesia, incluso afirma que “la iglesia se convertirá en el hogar de los indigentes”. O como lo diría la Virgen en sus muchos mensajes, “La iglesia será pobre y humilde”.
No nos escandalicemos con estas frases proféticas. Ninguna indigencia mayor que la del pecado y a la vez ninguna riqueza mayor que acoger a quien padece miserias ¿acaso no celebramos eso en la fiesta de la misericordia?
Recordemos que María había sido educada por sus padres para escuchar en la sinagoga la lectura de la palabra de Dios. También se deleitaba escuchando a los maestros cuando explicaban como Dios había obrado de maneras maravillosas en el pasado. Su carácter de integridad y su fe en Dios fueron formados por la educación que le dieron sus padres. De su espiritualidad , hablaremos en la siguiente publicación.
Termino esta reflexión, invitándoles a no perder el norte, a que imitemos a María, a no dejar de disfrutar de las cosas pequeñas de la vida, fortalecer nuestra fe y confianza en Dios y encaminarnos alegremente a que este sueño se vuelva realidad: que algún día lleguemos a ser como los “Anawin”, los pobres de Yahvéh .
Canción
https://youtu.be/VOq3XxOM9os?si=aROlL5B102ceO–b
Textos Consutados:
Libro Mujeres de la Biblia hablan Hoy. Jorge Enrique Díaz y Miriam Picott.
https://fraynelson.com/blog/2018/04/03/quienes-eran-los-anawin/
https://es.catholic.net/op/articulos/69800/como-imitar-las-virtudes-de-maria.html#modal
https://www.salvadmereina.org/la-virgen-maria-con-olor-a-oveja/
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Marzo 2024.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.