Feliz dia querido lector. Hoy continuamos con el texto de Victor Frankl, padre de la logoterapira en que reflexionaremos un poco en cuanto nos obsesionamos con lo que la gente piensa de nosotros.
Afirma, el autor: Cada día estoy más convencido de que el hombre sufre no por lo que le pasa, sino por lo que interpreta. Muchas veces sufrimos por tratar de darle respuesta a preguntas que taladran nuestra mente como: ¿Por qué no me llamó? ¿No piensa buscarme? ¿Por qué no me dijo lo que yo quería escuchar? ¿Por qué hizo lo que más me molesta? ¿Por qué se me quedó viendo feo? y muchas otras que por razones de espacio voy a omitir.
No se sufre por la acción de la otra persona, sino por lo que sentimos, pensamos e interpretamos de lo que hizo, por consecuencia directa de haberle dado el control a alguien ajeno a nosotros.
Si lo quisieras ver de forma más gráfica, es como si nos estuviéramos haciendo vudú voluntariamente, clavándonos las agujas cada vez que un tercero hace o deja de hacer algo que nos incomoda. Lo más curioso e injusto del asunto es que la gran mayoría de las personas que nos “lastimaron”, siguen sus vidas como si nada hubiera pasado; algunas inclusive ni se llegan a enterar de todo el teatro que estás viviendo en tu mente.
Randy Pausch en su libro la Última Lección, nos comenta acerca de la fracción importante del día de muchas personas que pierden en la preocupación de lo los demás piensan acerca de ellas. Y afirma que si nadie se preocupara nunca de los qué hay en la cabeza de la demás gente, todos seríamos treinta y tres por ciento más eficientes en nuestra vida y en nuestros empleos.
No podemos pasarnos la vida cediendo el poder a alguien más, porque terminamos dependiendo de elecciones de otros, convertidos en marionetas de sus pensamientos y acciones, nos explica el padre de la logoterapia, pues …las frases que normalmente se dicen los enamorados como: “Mi amor, me haces tan feliz”, “Sin ti me muero”, “No puedo pasar la vida sin ti”, son completamente irreales y falsas. No porque esté en contra del amor, al contrario, me considero una persona bastante apasionada y romántica, sino porque realmente ninguna otra persona (hasta donde yo tengo entendido) tiene la capacidad de entrar en tu mente, modificar tus procesos bioquímicos y hacerte feliz o hacer que tu corazón deje de latir.
¿Será que aunque nuestras creencias afectan directamente a la realidad que construimos, también los pensamientos de los demás fabrican una imagen de nosotros mismos? Creo que sí, porque sin darnos cuenta, somos en gran medida lo que los demás esperan de nosotros. El concepto que tenemos de nosotros mismos se ha ido creando influido por las perspectivas y las imágenes que han tenido y tienen los demás. Desde nuestra niñez crecimos influidos por nuestros padres por congraciarnos con lo que ellos esperaban de nosotros, para ser el chiquito bueno, la niña obediente y tantos otras etiquetas que marcaron nuestra vida y nos afectan o nos afectaron en la vida adulta.
Y esta afectación me hizo rememorar nuevamente a Anselm Grüm, en su libro Sanación del alma y cómo lo que percibe una hija acerca de su padre afecta su vida. Y como este tema me apasiona quisiera compartirles este texto basado en Mc 5, 21. 43, la hija de Jairo.
Les transcribo primero nota aclaratoria que el autor nos brinda y que me parece importante, nos indica que si observamos la historia de relación entre el padre y la hija en esta historia, naturalmente no es posible averiguar la situación verdadera a partir de esos pocos datos. Pero precisamente porque los textos bíblicos dejan mucho abierto, podemos completar los cuadros con nuestras propias historias de vida.
Bien entonces, en el análisis de este texto nos dice que el padre es un jefe de la sinagoga. Ocupa por tanto una función directiva. Quizá se haya identificado tanto con su rol de jefe que ha pasado por alto a su hija. Y continua, que es lo que me parece iluminador, en el tema que estamos hoy en nuestra obsesión sobre lo que los otros piensan de nosotros; la psicóloga Julia Onken describió como padecen por eso las hijas. Parte de su vida deben pelear con la falta de confianza en sí mismas. No están seguras de su apariencia de su valor y de su identidad.
