?⛅️ Buenos días. “Señor enséñame a amar como tú nos has amado“. Papa Francisco.
- Núm 21, 4-9
- Sal 101
- Jn 8, 21-30
Hacer la Voluntad de Dios es sin lugar a dudas la guía para ir por el sendero que nos llevará a la salvación.
El pueblo se cansó de caminar y habló contra Dios y contra Moisés
En la recta final de la Cuaresma la liturgia nos presenta el desgaste del pueblo peregrino y nos advierte de una de las tentaciones más sutiles y eficaces contra la fe: el aparente fracaso del que nos quieren convencer el cansancio y la impaciencia. Bajo el calor del sol abrasador o atravesando la noche oscura de la existencia, la tentación se hace muchas veces irresistible: ¿de qué ha servido todo? ¿no estábamos mejor en Egipto? El cansancio borra la memoria y abre la puerta al desprecio desagradecido. El pueblo olvida su historia y cede al autoengaño: “Con lo bien que estábamos antes de que aparecieras”. Y murmura.
Hablamos contra Dios y contra sus intermediarios, contra nuestras circunstancias y nuestra historia. Creemos que sabríamos hacerlo mucho mejor, que depender de Él es peor que estar bajo la esclavitud de nuestras pasiones y caprichos. Y, entonces, interpretamos como un castigo aquello que, en realidad, no es más que las consecuencias de nuestra libertad mal empleada. Una libertad que Él respeta y, lo que es aún más admirable, de la que se sirve para seguir haciendo una historia de salvación con nosotros. Dios no nos salva en el abstracto ni en una realidad diferente a la que vivimos cada día, nos cura de raíz en aquello mismo que nos mata: cuando una serpiente mordía a alguien, éste miraba a la serpiente de bronce y salvaba la vida.
Clamemos al Señor sobre todo en los momentos de incertidumbre como Moisés oro al Señor y El nos dará su luz. Hay que alzar la mirada: hemos pecado, sí, pero su Amor es más grande que nuestra miseria. Ante el misterio de la Cruz, tanto en Judas como en Pedro, en Gestas como en Dimas, el pecado quedará manifiesto: como el pueblo por el desierto, ellos habían creído que sabían mejor que Dios cómo debía acontecer la historia.
El Papa Frqncisco nos enseña: “…Sólo el corazón humilde, manso, que siente la necesidad de rezar, de abrirse a Dios, que se siente pobre. En una palabra, sólo quien camina con la primera bienaventuranza: los pobres de espíritu…Pidamos la gracia al Señor de acercarnos más, más, más a su misterio, y de hacerlo por el camino que Él quiere que recorramos: la senda de la humildad, la senda de la mansedumbre, la senda de la pobreza, la senda de sentirnos pecadores Porque es así, concluyó, Él viene a salvarnos, a liberarnos.”
Mes de abril
Evangeliza en todo el mundo
Planta algunas semillas de fe especialmente entre tus amigos y familiares. Con tu testimonio de conversión podrás sembrar esperanza y amor en el prójimo, no te olvides que debes ser reflejo del amor, perdón y compasión del Señor.
Bendigamos al Señor con nuestro testimonio este día y digámosle:
"Me siento fuerte, sano y feliz porque tengo fe, amor y esperanza".
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Recopilado por Rosa Otárola D, /
Abril 2019
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.