- 2 Tim 2, 8-15
- Sal 24
- Mc 12, 28-34
La experiencia de Pablo, en la primera lectura, sostiene que la Palabra de Dios no está encadenada, no tiene grilletes que la priven de su libertad.
En la Palabra de Dios nosotros encontramos el remanso que nos da la paz que buscamos anhelantes. La Palabra de Dios no sólo es eficaz, sino que ella sosiega nuestro ánimo porque nos pone ante el misterio de Dios. Nos hace sintonizar con el Dios bueno y misericordioso que no nos deja solos, que sale a caminar con nosotros, que enfrenta y vence nuestras batallas con proezas portentosas como las que ha hecho a lo largo de nuestra historia de salvación.
Procuremos que nuestras palabras no den testimonio de nosotros mismos ni de los subterfugios que nos justifican ni de alambicados argumentos que buscan la admiración de otros. Lo importante es que en el mundo no se silencie el Evangelio, la alegría de la salvación que es esperanza para todos los seres humanos y para la creación entera.
El Salmista nos dice: “Descúbrenos, Señor, tus caminos, guíanos con la verdad de la doctrina. Con la bella imagen de la lámpara, se ha sugerido el papel que juega la Palabra de Dios en la vida del creyente; ella es la lámpara que ilumina cada uno de los pasos que ha de dar el cristiano. Que el Señor nos ayude a caminar con rectitud, que nos instruya pacientemente a los que confiamos en su fidelidad.
De la meditación del texto del evangelio podemos deducir que la peregrinación más necesaria para el hombre no es tanto la que hace por fuera como la que debe hacer por dentro de sí mismo. Hay que transitar de la cabeza al corazón. Eso es lo que le faltó hacer al maestro de la ley que interroga en el Evangelio de hoy a Jesús: «¿Cuál es el primero de todos los mandamientos?». Él responde citando la profesión de fe con la que cada israelita abre y cierra su día y que empieza con las palabras «Escucha, Israel. Yahveh nuestro Dios es el único Yahveh» (Deuteronomio6, 4). De este modo Israel custodia su fe en la realidad fundamental de todo su credo: existe un solo Señor y ese Señor es «nuestro» en el sentido de que está vinculado a nosotros con un pacto indisoluble, nos ha amado, nos ama y nos amará por siempre. De esta fuente, de este amor de Dios, se deriva para nosotros el doble mandamiento: «Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas […] Amarás a tu prójimo como a ti mismo».
Afirma el Papa Francisco que “eligiendo estas dos Palabras dirigidas por Dios a su pueblo y poniéndolas juntas, Jesús enseñó una vez para siempre que el amor por Dios y el amor por el prójimo son inseparables, es más, se sustentan el uno al otro. Incluso si se colocan en secuencia, son las dos caras de una única moneda: vividos juntos son la verdadera fuerza del creyente,”
El amor es expansivo en cuanto que es comunicador de vida. La vida nos ha sido comunicada y solo la perdemos cuando intentamos retenerla. La vida fluye al entregarse, dándose a sí misma. Si intentamos retenerla, la perdemos. La vida no la poseemos, la tenemos. Pero no la tenemos en el bolsillo del pantalón y la entregamos dosificada como si se tratase de las monedas que depositamos en las manos de los menesterosos. Somos portadores de vida y solo la comunicamos dándonos. El misterio de la Santísima Trinidad es un misterio de comunicación de amor.
De esta manera la liturgia de hoy nos prepara para vivir mañana la Solemnidad del Croazón de Jesús.
Textos Consultados:
- Folleto La Misa de Cada Día
- https://www.evangelizacion.org.mx/liturgia/index.php?i=06-06-2024
- https://es.catholic.net/op/articulos/80475/cat/389/la-palabra-de-dios-no-esta-encadenada.html#modal
- https://oracionyliturgia.archimadrid.org/2024/06/06/de-la-cabeza-al-corazon-2/
- https://www.vatican.va/content/francesco/es/angelus/2018/documents/papa-francesco_angelus_20181104.html#:~:text=Marcos%2012%2C%2028b%2D34),las%20palabras%20«Escucha%2C%20Israel.
- https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/hoy/
Palabra de Vida Mes de junio “El Reino de Dios es como un hombre que echa la semilla en la tierra: sea que duerma o que se levante, de noche y de día, la semilla germina y va creciendo” (Marcos 4, 26 – 27)
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Junio 2024.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.