?⛅️ Buenos días. “Señor enséñame a amar como tú nos has amado“. Papa Francisco.
https://youtu.be/CcVLS2EIT4A
- 1 Jn 5, 5-13
- Sal 147
- Lc 5, 12-16
Vencer al mundo, como nos indica la primera lectura de la liturgia de hoy, no significa aquí derrotarlo como a enemigo, sino ganarlo como amigo, porque Dios quiere que todos los hombres se salven y envió a su Hijo para que el mundo se salve por él, por tanto, debemos entender que vencer al mundo significa ganarlo para Dios, así como Jesús se nos presenta como salvador por todos. Vence al mundo aquél que cree que Jesús nos muestra plenamente a Dios y no una parte de él como los antiguos profetas.
El testimonio de Jesús lo ve la iglesia presentado en los sacramentos del bautismo y de la eucaristía, por eso Juan habla de la manifestación de Jesús mediante el agua y la sangre, porque son el momento de su bautismo y de su muerte los constitutivos de la realidad de la iglesia.
Sin embargo, el Espíritu Santo es quien da testimonio de la filiación divina de Jesús, por eso nos decía San Pablo que el Espíritu es quien nos impulsa a llamar a Dios Abba y a Jesús Señor, porque es el Espíritu el que suscita la fe en nosotros a la predicación de Jesús y al llamado del Padre. Son el Espíritu Santo, el bautismo y la eucaristía los portadores y continuadores de la vida cristiana, pero también son el anticipo de la vida eterna a la que todos los hombres estamos llamados y que podemos hacer nuestra, mediante la docilidad al Espíritu Santo y la fidelidad al evangelio de Jesús.
Y el evangelio de hoy complementa maravillosamente esta filiación divina de Jesús pues como nos explica el Papa Francisco. “La lepra era una condena de por vida y sanar a un leproso era tan difícil como resucitar a un muerto. Y por eso eran marginados. Sin embargo, Jesús tiende la mano al excluido y demuestra el valor fundamental de una palabra: cercanía.
No se puede hacer comunidad sin cercanía. No se puede hacer paz sin acercarse, ni se puede hacer el bien sin acercarse. Jesús podía decirle: ¡sánate! Pero no, se acercó y le tocó. Es más, en el momento que Jesús tocó al impuro se convierte en impuro.
Este es el misterio de Jesús, tomar consigo nuestras suciedades, nuestras cosas impuras. Pablo lo explica bien: “Siendo igual a Dios, no estimó esta divinidad un bien irrenunciable, se aniquiló a sí mismo. Jesús se hace pecado. Jesús se excluye, ha tomado consigo la impureza por acercarse a nosotros”.
Muchas veces pienso que es, no digo imposible, pero muy difícil hacer el bien sin mancharse las manos. Y Jesús se manchó. Cercanía. Y después va más allá. Le dijo: “Ve donde los sacerdotes y haz lo que se debe hacer cuando un leproso es sanado”. Al que era excluido de la vida social, Jesús lo incluye: lo incluye en la Iglesia, lo incluye en la sociedad… “Ve para que todas las cosas sean como deben ser”. Jesús no marginaba nunca a nadie. Se marginaba a sí mismo, para incluir a los marginados, para incluirnos a nosotros, pecadores, marginados, con su vida.”
Palabra de Vida Mes de Enero 2021
““Permanezcan en mi amor: darán mucho fruto.” (cf. Juan 15, 5-9) https://ciudadnueva.com.ar/categoria/palabra-de-vida
Bendigamos al Señor con nuestro testimonio este día y digámosle:
"Me siento fuerte, sano y feliz porque tengo fe, amor y esperanza".
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Recopilado por Rosa Otárola D, /
Enero 2021
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.