Y nos habla de tres maneras de reacción de las hijas frente al padre que las pasa por alto.
La hija seductora. Trata de seducir al padre ya sea haciéndose notar mediante su encanto femenino y vistiéndose especialmente bonita o adecuándose al padre y leyendo de sus labios todos sus deseos… Se definen a través de la experiencia de ser administradas. Si esto desaparece puede ser una amenaza mortal para algunas mujeres…
La hija servicial. Trata de impresionar a su padre a través de su actividad… observa cuales son las áreas importantes para el padre. Especialmente en esa área intenta realizar mucho. Todo en desmero de su propia identidad…la hija sacrifica sus sentimientos en el altar del éxito.
La hija obsesionada. Ella opone resistencia frente al padre, lucha contra las opiniones, don frecuencia es irónica y aguda en su observación. Ella le arranca a su padre “su atención, lucha por lograr su interés, lo obliga a toma conocimiento de su existencia y a batirse a duelo con ella: siento resistencia, por ende soy yo”
No les parece terrible lo que puede afectarnos el vivir pendiente de lo que los demás piensen de nosotros, por eso termino esta meditación, invitándoles a que, si no lo hemos hecho, tomemos muy en serio la frase de Victor Frankl, “No podemos pasarnos la vida cediendo el poder a alguien más, porque terminamos dependiendo de elecciones de otros, convertidos en marionetas de sus pensamientos y acciones”
Término con dos frases comunes, pero que te invito tomemos en serio: Lo que otras personas piensen de ti es su realidad, no la tuya.
No esperes que los demás comprendan tu viaje, especialmente si nunca han tenido que recorrer tu camino.
Oremos
Tú nos creaste con un propósito para tu nombre glorificar y cada día sobre la tierra
proclamaremos tu majestad
Tu nos creaste para alabarte para tu gloria manifestar y cada día sobre la tierra
anunciaremos tu gran bondad. Dice la Canción de Jesús Adrián Romero.
Hoy, Sagrado Corazón de Jesús, te pedimos que nos ayudes a aceptarnos a nosotros mismos tal como somos, sin juzgarnos. Ayúdanos a aceptar nuestra mente tal como es, con todas nuestras emociones, nuestras esperanzas y nuestros sueños, nuestra personalidad, nuestra manera de ser única. Ayúdanos a aceptar nuestro cuerpo tal como es, con toda su belleza y su perfección. Permite que el amor hacia nosotros mismos sea tan fuerte que nunca más volvamos a rechazarnos o a sabotear nuestra felicidad, nuestra libertad y nuestro amor.
De ahora en adelante, permite que cada acción, cada reacción, cada pensamiento y cada emoción se fundamente en el amor. Ayúdanos, Creador, a aumentar el amor hacia nosotros mismos hasta que todo el sueño de nuestra vida se transforme, y el miedo y la desdicha sean sustituidos por el amor y el júbilo. Permite que el poder del amor hacia nosotros mismos sea lo suficientemente fuerte para romper todas las mentiras que nos hicieron creer; todas las opiniones que nos dicen que no somos suficientemente buenos o suficientemente fuertes o suficientemente inteligentes, y que no seremos capaces de conseguirlo. Permite que el amor hacia nosotros mismos sea tan fuerte que ya no necesitemos vivir nuestra vida según las opiniones de otras personas. Permite que confiemos del todo en nosotros mismos a fin de que hagamos las eleccions que debamos hacer. Con este amor que sentimos por nosotros mismos ya no tenemos miedo de enfrentarnos a las responsabilidades de nuestra vida o a los problemas, ni de resolverlos a medida que surjan. Permite que el poder del amor hacia nosotros mismos nos ayude a realizar todos nuestros deseos. Amén
¡Sagrado Corazón de Jesús en vos confío porque se que me amas!
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Junio 2021
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.