- Gen 8, 5-8; 7, 1-5. 10
- Sal 28
- Mc 8, 14-21
La liturgia de hoy nos invita a que recordemos que hemos sido creados para el bien, el amor y la solidaridad. Atributos que a veces olvidamos y actuamos en dirección contraria, pues nos contaminamos con la levadura farisaica.
En la descripción que nos narra la primera lectura, de forma antropomórfica la reacción de Dios ante el mal de los hombres, hay que tener en cuenta que las expresiones que se usan no se pueden tomar al pie de la letra. Dios no puede arrepentirse ante el mal del hombre. Equivaldría aceptar que tuvo un fallo al crearlo. No puede ser. Dios es la perfección misma y el arrepentimiento no tiene sentido en Él.
Lo que contraviene la creación de Dios, es el hombre que, como recuerda el Papa Francisco es capaz de destruir todo lo que Dios ha hecho… El hombre parece ser más poderoso que Dios, porque es capaz de destruir las cosas buenas que Él ha hecho. El relato nos dice que «la maldad del hombre crecía sobre la tierra». Es la realidad del mal que a lo largo de la historia destruye con su presencia el orden establecido por Dios. Ante la existencia del mal, el narrador quiere destacar algo importante: el mal tiene consecuencias que se dan en la creación. Sin embargo, esta lectura no se puede tomar literalmente como un castigo que golpea a justos y pecadores por igual. La intención divina, como tantas veces en la historia, es recrear el mundo “renovar la faz de la tierra”, pese a la reiteración del mal de los hombres.
El salmo nos indica que la voz del señor es potente, es magnifica; El se siente sobre las aguas del diluvio.
Después de reconocerte en las tormentas de la naturaleza llego a reconocer que también era instrumento de mi propia alma.
Cuándo mi cielo se oscurece, tiemblan mis horizontes y rayos de desesperación descargan sobre la soledad de mi corazón.
Tú te acercas al alma tanto en el consuelo con la tentación; el Dios de las tormentas, es el Dios mi vida.
Con la meditación del texto del Evangelio, nos podemos preguntar: ¿Qué hubiera pasado si hubieran llenado la barca de pan y hubieran dejado a Jesús en tierra? Panzas llenas y almas vacías. Entonces, nos damos cuenta que la levadura fariseo es un peligro para nuestra vida de comunidad .
¿Dónde percibo, en este momento, la levadura criticada por Jesús? ¿Qué hago para que esa levadura no contamine mi vida?
Ante la levadura mala de Herodes y los fariseos está muy bien pensar cómo hacer que no nos afecte, pero la primera solución es no olvidarnos de estar con el Señor. Estamos invitados a borrar aquello que opaca la imagen de Dios, reiniciando nuestros corazones a partir de iniciativas solidarias; multipliquemos la bondad, en un mundo saturado de propuestas interesadas , y esa lógica evangélica sólo es comprensible en y desde Jesús. Toda solución en la Iglesia, para los males de dentro y de fuera, comienza, da fruto y termina en la oración, en estar en la misma barca que Jesús.
Virgen María, ¡cuida a la Iglesia!
Tomado de:
- Folleto La Misa de Cada Día
- Diario Bíblico 2025. Misioneros Claretianos.
- Libro Busco Tu Rostro, autor Carlos G. Vallés
- https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/hoy/
- https://oracionyliturgia.archimadrid.org/2025/02/18/no-solo-de-pan-3/
Palabra de Vida Mes Febrero. Examínenlo todo y quédense con lo bueno” (Primera carta a los tesalonicenses 5, 21 https://ciudadnueva.com.ar/febrero-2025/
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Febrero 2025.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.