?⛅️ Buenos días. “Señor enséñame a amar como tú nos has amado“. Papa Francisco.
- 1 Cor 3, 9-11. 16-17; o bien, Ez 47, 1-2. 8-9,12
- Sal 45
- Jn 2, 13-22
Celebramos la dedicación de la Basílica de Letran; la primera que existió; Basílica, significa “Casa del Rey”; todas las lecturas nos hablan del Templo, el Santuario de Dios que somos nosotros.
La primera lectura lo afirma “Mire cada cual cómo construye.
Pues nadie puede poner otro cimiento fuera del ya puesto, que es Jesucristo.
¿No sabéis que sois templo de Dios y que el Espíritu de Dios habita en vosotros?”
Quizás una de las experiencias más fuertes que el hombre puede llegar a tener en su vida es el descubrirse habitado por Dios, el darse cuenta de que Dios vive dentro de él como en un templo. Cuando el hombre se da cuenta de esto interiormente, es decir, lo que Karl Rahner llama: la “auto comunicación de Dios al hombre”, su vida se transforma esencialmente.
Así, lo afirmaba el padre Wilson Lopera en la Homilia, el templo más sagrado y digno es nuestro propio ser, pues desde el Bautismo, empezó a habitar la Gracia de ser hijos de Dios y somos como nos dice la Antifona de la Comunión: ‘Ustedes son piedras vivas, que van entrando en la edificación del templo espiritual, para formar un sacerdocio santo.” 1 Pe 2, 5.
Si vas a recordar sólo una sola cosa del Evangelio de hoy, nos indica el padre Luis Casasus, recuerda esto: Somos templos de Dios. No miremos simplemente la actitud de los mercaderes y de los cambistas. Eso es algo fácil de entender: no es del todo imposible que las autoridades del templo se confabularan con esas prácticas y pudieran haberse beneficiado si los comerciantes tuvieran que alquilar espacios en el Templo para sus negocios. Esto explicaría la ira de los sacerdotes por lo que Jesús estaba haciendo: ¿Qué está pasando aquí? ¿Qué signo puedes mostrar para justificar lo que estás haciendo?
Somos templos de Dios. Eso no es sólo una frase hermosa y tal vez profundamente antropológica. Esto es de interés práctico por al menos dos razones.
- Así como Jesús limpió el Templo de todas las influencias corruptoras, del mismo modo Él quiere purificarnos. Recordemos que Juan el Bautista dijo que Cristo bautizaría con el Espíritu Santo y con fuego. Este fuego representa la acción incansable del Espíritu Santo de dos maneras inseparablemente unidas:
- Como un cebo atrayente. Esta purificación significa que debemos deshacernos de las cosas que nos impiden llegar a Dios. Esto incluye una renuncia a las cosas visibles y creadas que obstaculizan nuestro acercamiento a Dios. Sobre todo, es una cuestión de unión con Dios, lo que nos llevará a convertirnos en una persona nueva. De hecho, debido a que venimos de Dios, no podemos vivir plenamente sin Él. La invitación a amar a Dios y entregarnos de todo corazón a Él, es precisamente una llamada a ser fieles a nuestra identidad y a nuestro origen. No amar como Él sería traicionar nuestro propio ser y nuestra vocación en la vida. En los tres primeros Mandamientos, se nos invita a adorar a Dios: si nos negamos a hacerlo, entonces perdemos de vista nuestro origen, nuestra vocación y nuestra identidad. Es nuestra verdadera, y a menudo oculta, aspiración.
- Llevando a cabo una purificación que nos ayuda a darnos cuenta de la presencia, la intención y el amor profundo y activo de Dios. De hecho, somos purificados por Su misericordia. Como dijo el Papa Francisco: “¿Le permitimos que haga una limpieza de todos nuestros comportamientos contra Dios, contra demás y contra nosotros mismos… Cada uno puede responderse a sí mismo, en silencio, en su corazón. ¿Permito que Jesús haga mi corazón un poco más limpio? Jesús no limpia nuestros corazones con un látigo, sino que lo hace con ternura, con misericordia, con amor. La misericordia es su manera de limpiar.”
Por otro lado, el reconocer que el cuerpo de mis semejantes, es también es templo de Dios, me lleva, no solo a respetarlos, sino incluso a cuidar de ellos de la misma forma que cuido yo mi cuerpo y mi persona.
Finalmente, nos lleva a darnos cuenta de cuánto amor nos tiene Dios que ha querido dejar nuestros Templos materiales para reunirnos como Iglesia, a llenarnos de su Gracia a través de los Sacramentos, a compartir su Palabra, a vivir la Eucaristía.
Así lo proclamamos en el Prefacio de hoy: ‘Porque te has dignado habitar en toda casa consagrada a la oración, para hacer de nosotros, con la ayuda constante de tu gracia, templos del Espíritu Santo, resplandecientes por la santidad de vida.
Palabra de Vida Mes de Noviembre .
“Felices los afligidos, porque serán consolados.” (Mateo 5, 4) https://ciudadnueva.com.ar/categoria/palabra-de-vida/
Bendigamos al Señor con nuestro testimonio este día y digámosle:
"Me siento fuerte, sano y feliz porque tengo fe, amor y esperanza".
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Recopilado por Rosa Otárola D, /
Noviembre2020
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.