- Hch 8, 26-40
- Sal 65
- Jn 6, 44-51
Serán todos discípulos de Dios, nos dice Jesús hoy en la liturgia. Y El nos brinda las herramientas para lograrlo: el Bautismo que nos herederos de la fuerza necesaria para iniciar el camino del discipulado; la Palabra que nos alimenta para la vida eterna y la Eucarístia que le da identidad y forma a la misión de lglesia.
No nacemos sabiendo todo, como ya sabemos, el ser humano, a pesar de ser considerado el ser vivo más inteligente, con capacidad de razonar, necesita mucho tiempo para llegar a ser capaz de hacerlo por sí solo, para aprender y asimilar tanto conocimiento que le ayuda a ser autónomo y responsable de sus actos. En la primera lectura nos habla de un etíope que se encuentra con Felipe, escucha la Buena Noticia, y ve cómo se abre ante sus ojos un horizonte nuevo. De cabeza se lanza al Bautismo, y al salir del agua se siente libre, por la acción de las gracias bautismales. «Y siguió su viaje lleno de alegría».
Jesús, el catequista del Padre, el Hijo que estaba siempre junto a Dios; es la Palabra eterna manifestada en la humanidad del hombre de Nazareth, gracias al Misterio de la Encarnación.
Así como el enviado del Padre nos envía a ser discípulos de Dios. Si nos alimentamos de sus palabras, obtendremos esa vida plena que perdurará en el tiempo hasta la eternidad. Es palabra-pan que hay que comer para nutrirse y estar en plena comunión con la causa del Reino; pues nos explicó el Papa Francisco: “Esto significa que la misión y la identidad misma de la Iglesia surgen de allí, de la Eucaristía, y allí toman siempre forma…
Y nos invitaba; “…”Vivamos la Eucaristía con espíritu de fe, de oración, de perdón, de penitencia, de alegría comunitaria, de preocupación por los necesitados, y por las necesidades de tantos hermanos y hermanas, en la certeza de que el Señor realizará aquello que nos ha prometido: la vida eterna.
“Bendecid pueblos, a nuestro Dios”, nos invita el Salmista.
Con la Oración que el Papa nos dejó, pidamos por el Jubileo 2025, Peregrinos de Esperanza: Señor, Padre que estás en el cielo, la fe que nos has donado en tu Hijo Jesucristo, nuestro hermano, y la llama de caridad infundida en nuestros corazones por el Espíritu Santo, despierten en nosotros la bienaventurada esperanza en la venida de tu Reino.
Tu gracia nos transforme en dedicados cultivadores de las semillas del Evangelio que fermenten la humanidad y el cosmos, en espera confiada de los cielos nuevos y de la tierra nueva, cuando vencidas las fuerzas del mal, se manifestará para siempre tu gloria.
La gracia del Jubileo reavive en nosotros, Peregrinos de Esperanza, el anhelo de los bienes celestiales y derrame en el mundo entero la alegría y La Paz de nuestro Redentor.
A ti, Dios bendito eternamente, sea la alabanza y la gloria por los siglos.
Amén.
Tomado de:
- Folleto La Misa de Cada Día.
- Diario Bíblico 2025. Misioneros Claretianos.
- https://www.iubilaeum2025.va/es/giubileo-2025/preghiera.html.
- https://es.catholic.net/op/articulos/15672/cat/566/si-comes-de-este-pan-viviras-para-siempre.html
- https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/hoy/
- https://oracionyliturgia.archimadrid.org/2025/05/08/eunucos-y-mentecatos-2/
Palabra de Vida Mes Mayo. «Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te quiero» (Jn 21, 17) https://ciudadnueva.com.ar/categoria/palabra-de-vida/
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Mayo2025.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.