Siguiendo nuestra meditación con las promesas del Corazón de Jesús, hoy lo haremos en la siguiente: Bendeciré a cada lugar en el que se exponga y se venere una imagen de mi Sagrado Corazón.
Las imágenes religiosas son una poderosa y atractiva fuente de inspiración. El Sagrado Corazón es un libro abierto en el que podemos leer el infinito amor de Jesús hacia nosotros en su pasión y muerte. Nos muestra su Corazón, cortado y abierto por la lanza, todo resplandeciente como un horno ardiente de amor, cuyas llamas aparecerán brotando desde la parte superior. Está rodeado de espinas, el angustiante golpe de amor ignorado. Quizás esto siempre nos impulse a los actos de amor y de generosidad.
Y continuando en este contexto del horno ardiente que brotan del amor del Corazón de Jesús y nos impulsa a los actos de amor y de generosidad, hoy quisiera reflexionar sobre una frase que a mí personalmente siempre me ha cuestionado y es “El Amor todo los soporta”. Anselm Grüm en su libro El Amor que Sana, afirma que cuando Pablo dice que el amor todo lo soporta, no puede deducir de ello la exigencia de que los cónyuges aguanten todas las dificultades, o de que quien ama tenga que sufrir todos los golpes del cónyuge y padecer todo el sufrimiento que experimenta en el matrimonio. Esta sería una actitud pasiva. Pablo quiere decir otro cosa: quien siente el amor es capaz de sobrellevar conflictos. Tiene capacidad de aguante. El amor es una fuerza que nos capacita para hacer frente a los ataques y los comportamientos agresivos de otras personas. No nos deja retroceder… No se trata de soportarlo todo y no defenderse… Esto sería resignación y terminaría convirtiéndose en masoquismo.
La actitud de resistencia significa más bien que mi amor no me deja rendirme. Permanezco Firme. Resisto con mi amor. Espero que el amor sea más fuerte que las energías agresivas que siento en el otro en ese momento. Pero, al mismo tiempo, he de aceptar con mucha humildad que no puedo hacer frente a todo.
El amor no pretende que nos rompamos. Tampoco nos plantea exigencias excesivas. Sin embargo, si al llevar las cargas que nos imponen estamos en contacto con el amor que hay en nosotros, percibimos que esas cargas no nos aplastan.
El ataque no puede entrar en el espacio interior donde el amor habita en nosotros. Allí donde esta el amor, podemos mantenernos en nosotros mismos, sin dejarnos dominar por el otro…Es como una roca en la que puedo permanecer en pie con seguridad.
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Junio 2021
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.