Terminamos con este ciclo de meditaciones basados en la Homilía del Papa Francisco el domingo pasado, Fiesta de la Divina Misericordia, precisamente con el párrafo final que nos invita: “Hermana, hermano, ¿quieres una prueba de que Dios ha tocado tu vida? Comprueba si te inclinas ante las heridas de los demás. Hoy es el día para preguntarnos: “Yo, que tantas veces recibí la paz de Dios, que tantas veces recibí su perdón y su misericordia, ¿soy misericordioso con los demás? Yo, que tantas veces me he alimentado con el Cuerpo de Jesús, ¿qué hago para dar de comer al pobre?”. No permanezcamos indiferentes. No vivamos una fe a medias, que recibe pero no da, que acoge el don pero no se hace don.”
Y en ocasión del en ocasión del Sínodo de los obispos sobre los jóvenes. El Papá afirmó: “«La hipocresía de los justos» que reduce la fe a un «hábito social». Somos cristianos pero vivimos como paganos», en el sentido de que el Jesús del que recibimos el mensaje y las enseñanzas los tenemos relegados solo al ámbito de la misa, los dejamos en la puerta de la parroquia o dentro de una “estampita”. No nos llevamos nada a casa, y la idea de fondo es que la vida es completamente otra cosa.Es una forma de «hipocresía»
«Está la hipocresía de los pecadores», pero también «la hipocresía de los justos que es el miedo al amor de Jesús, el miedo a dejarse amar», explicó el Papa. Y una vez terminada la Misa dejamos a Jesús en la Iglesia, «no vuelve con nosotros a casa», en la vida cotidiana. Ay de nosotros, así expulsamos a Jesús de nuestro corazón.”
Parafraseando a C. Baxter Kruger, escritor de varios libros , entre ellos El regreso a la cabaña dice hablando de la fe: “nadie conoce al Padre sino el Hijo. Y Jesús dice: ven a mí y puedes compartir mi relación con el Padre. O sea, yo soy el verdadero creyente y voy a compartir mi fe contigo y puedes participar en mi relación con el Padre y eso es una cosa fácil, nos dice. Mi yugo es fácil, mi carga es ligera. Yo no soy como los fariseos que tienen listas y listas de cosas que tienes que hacer para mantener algún tipo de relación con el Dios invisible.
La buena noticia es que el Padre, Hijo y Espíritu no sólo creen en mí, créen en nosotros, sino que han establecido una relación con nosotros, conmigo y con todos en todo el mundo. Así que no se trata de que nosotros nos esforcemos con el fin de entrar en esta relación con Dios. La Fe, la fe viva de la que nos habla el Papa, creo yo, es descubrir que Jesús ha establecido una relación con nosotros, y es un descubrimiento que me ordena detener mi propia creencia religiosa natural y descansa en la realidad de esa relación. Y entonces es un descubrimiento que me llama a reconocerlo y comenzar a vivir y participar en esa relación. Hay un gran alivio en esto.
Volviendo a la homilía del Domingo de los Divina Misericordia, concluía. “Hemos sido misericordiados, seamos misericordiosos. Porque si el amor termina en nosotros mismos, la fe se seca en un intimismo estéril. Sin los otros se vuelve desencarnada. Sin las obras de misericordia muere (cf. St 2,17). Hermanos, hermanas, dejémonos resucitar por la paz, el perdón y las llagas de Jesús misericordioso. Y pidamos la gracia de convertirnos en testigos de misericordia. Sólo así la fe estará viva. Y la vida será unificada. Sólo así anunciaremos el Evangelio de Dios, que es Evangelio de misericordia.”
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Abril 2021
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.